El BCE decidió ayer mantener sin variación los tipos de interés, cumpliendo con las expectativas. Según el análisis que hacen las gestoras, lo más relevante de esta última reunión fue que la revisión a la baja de la inflación fue más fuerte de lo previsto, lo que hace pensar que no falta mucho para que el BCE inicie su ciclo de recortes. Además, Christine Lagarde, presidenta de la institución monetaria, hizo referencia a los datos de inflación de junio, lo que se interpretó como la fecha clave del calendario para la primera bajada de tipos.
En opinión de François Cabau y Hugo Le Damany, economistas de AXA IM, partiendo de una declaración de política monetaria bastante neutra, Lagarde lanzó dos mensajes claros durante la conferencia de prensa. En primer lugar, «necesitamos más datos en los próximos meses. Tendremos un poco más en abril, y mucho más en junio». Y, en segundo lugar, se necesitan especialmente más datos sobre la inflación interna (básicamente servicios), que no ha mostrado una senda desinflacionista suficiente.
“La Presidenta Lagarde se abstuvo cuidadosamente de tratar de orientar las expectativas del mercado, aunque no pudo resistirse a decir que parece estar convergiendo mejor. En la misma línea, precisó que en esta reunión no se habló de recortes de tipos, aunque reconoció que han empezado a discutir la reducción de la postura restrictiva. Extraemos dos conclusiones de una frase tan elaborada. En primer lugar, el primer recorte de tipos es una decisión importante, aunque puede que no tan crucial, como el camino, la orientación que el CG tendrá que dar, en el momento del primer recorte, para el ciclo de relajación – más allá de la dependencia de los datos. En segundo lugar, hay división en el seno del CG. Además de la decisión unánime de hoy, la Presidenta Lagarde destacó el amplio acuerdo en que el CG necesita más pruebas, pero probablemente sigue dividido sobre el momento del primer recorte y el próximo ciclo de relajación, y su comunicación”, sostienen los economistas de AXA IM.
Para Miguel Ángel Rico, director de Inversiones de Creand Asset Management, aunque el BCE no ha movido los tipos de interés, Lagarde también ha dado mensajes muy reveladores en cuanto a cuándo podríamos ver la primera bajada de tipos. “En concreto, ha reconocido que en junio tendrán muchos más datos disponibles sobre la inflación, es decir, entre líneas, la presidenta del BCE parece indicar que será en junio cuando empiecen los recortes de tipos. De este modo, el mercado se ha apresurado a cotizar implícitamente que el primer recorte se producirá en junio, asignando ahora una probabilidad muy baja a abril y una probabilidad muy alta a junio”, indica Rico.
Konstantin Veit, gestor de carteras de PIMCO, matiza que una vez que el BCE empiece a recortar los tipos, se procederá con cautela en pasos convencionales de 25 puntos básicos. “Esperamos tres recortes de tipos este año, empezando en junio o más tarde. La evolución salarial tiene la clave. Seguimos siendo algo escépticos frente a los precios del mercado, sobre todo por la pegajosa inflación de los servicios, un mercado laboral resistente y unas condiciones financieras laxas”, afirma Veit.
En este sentido, Sebastian Vismara, macroeconomista de BNY Mellon IM, añade: “La opinión de Lagarde es que el BCE <<sabrá un poco más en abril y mucho más en junio>> para tomar una decisión sobre los recortes de tipos, lo que suena como un respaldo indirecto a un recorte de tipos en junio (supeditado a que los datos se alineen con las expectativas). Nuestra opinión sigue siendo que habrá un primer recorte de tipos en junio, en línea con el mensaje de la reunión del BCE de hoy”.
Para la mayoría de los expertos, las previsiones ofrecidas aumentan la confianza en un recorte en junio. “La presidenta Lagarde confirmó implícitamente el mensaje transmitido en las últimas semanas de que junio es una buena opción. En primer lugar, el calendario de datos apunta en esa dirección: con solo una publicación más sobre la inflación antes de la reunión de abril, pero tres más de aquí a junio, la inflación de los servicios tendrá tiempo de mostrarse menos persistente de lo que se temía. En segundo lugar, la de junio es una reunión de proyección y es muy probable que se produzcan nuevas revisiones a la baja de la inflación. En tercer lugar, Lagarde reconoció que el mercado se había movido a un precio más razonable en relación con la reunión posterior a enero. En mi opinión, esta es una forma de aprobación implícita”, afirma Sandra Rhouma, economista europea del equipo de renta fija de AllianceBernstein.
En opinión de Anna Stupnytska, economista Macro Global de Fidelity International, la rebaja de las previsiones de crecimiento e inflación para 2024-25 se interpretó como una señal pesimista. Además reconoce que, en su conferencia de prensa, Lagarde advirtió de que los riesgos para el crecimiento siguen siendo a la baja. “Lagarde subrayó que, si bien se han realizado progresos en materia de inflación, se necesitan más para que el Consejo de Gobierno confíe suficientemente en que la inflación está volviendo al objetivo”, comenta.
Según concluye Dave Chappell, Fixed Income Senior Portfolio Manager de Columbia Threadneedle Investments, aunque la declaración de ayer del BCE indicaba la voluntad de mantener la actual orientación de los tipos, la rebaja de las previsiones de inflación subyacente, y las señales poco sutiles de la presidenta Lagarde durante la conferencia de prensa, reforzaron las expectativas del mercado de que la primera reducción se producirá a principios de junio. “El reconocimiento explícito de que las presiones internas sobre los precios siguen siendo elevadas, en parte debido al fuerte crecimiento de los salarios, da al Comité cobertura para retrasar el inicio de la retirada de una política históricamente restrictiva ya en la reunión de abril, sin descartarlo por completo. Con las perspectivas de crecimiento rebajadas a corto plazo, y la inflación subyacente en el objetivo a medio plazo, los aproximadamente 100 puntos básicos de recortes actualmente previstos para finales de año parecerán insuficientes, si los datos salariales de los próximos meses sorprenden a la baja”, concluye Chappell.