La libra esterlina se desplomó ayer a su nivel más bajo respecto al dólar desde 1971, repitiendo un comportamiento que no veíamos desde el Brexit. Desde Bloomberg advierten de que los especuladores apuestan por que caerá a un nivel prácticamente impensable en las últimas décadas: 1 dólar o menos. «Después de que la libra se desplomara el lunes hasta el nivel más débil jamás registrado en 1,0350 dólares, los mercados de opciones muestran que los operadores esperan que siga cayendo. Los contratos de inversión de riesgo a tres meses contra la libra se acercan a los más bajistas desde 2016, mientras que otros muestran una probabilidad del 43% de que llegue a 1 dólar antes de que termine este año», explican.
Según resume Franco Macchiavelli, analista de mercados de Activotrade, “en tan solo 20 minutos, la libra esterlina se hundió hasta rozar la paridad con el dólar en ese nivel de 1,03 (mínimos de la sesión asiática), niveles no vistos desde el año 1985”. Además de la fuerte caída en la moneda, los bonos también experimentaron fuertes movimientos, con saltos de 50 puntos básicos (el mayor salto diario de la historia que se registra en la deuda británica).
«El Banco de Inglaterra y el Tesoro del Reino Unido fracasaron en un intento conjunto de calmar a los mercados financieros, ya que ambos indicaron que los inversores tendrán que esperar hasta noviembre para una respuesta política más amplia a las consecuencias de los enormes recortes fiscales del nuevo gobierno», añaden desde Bloomberg. Según indica el análisis técnico que hacen desde Activotrade, la libra esterlina recuperaba terreno sólido hasta el nivel de 1.4000 tras experimentar una fuerte caída de dos dígitos provocada por la pandemia del COVID-19. “No obstante, desde el inicio de la contracción económica a principios de este año, la moneda británica ha experimentado una debacle significativa hasta perforar el pivote de referencia en el 2020 (1.1300), dejándose casi un 20% desde máximos para luego enfatizar con un 6% de caída adicional la pérdida de la referencia del 1.1300”, indican.
En opinión de Franco Macchiavelli, el catalizador de esta caída ha sido la falta de confianza en la economía del país tras el comunicado del pasado viernes por parte del nuevo partido conservador de Liz Truss, que anunciaba un significativo plan de recortes de impuestos; el mayor recorte de impuestos desde el año 1972. “Este desplome demuestra la falta de confianza de los mercados en el Reino Unido y un debilitamiento significativo de su fortaleza financiera. Los recortes de impuestos aumentan el riesgo de que la libra alcance la paridad con el dólar, lo cual podría provocar que el BoE lleve a cabo una intervención de emergencia para equilibrar la situación. Algo muy similar a lo ocurrido recientemente con el Banco de Japón y el yen”, explica este experto.
En este sentido, Felipe Villaroel, gestor de carteras en TwentyFour Asset Management, señala que la reacción de los mercados fue clara: subida de los tipos en toda la curva y el debilitamiento de la moneda. “Los diferenciales de crédito se ampliaron y la renta variable también bajó, pero aquí los movimientos fueron de una magnitud similar a los que vimos en los mercados equivalentes del dólar y el euro. En cuanto a las proyecciones macroeconómicas, ahora se espera un crecimiento ligeramente mayor a corto plazo para el Reino Unido, junto con unos tipos de interés más altos”, resume Villaroel.
De hecho, se observó una dramática reacción en los mercados de Gilts, donde el rendimiento de los bonos de referencia a 10 años (tipo de interés) subió 25 puntos básicos (pb) en respuesta al anuncio, pero ha subido unos 84 pb desde que empezaron a circular los rumores sobre la respuesta del Gobierno a la crisis energética. Esto equivale a una caída del 4,5% en el precio/valor de esos bonos.
El recorte fiscal de los conservadores
El Gobierno del Reino Unido ha presentado los mayores recortes fiscales desde 1972. Sin embargo, según Azad Zangana, economista y estratega senior de Europa de Schroders, es probable que estos recortes den lugar a una mayor inflación y a una subida aún mayor de los tipos de interés.
“El discurso, relativamente breve, ofreció pocas medidas, pero significativas. Comenzó confirmando que el anuncio de la primera ministra de apoyar a los hogares y las empresas con las facturas energéticas seguirá adelante, antes de desvelar una serie de recortes fiscales, muchos de los cuales no eran más que anulaciones o reversiones de subidas de impuestos previamente anunciadas. Por ejemplo, algunas de las medidas anunciadas fueron la eliminación del tipo adicional del impuesto sobre la renta del 45% a partir de abril de 2023 o la supresión del límite de los bonus de los banqueros”, destaca Zangana.
Según las estimaciones que maneja el economista de Schroders, se espera que el coste total de las diversas medidas anunciadas alcance los 161.500 millones de libras esterlinas a lo largo de este ejercicio y los próximos cuatro años (el 6,6% del PIB nominal actual). Sin embargo, esta cifra excluye las ayudas a corto plazo para los hogares y las empresas en relación con las facturas de energía, que se calcula que ascenderán a 60.000 millones de libras en los próximos seis meses.
“Estimamos que esta cifra podría ascender a 150.000 millones de libras en los próximos dos años, sin suponer una ampliación de las ayudas a las empresas, lo que elevaría el coste total estimado de las nuevas medidas a 311.000 millones de libras (12,8% del PIB nominal actual). Incluso basándose en las propias estimaciones del Tesoro, el Instituto de Estudios Fiscales ha anunciado que se trata del mayor conjunto de recortes fiscales desde 1972”, apunta Zangana.
Y añade: “La gran apuesta del Gobierno es que los recortes fiscales y la reducción de la fiscalidad impulsarán un mayor crecimiento y, a su vez, generarán mayores ingresos fiscales. Es probable que esto ocurra, pero que el crecimiento pueda volver al 2,5% anual de forma sostenible sin generar una inflación significativa es poco factible en este momento”.
Principal consecuencia: subida de tipos
Según la economista de Schroders, la magnitud del estímulo fiscal anunciado obligará probablemente al Banco de Inglaterra a subir los tipos de interés más de lo previsto. “Además, es probable que el enorme estímulo fiscal adicional haga subir la inflación más que el crecimiento, lo que será menos útil para el erario público, pues llevará a un mayor endeudamiento”.
Por último reconoce que a algunos inversores también les preocupa que las agencias de calificación puedan rebajar el rating de Reino Unido, lo que podría llevar a algunos tenedores de bonos del Estado a verse obligados a vender parte o incluso la totalidad de sus tenencias. “Esto puede suceder con el tiempo, y dependerá del Gobierno defender su nuevo enfoque de la fiscalidad en los próximos meses. Y, lo que es más importante, si el crecimiento y el aumento de los ingresos fiscales no materializan, el canciller tendrá que estar preparado para dar un giro y preparar algunas medidas de austeridad”, concluye Zangana.
“El mayor impacto de las dos últimas jornadas bursátiles se ha producido, como es lógico, en los mercados de divisas y de tipos. Creemos que una buena parte de la reacción negativa podría tener que ver no necesariamente con las medidas específicas que se anunciaron, sino más bien con la falta de claridad en cuanto a cómo se financiarán. Esto podría abordarse en las próximas semanas. No cabe duda de que algunas empresas se verán perjudicadas por el debilitamiento de la moneda y la subida de los tipos de interés, pero es muy importante realizar un cuidadoso análisis ascendente. Las empresas globales de una economía abierta, algunas de las cuales están realmente apalancadas a los tipos más altos, podrían tener un buen rendimiento”, argumenta Villaroel.