Por tercer año consecutivo, Schroders desvela las conclusiones de su Barómetro Mundial de Inversión de Schroders (Schroders Global Investment Trends Survey 2015), un estudio mundial sobre las tendencias de inversión e intenciones de ahorro de los inversores en 2015 y en adelante. En esta edición Schroders ha encuestado a más de 20.000 inversores de 28 países, que planean invertir al menos 10.000 euros o más en los próximos 12 meses.
En esta primera hornada de resultados queda patente que a nivel mundial la confianza de los inversores está al alza, el 54% de los inversores a nivel mundial se muestra más confiado en cuanto a las oportunidades de inversión en comparación con el año pasado. Por otro lado la confianza de los inversores europeos, que en general son optimistas con sus oportunidades de inversión en los próximos 12 meses, ha descendido ligeramente hasta el 48% (desde el 54% en 2014).
Los resultados del estudio reflejan un año más la confianza de los inversores a nivel mundial en las economías desarrolladas, como Norteamérica o Europa Occidental. En los resultados de este año vemos que aumenta la confianza de los inversores (36%) en que Norteamérica ofrezca oportunidades de crecimiento (desde el 31% en 2014), igualándose con Asia Pacífico que pierde su corona (36% en 2015, desde el 39% en 2014). Un 26% de los inversores espera que Europa Occidental ofrezca oportunidades de crecimiento (desde el 25% en 2014).
Sed de rentas periódicas
En un entorno en el que dominan los bajos tipos de interés, el 87% de los encuestados a nivel mundial buscan la percepción de rentas periódicas de sus inversiones. Los primeros resultados de este estudio destacan que la inversión centrada en la percepción de rentas es importante y se realiza principalmente a través de fondos.
Factores que llevan a invertir en activos que generan rentas periódicas
Los inversores de todo el mundo contemplan la inversión orientada a la percepción de rentas periódicas debido a la coyuntura de tipos de interés bajos que ofrecen los bancos (el 36%), a las oportunidades de crecimiento a largo plazo (el 32%) o a las empresas estables, con reparto de dividendos, que los inversores asocian a este tipo de inversión (el 24%).