Con un precio del petróleo de nuevo por las nubes, la presión inflacionista vuelve a preocupar a los expertos. El Brent cotiza ya a 90 dólares ante las noticias de un recorte de la producción por parte de Arabia Saudí y Rusia. Aunque el deterioro económico de China, uno de los grandes consumidores de crudo, encajaría con esta reducción de la oferta por parte de los países productores, no deja de generar inquietud. Por ejemplo, Susannah Streeter, Head of Money and Markets de Hargreaves Lansdown, opina que aunque la subida de los precios del crudo “son sin duda una buena noticia para las arcas de Arabia Saudí”, por otra parte, “van a provocar un nuevo dolor en los surtidores de combustible a medida que se filtren los elevados costes del crudo”. Y también causarán “otro quebradero de cabeza a los banqueros centrales”, en tanto que los precios de la energía son “grandes motores de la inflación”, justo en el momento en que la espiral de precios parece moverse a la baja. “Los altos precios del crudo podrían causar disgustos”, sentencia.
Incluso, otros como Nigel Green, fundador de deVere Group, señalan dos efectos inmediatos de esta subida del crudo. Primero, pueden contribuir a elevar los precios de los carburantes para los consumidores y las empresas, “presionando al alza la inflación general”. Por otro lado, el comportamiento de los consumidores también influye, puesto que cuando suben los precios del combustible, “los consumidores pueden recortar el gasto discrecional, lo que puede repercutir en la actividad económica”.
También Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión y trading eToro, ve una doble amenaza a corto plazo para los mercados, ya que se suman a “un impuesto estadounidense sobre el consumo de 100.000 millones de dólares ya está haciendo subir las expectativas de inflación”.
Y, sin duda, estas decisiones de la OPEP y su impacto en la cotización del petróleo tendrán efectos colaterales. Si bien es cierto que Laidler espera volatilidad de los mercados a corto plazo, pero “en última instancia se autocorrige, ya que nuevas subidas del precio del petróleo desencadenan temores de inflación, de alzas de tipos de interés y de ralentización del crecimiento”.
Streeter pone el foco en la Reserva Federal, que probablemente “tenga que volver a subir los tipos de interés, tras la pausa de este mes”, lo que ha tenido impacto en los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense. Es más, la experta espera que “el sentimiento de inquietud se mantenga”.
Y para Green, los bancos centrales tendrán en cuenta esta medida de la OPEP+ a la hora de formular su política monetaria, ya que “si se espera que la subida de los precios del petróleo tenga un impacto sostenido en la inflación, cabe esperar que los bancos centrales mantengan tipos de interés más altos durante más tiempo para controlar la escalada de los precios».
El fundador del Grupo deVere concluye que la decisión del grupo de países productores de petróleo “agravará aún más la crisis del coste de la vida y de las empresas, ya que la inflación recibe otro impulso mundial”.