El 76% de las aseguradoras consideran el apetito y la tolerancia al riesgo altamente relevantes para el cumplimiento de su programa de Gestión Integral de Riesgos, según el octavo estudio bianual sobre Gestión Integral de Riesgos realizado por la compañía de servicios profesionales Towers Watson. Este porcentaje supone un incremento de 15 puntos porcentuales con respecto a 2012 (76% vs 61%), dato que pone de manifiesto la creciente importancia que están adquiriendo ambas áreas.
Las aseguradoras también reconocen que les queda trabajo por hacer en sus marcos de apetito y tolerancia al riesgo. Más de la mitad (57%) esperan realizar más cambios en ambas áreas en los próximos dos años.
Aunque las aseguradoras saben que es necesario un mayor esfuerzo para unir su apetito de riesgo al negocio, ahora tienen una base firme para avanzar en ese propósito. La mayoría de los participantes en el estudio (84%) tienen una declaración de riesgo documentada, frente al 74% de 2012 y el 59% de 2010. Las aseguradoras también han realizado un importante avance en sus límites de riesgo, ya que cerca del 80% los tienen en vigor para gestionar la asunción de riesgos diaria. Sin embargo, todavía queda trabajo por hacer, dado que cerca de la mitad anticipan un mayor desarrollo de sus límites de riesgo para los próximos 2 años.
“De acuerdo con nuestra investigación, las aseguradoras han efectuado un progreso significativo en el desarrollo de su apetito de riesgo, que ha sentado las bases para embeberlo en el negocio”, ha manifestado Felipe Gómez, Life Leader de Towers Watson para España y Portugal. “Este resultado es alentador, dado que un apetito de riesgo significativo es crítico para convertir ERM en una herramienta útil para el negocio. Las métricas de apetito de riesgo con límites de riesgo ayudan a trasladar el marco a la vida diaria para la asunción de riesgos, una cuestión que ha recibido un impulso extra en Europa con la implantación de Solvencia II”.
Sin embargo, menos de la mitad (47%) dicen haber establecido procesos para la comunicación externa de su exposición al riesgo contra su apetito de riesgo, mientras más de la mitad (57%) indican que es necesario un trabajo adicional. El 70% afirman que también es necesario un trabajo sustancial para la coherencia global de los límites y el apetito de riesgo.
“El apetito de riesgo es complejo, particularmente cuando una aseguradora tiene que considerar todas las tipologías de riesgos que le afectan y una variedad de negocios muy diferentes. Las compañías tienen que entender el impacto de la agregación y diversificación del riesgo en el perfil de riesgo global de una empresa”, ha señalado Gómez. “El apetito de riesgo también necesita adaptarse a las dinámicas cambiantes del mercado para crear un proceso de toma de decisiones de valor/riesgo efectivo”.
Métricas de riesgo
Otra de las conclusiones relevantes del estudio se ha centrado en la prioridad que las aseguradoras asignan a las métricas de riesgo y a los sistemas de reporting. La mayoría (95%) dicen que los sistemas de reporting que proporcionan información relevante, sólida y en el momento adecuado son mucho (57%) o moderadamente (38%) más importantes para tener una visión final del estado de su marco ERM. Solo el 49% han superado la mitad del camino hacia su visión del estado final de la gestión de riesgos dentro de los procesos de negocio, mientras el 39% se encuentran a menos de la mitad de camino hacia su visión de estado final para el cálculo del capital económico.
“Muchas aseguradoras se sienten cómodas articulando métricas para el capital, la liquidez y los beneficios a un nivel muy alto, pero casi de manera inmediata encuentran también una dura batalla al tratar de entender lo que significa para sus unidades de negocio y para la primera línea a la hora de establecer límites, crear métricas que puedan monitorizar con frecuencia, y comprender cómo lograr realmente esas métricas”, ha declarado Felipe Gómez.