El calendario electoral continúa muy activo. Francia ha celebrado su primera ronda con la victoria del partido de extrema derecha Agrupación Nacional, que lideran Marine Le Pen y Jordan Bardella, en el Reino Unido los ciudadanos irán a las urnas el próximo jueves 4 julio para decidir si el Partido Laborista se hace con el control del Gobierno tras 14 años consecutivos de gobierno de los conservadore, y en Estados Unidos, la idoneidad de Joe Biden como candidato está en entredicho, tras perder el debate electoral frente a Donald Trump la semana pasada.
Ante este contexto, Greg Meier, director de economía y estrategia global de Allianz Global Investors, recuerda: “Invertir según las expectativas políticas puede resultar un error, como se evidenció en las elecciones presidenciales de EE.UU. de 2016. Cuando se conocieron los resultados la noche del 7 de noviembre, los mercados se alarmaron inicialmente, con los futuros del S&P 500 cayendo hasta un 5% en las operaciones nocturnas. No obstante, al abrir el mercado al contado el 8 de noviembre, las pérdidas se desvanecieron y, al cierre, las acciones subieron un 1,2%”.
Por su parte, Saira Malik, CIO de Nuveen, recuerda que más del 70% de la capitalización bursátil global estará influenciado por cambios económicos y políticos resultantes de las elecciones en países como Francia, India, México, Sudáfrica y el Reino Unido, lo que no se pueden ignorar el resultado e impacto de estas citas electorales.
“Está siendo un año electoral ajetreado fuera de EE.UU., y nos queda mucha más política y estrategias de persuasión por delante, por supuesto, también en EE.UU. A finales de 2024, cuando se hayan concluido todos los procesos electorales, más de 4.000 millones de personas -que representan cerca de la mitad de la población mundial y el 57% del PIB mundial- habrán participado en elecciones nacionales a lo largo del año. Las implicaciones para los inversores son cruciales, ya que aproximadamente el 70% de la capitalización de los mercados mundiales de renta variable se verá influida por los cambios económicos, comerciales, normativos, de gobernanza y sociopolíticos que estos comicios podrían provocar en los próximos años”, argumenta.
Según su análisis, recientemente hemos asistido a un claro giro a la derecha en las elecciones al Parlamento de la Unión Europea, lo que ha supuesto un duro golpe para los partidos centristas que gobiernan en algunos Estados miembros clave de la UE. “El descontento con la lentitud de la economía europea se ha intensificado, por lo que los partidos nacionalistas-populistas franceses podrían conseguir más poder. Amenazas similares se han materializado en lugares tan diversos como la India, México y Sudáfrica. Estas elecciones, aunque ya se han celebrado, ayudarán a definir el camino político a seguir. Y se espera que las elecciones del 4 de julio en el Reino Unido pongan fin a 14 años de gobierno del Partido Conservador, con consecuencias para los mercados desarrollados en la segunda mitad de 2024. Más allá de las elecciones, merece la pena vigilar los riesgos geopolíticos, como el pacto de defensa recientemente firmado entre Rusia y Corea del Norte”, señala.
Según Malik, aunque la política y la geopolítica siempre pueden generar una mayor incertidumbre, “en el actual entorno de mercado vemos razones de peso para considerar oportunidades de inversión en determinados mercados de renta variable no estadounidenses”.
Primera vuelta en Francia
Por ahora, y partiendo del resultado de la primera ronda de las elecciones en Francia, el mercado europeo se ha tomado bien el resultado. De hecho, el euro se disparó acercándose al nivel de referencia del último semestre en zonas no lejanas a 1,08 mientras que los futuros del CAC 40 vienen con subidas cercanas al 3%.
“No sería descartable en nuestra opinión ver a los bancos franceses empiezan a registrar subidas. Recordemos que a modo de ejemplo las acciones de Societe Generale se dejaron cerca de un 20% el último mes. Parece que el hecho de que no se haya conseguido mayoría absoluta de la ultraderecha dejando todo abierto para la segunda vuelta del próximo domingo 7 de julio está sentando bien a los mercados, cayendo la prima de riesgo francesa 7 puntos básicos haciendo mínimos de las últimas dos semanas”, señala Juan José del Valle, responsable de análisis de la sociedad de valores Activotrade SV.
Según Del Valle, los futuros europeos iniciaron la semana con fuertes subidas tras la primera vuelta en las elecciones de Francia, donde la Agrupación Nacional de Le Pen con el 34,2% de los votos gana las legislativas por primera vez (a pesar de que no tenga la mayoría absoluta). El CAC40 comienza el segundo semestre del año abriendo con una subida de +2,5% donde los inversores continúan pendiente del resultado final como de las resultantes políticas de gasto de las finanzas francesas.
Sobre los resultados, el economista jefe de AXA IM, Gilles Moëc, señala que el resultado deja “aritméticamente fuera del alcance”, la posibilidad de que los macronistas puedan llegar a la mayoría absoluta. Además, considera que un eventual Gobierno de coalición moderada estaría “constantemente en riesgo de ser detenido por una moción de censura”, lo que dificultará la gestión económica. A este respecto, Gilles Moëc analiza las posibilidades de recurrir al programa especial de ayuda del BCE TPI, pero advierte de que “un Gobierno difícilmente podría esperar beneficiarse de la intervención del BCE si el mercado está respondiendo racionalmente a decisiones políticas concretas que probablemente deterioren la trayectoria de su deuda pública” y avisa de que el TPI no va a ser una herramienta para cortar las crisis, sino para mitigarlas.
Por ahora, en Francia los sondeos a pie de urna de la primera vuelta apuntan a unos resultados que coinciden en líneas generales con las expectativas, por lo que es probable que los mercados respiren temporalmente aliviados. “El riesgo de una mayoría de izquierdas parece haberse evitado, lo que disipa los peores temores de los mercados ante la posibilidad de que el gasto se desboque. Sin embargo, aún no estamos fuera de peligro. La Agrupación Nacional (RN) ha superado las expectativas, y puede obtener en la segunda vuelta los votos necesarios para una mayoría relativa o incluso absoluta. En resumen, la única certeza es la incertidumbre. Los bonos OAT pueden ajustarse un poco frente a los bunds, pero sólo hasta cierto punto, ya que el futuro de Francia sigue sin estar claro y el riesgo político es elevado. La reducción del riesgo de contagio debería respaldar a la deuda soberana europea no francesa», argumenta Alex Everett, Investment Manager de abrdn.
Reino Unido
Aunque las elecciones francesas seguirán en el punto de mira de muchos inversores, cuya segunda vuelta está prevista para el día 7 de julio, no hay que olvidar que el Reino Unido está convocado a las urnas este jueves 4 de julio. Según el análisis que hace Martin Wolburg, economista senior de Generali AM, parte del ecosistema de Generali Investments, desde 2010, los conservadores han gobernado el país. Sin embargo, las encuestas muestran de forma abrumadora que se producirá un giro desde un gobierno de centro-derecha a uno laborista de centro-izquierda. Por lo que reconoce que es muy probable que las próximas elecciones den a los laboristas una mayoría muy cómoda.
“El balance de cuentas mejorará con los planes fiscales del Gobierno actual, pero como la tasa media de endeudamiento público probablemente no alcance el crecimiento del PIB nominal, la ratio deuda/PIB aumentará hasta alcanzar el 110% en 2029, según el FMI. Los planes fiscales de los laboristas no parecen muy diferentes de los actuales, lo que sugiere que la trayectoria prevista de la deuda no cambiará significativamente. Evidentemente, con una amplia mayoría, los laboristas podrían verse tentados a seguir una política algo más expansiva que en su manifiesto. Pero creemos que se ha aprendido la lección de la minicrisis presupuestaria de 2022 Truss y los inversores tienen buenas razones para centrarse más en el resultado de las elecciones francesas”, argumenta Wolburg.
Para Jon Levy, estratega macro global de Europa en Loomis Sayles (Natixis IM), los inversores deberían anticipar que la libra esterlina invertirá su tendencia al debilitamiento ante la previsible amplia victoria que podría lograr los laboristas. Según explica, estos pretenden jugar a largo plazo, siendo tácticos con el endeudamiento y las políticas fiscales, al tiempo que buscan palancas políticas que faciliten inversiones estratégicas a largo plazo para impulsar la productividad, el comercio y la seguridad energética.
«Si los laboristas logran avanzar hacia estos objetivos, creemos que los inversores deberían anticipar que la libra esterlina invertirá su tendencia al debilitamiento. La libra esterlina ha experimentado una prolongada caída frente al dólar y se depreció significativamente tras la gran crisis financiera (CFG) y de nuevo tras el Brexit. Se debilitó aún más a medida que el régimen post-Brexit se alejaba de una unión aduanera hacia una configuración menos favorable para el Reino Unido. El tipo de cambio puede reflejar en parte las escasas expectativas sobre las perspectivas económicas del Reino Unido«, argumenta Levy.
En su opinión, esto crea un listón bajo y sugiere que puede haber potencial de mejora si el marco de Reeves para mejorar el crecimiento, el comercio, los ingresos y la seguridad energética resulta, aunque sea, modestamente exitoso. «La carga de la prueba recae en el próximo gobierno, pero puede beneficiarse de vientos favorables a su espalda. Si las encuestas no fallan, los laboristas tendrán un poder político considerable”, concluye.
EE.UU.tras el debate
Por último, en EE.UU. aún vive la resaca del debate presidencial entre Biden y Trump, que ha cambiado las probabilidades a favor de una victoria de Trump en las próximas elecciones presidenciales estadounidenses. “El endurecimiento de las políticas comerciales, incluidos el aumento de los aranceles, y la reducción de los impuestos en 2025 son cada vez más probables y, por anticipado, han elevado el dólar estadounidense. Esperamos que el resultado de la carrera presidencial siga siendo muy incierto, dada la profunda polarización del electorado estadounidense y la impopularidad de cada candidato entre la base electoral contraria”, reconoce David Kohl, economista jefe de Julius Baer.
Según valora Kohl, en un debate presidencial inusualmente temprano en el período previo a las elecciones presidenciales de noviembre en EE.UU., el presidente en ejercicio Joe Biden no logró convencer a los votantes de que es mentalmente apto para el cargo al tartamudear y tener dificultades para completar sus líneas de pensamiento y ataques a su principal contrincante, Donald Trump. Por el contrario, considera que Trump se benefició en gran medida de los errores de Biden, aunque hizo poco para resultar atractivo a los votantes demócratas.
“Las apuestas favorecen ahora una victoria de Trump en noviembre. Esto hace más probable una política comercial más dura en 2025, que incluya subidas arancelarias considerables y fiscalmente relevantes, lo que podría crear algunos vientos en contra para el consumo, elevar la inflación y presionar al alza los tipos de interés. Además, ahora también es más probable una prórroga de los recortes fiscales que expiran. El cambio de probabilidades ha elevado el dólar estadounidense en previsión. A pesar de la clara victoria de Trump en el debate presidencial, mantenemos nuestra opinión de que el resultado de la carrera presidencial sigue siendo muy incierto dada la profunda polarización del votante estadounidense y la impopularidad de cada candidato entre la base electoral contraria”, concluye el economista jefe de Julius Baer.