Carmignac celebró su 35º aniversario en 2024. Esto concede, tal y como reconoce Edouard Carmignac, presidente y director de inversiones de la firma, en su carta anual, un recorrido lo suficientemente largo como para poder hablar del futuro con determinación. “Nada me interesa más que el futuro. En un intento de ir cada día más allá de respuestas fáciles e inmediatas para comprender hacia dónde se dirige el mundo y qué es lo que infravaloran y sobrevaloran los actores del mercado, debo confesar que tengo los ojos muy abiertos ante los tiempos que se avecinan. Las placas tectónicas de la geopolítica, la tecnología y el clima se están desplazando, abonando el terreno para cambios de calado y medidas determinantes”, apunta.
Ahora bien, ¿cómo es ese mundo al que miran los ojos de Edouard Carmignac? Según explica, 2025 arranca con el nuevo mandato de Donald Trump, algo que muchos, especialmente en Europa, consideran una gran amenaza. “No cabe duda de que sus reiteradas posturas sobre la transición climática resultan inquietantes. Sin embargo, estas preocupaciones legítimas no deben eclipsar su tendencia a favorecer el clima inversor en EE.UU. mediante una menor regulación, la reducción del gasto público y una administración favorable a la tecnología”, sostiene.
En su opinión hay importantes retos que desde Europa se deben afrontar. “El caso de la industria automovilística europea, ahora tristemente célebre por ser el principal quebradero de cabeza de los males empresariales de Europa, puede servir como advertencia. Hay demasiadas normas y leyes laborales que nunca benefician a los que más necesitan, una ingenuidad extrema respecto al comercio mundial y debates interminables para encontrar compromisos sobre el mínimo común denominador. Durante años, yo y otros como yo hemos exigido un despertar colectivo. Tal fue mi último llamamiento la pasada primavera a favor del nombramiento de Mario Draghi como Presidente de la Comisión Europea. La jubilación es un buen ejemplo. Nadie cree seriamente que los tradicionales sistemas de pensiones redistributivos sean sostenibles. Esto lo sabe todo el mundo. Argumentos ideológicos desfasados retrasan la aplicación de las pensiones complementarias de capitalización, la única opción viable”, señala en su epístola.
En este sentido, Carmignac critica que la falta de coraje y las cínicas maniobras políticas de las décadas anteriores nos han puesto al borde de la quiebra colectiva. “¿Hay que esperar al último momento para tomar medidas decisivas? En última instancia, debe prevalecer el pragmatismo. Ellos ya tienen cómo hacerlo dentro del informe Draghi. Harían bien en leerlo y ponerlo en práctica”.
Con este telón de fondo, considera que para invertir con éxito en los próximos 35 años será necesario no solo elegir valores atractivos desde una perspectiva bottom-up, sino también incorporar un análisis geopolítico exhaustivo. “Todos intuimos que el crecimiento mundial se ralentizará en el futuro. Los países con una gobernanza política deficiente quedarán rezagados. Ya se están ejerciendo fuerzas diferenciales sobre el crecimiento: EE.UU. frente a Europa, India frente a China, Argentina frente a Brasil…Durante toda mi vida he tenido fe en el potencial de crecimiento de los mercados emergentes y en la tecnología. Todavía la tengo. Quizá ahora más que nunca”, señala
Por último argumenta que ahora nos acercamos a un punto de inflexión ante el auge de la inteligencia artificial (IA), que está dando lugar a nuevos campeones y ampliando fronteras. “Muchos reconocen que es una revolución, pero creo que seguimos subestimando la magnitud de los cambios que se avecinan. Por supuesto que este tema va mucho más allá del sector de la gestión de activos, pero para nosotros la respuesta es sencilla: debemos adoptar la tecnología como nunca antes. Confío plenamente en nuestra contribución, que le permitirá aprovechar las numerosas oportunidades que se le presenten y, al mismo tiempo, disipar la aprensión que inevitablemente generan”, concluye.