La construcción de un nuevo aeropuerto en México está alterando los mercados financieros y causando la primera crisis del nuevo gobierno de Morena, con la bolsa y el peso bajo presión y una emisión de bonos con la que el presidente Manuel López Obrador trata de calmar los ánimos.
Según el índice S&P Dow Jones Latin America, publicado esta semana, debido al desempeño negativo de México, los índices bursátiles latinoamericanos revirtieron las ganancias obtenidas previamente, cerrando noviembre en rojo. Tanto el S&P Latin America BMI, como el S&P Latin America 40 bajaron en un 2%. El único mercado de la región que registró un desempeño positivo fue Perú.
Las turbulencias empezaron con la decisión de cancelar el mega proyecto del aeropuerto de Texcoco, una obra de 13.000 millones de dólares que estaba ya empezada y que fue polémica desde su inicio por su impacto ambiental y su enorme costo. El nuevo presidente se había mostrado contrario al proyecto durante la campaña electoral y lo sometió a una consulta popular (e informal) que lo rechazó.
La calificadora Moody´s señaló en un informe esta semana que cunde la preocupación de los inversores sobre “el proceso de toma de decisiónes” de la nueva administración.
“La decisión del presidente López Obrador de cancelar la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en Texcoco impactó negativamente el sentir de los inversionistas y, combinado con mayores tasas de interés, podría afectar su disposición para participar en proyectos futuros llevando a una disminución de la inversión en infraestructura”, añadió la agencia con sede en Nueva York.
“Más allá de 2019, es difícil ver con claridad lo que está por venir, la evolución del perfil de crédito soberano de México dependerá de la capacidad de las autoridades para preservar la rectitud fiscal, promover el crecimiento sostenido y aumentar la credibilidad de la política”, señaló Jaime Reusche, analista soberano de Moody’s.
Para calmar a los inversores, el gobierno ha emitido una oferta para comprar los bonos de deuda emitidos para la construcción del aeropuerto, que ascienden a 6.000 millones de dólares. Las autoridades quieren evitar que los inversores que prestaron dinero para el proyecto se declaren en default y exijan el reembolso inmediato.
“El tema con los bonistas revela lo complicado que será ejecutar lo que quiere López Obrador”, dijo Benito Berber, economista jefe de Natixis para América Latina. “Esas ramificaciones legales y señales ambiguas forman parte de la prima de riesgo de AMLO que estamos observando en el mercado”.
La oferta de recompra del gobierno regirá hasta el 10 de diciembre, fecha en la que se podrá calibrar el éxito de la estrategia de López Obrador para cerrar la crisis abierta por la cancelación del aeropuerto.