2019 fue un año fantástico para los mercados de EE.UU., con rendimientos estelares en (casi) todos los frentes. Ya en 2020, DPAM, la gestora del grupo belga Degroof Petercam, considera que los mercados probablemente mantengan su impulso por el momento, pero podría haber problemas en el horizonte.
La entidad asegura en un documento que las elecciones estadounidenses supondrán una de las mayores fuentes de volatilidad y su resultado será un contribuyente (o detractor) esencial para el rendimiento general del mercado. “Si quieren ganar, los demócratas tendrán que elegir un candidato fuerte para enfrentarse a Trump”, afirma. Si no encuentran a alguien adecuado para estimular a sus votantes, Trump volverá a obtener una ventaja sustancial.
Según DPAM, la sanidad es una de las industrias que se verá directamente afectadas por los comicios. “Medicare para todos” se ha convertido en un tema candente en los debates demócratas. Los más moderados, como Joe Biden y Peter Buttigieg, abogan por mejoras en los costes y simplificaciones del sistema actual, mientras mantienen los vínculos con las aseguradoras privadas. Otros quieren volver a empezar completamente e implementar un sistema para todos.
Este asunto no solo divide considerablemente al Partido Demócrata, sino que también tiene consecuencias para el futuro de las aseguradoras y los proveedores de servicios de salud como Anthem o UnitedHealth Group. Por ello, DPAM pronostica “mucho ruido” en las acciones de salud cuando nos acerquemos a la designación del nominado demócrata a principios de verano y a las elecciones presidenciales en noviembre.
“Aunque 2019 fue un año sorprendente para la mayoría de los sectores, notamos una cierta desaceleración en los industriales”, añade. Tanto la industria de los semiconductores como el sector de la automoción en particular han afrontado ciertos obstáculos. La gestora confía en que el primero mejore en 2020 gracias a unos sólidos fundamentales, pero se muestra pesimista sobre el segundo, ya que no ve ninguna señal importante de recuperación (más bien todo lo contrario).
Al tratarse de una industria cíclica, si el crecimiento general comienza a estancarse, podría suponer un desastre para un sector en dificultades. Además, la mayoría de los principales fabricantes de automóviles se enfrentan actualmente a “una costosa e intensa transición” hacia los vehículos eléctricos (EV). Aunque “prometedores a largo plazo”, DPAM considera que su infraestructura y precio actuales requerirán mejoras sustanciales si los fabricantes quieren comercializarlos con éxito.
“Aun así, como los inversores son tremendamente pesimistas en este sector, también podría generar oportunidades inesperadas. Las perspectivas demasiado negativas podrían ignorar la escasa penetración en el mercado (y las consiguientes oportunidades de crecimiento) en países como India”, asegura. Por ello, se mantiene muy prudente, pero aconseja prestar atención a las acciones infravaloradas.
Las primeras noticias sobre la guerra comercial entre EE.UU. y China parecen ser positivas, después de que ambas partes firmaran un «acuerdo de fase 1» el 15 de enero. “Sin embargo, los inversores son muy conscientes de que esto es más una formalidad”. Para la gestora, ese mini-pacto es un buen primer paso, pero no aborda inmediatamente los temas centrales de la guerra comercial, sino que sienta las bases para futuros acuerdos. En su opinión, la postura de Trump será muy interesante de seguir, ya que tendrá que mezclar cuidadosamente su actitud despiadada con un sentimiento de cooperación.
“Lamentablemente, este sentimiento está ausente en su actitud hacia la UE”, señala al recordar que el presidente de EE.UU. se apresuró a tomar represalias cuando Francia presionó con el impuesto GAFA, que casi exclusivamente se dirige a los gigantes de la tecnología estadounidense. Respondió con amenazas de aranceles sobre los bienes de lujo franceses, como el champán, el queso y los bolsos. “Afortunadamente, parece que se ha evitado una nueva escalada, ya que las autoridades de ambos países se reunieron en Davos y acordaron una tregua en la disputa por los impuestos digitales y ampliar las negociaciones comerciales”.
DPAM todavía espera que los mercados de EE.UU. se desempeñen adecuadamente en 2020. Sin embargo, los inversores probablemente tengan que ser un poco más selectivos, ya que el año ha arrancado con incertidumbres sobre la guerra comercial sin resolver, tensiones geopolíticas y unas elecciones presidenciales cerca. “En consecuencia, los fundamentales de las empresas desempeñarán un papel más importante para proteger a los inversores de una desaceleración comparativa, o de un aumento repentino de la volatilidad”. Por ello, la gestora anima a diversificar entre industrias para minimizar el riesgo sistemático.
En su opinión, los inversores también deberían considerar la actitud de una empresa hacia el ASG. La transición hacia un futuro más sostenible sin duda ejercerá mucha presión en aquellas que no sepan adaptarse, por lo que aboga “firmemente” por compañías “con la mente abierta” que estén dispuestas a aprovechar las oportunidades que ofrece ese cambio.
Otro factor que considera importante a la hora de afrontar las incertidumbres que se avecinan es la política de crecimiento de los dividendos de una empresa. “Consideramos que es una clara señal de su salud, valor y calidad general”, señala DPAM, antes de hacer hincapié en que esa política de dividendos puede diferir de una empresa a otra y de un sector a otro.
Por ejemplo, las industrias más maduras -como la de bebidas- estarían más inclinadas a redistribuir los beneficios a sus accionistas. Mientras, para las industrias en crecimiento -como la biotecnología- podría ser más beneficioso asignar parte de su cash flow a la investigación y el desarrollo. “Independientemente del sector, siempre es importante considerar si el flujo de caja de una empresa se invierte correctamente, ya sea como una inversión en su crecimiento o como un pago de dividendos”, apunta.