Más de un participante del mercado se ha visto sorprendido en los últimos años tratando de predecir la dirección de los tipos de interés en Estados Unidos. Como explica Bill Adams, CIO de renta fija global de MFS, la firma dedica una gran cantidad de análisis fundamental a predecir los tipos, la duración y la forma de la curva de rentabilidad, y esos elementos forman una parte importante de su conjunto de herramientas de generación de alfa. Sin embargo, dado el entorno de mercado extraordinariamente difícil de los últimos años, la gestora reconoce que hay una probabilidad inusualmente baja de conseguir acertar, y una probabilidad aún menor de hacer las cosas bien constantemente. “Eso simplemente no es una fuente fiable y duradera de generación de alfa dentro de una cartera de renta fija bien administrada”, dice Adams.
De esta forma, el CIO de renta fija de MFS, afirma que una generación constante de alfa depende de la gestión activa de las múltiples fuentes de riesgo. “Consideramos que el proceso de construcción de la cartera tiene que ser un poco como una pirámide invertida. En la parte inferior de la pirámide están los factores más difíciles de anticipar de forma consistente: los tipos de interés, la duración y el posicionamiento de la curva. A continuación vienen las divisas, otra pieza de la cartera notoriamente difícil de predecir. Frente al presente contexto de mercado, indebidamente influenciado por las políticas de los bancos centrales a nivel mundial, estas son las piezas con una convicción más baja dentro de nuestra pirámide alfa”, dice.
En el entorno actual, MFS propone añadir un alfa más duradero y sostenible mediante un proceso de análisis profundo y evaluando el riesgo tanto del crédito corporativo como de deuda soberana. “Así que la selección de valores y de las asignaciones regionales y sectoriales son áreas a las que nos acercamos con la mayor convicción. Aunque no se puede generar exceso de rentabilidad sin asumir riesgos, creemos que es fundamental adoptar riesgos que sean apropiados”, apunta Adams.
La asignación de activos a múltiples regiones es una fuente de alfa que MFS aprovecha al máximo. Adams explica que unir títulos de múltiples regiones y reducir el sesgo de país de origen en una cartera de renta fija ayuda a mejorar la rentabilidad ajustada al riesgo. También es importante mirar más allá de los niveles absolutos de retorno y centrarse en las oportunidades de rendimiento relativo. De forma aislada, un bono del Tesoro estadounidense a 10 años produciendo 1,80% no es tan atractivo. Sin embargo, en comparación con su equivalente japonés, que tiene un rendimiento negativo o un bund alemán a 10 años con un rendimiento cerca de cero, el valor de los títulos de Estados Unidos se hace más patente.
“A medida que ascendemos en la pirámide invertida de alfa, nuestra convicción crece. Además preferimos suscribir créditos individuales aprovechando nuestra plataforma de research global para tratar de hacer averiguar la dirección de los rendimientos del Tesoro a 10 años. Esa capacidad de investigación nos permite gestionar mejor el riesgo. Aquí es donde ponemos nuestra mayor convicción, con un profundo conocimiento tanto de los fundamentales de la deuda soberana como de la renta fija corporativa. Nuestra plataforma de research global no sólo aprovecha los analistas de renta fija o renta variable, también acude a los analistas cuantitativos, que proporcionan una comprensión más profunda de cada crédito corporativo individualmente. Para entender verdaderamente los fundamentales del crédito, el inversor tener una visión completa de la estructura de capital de una empresa”, explica Adams en el blog de MFS.
En el inusual entorno económico y global de tipos de interés que existe hoy en día, MFS apuesta por el análisis fundamental país por país y empresa por empresa como una fuente alfa mucho más duradera y sostenible que las apuestas sobre los tipos de interés.