Laurent Van Tuyckom llegó hace nueve años a DPAM, la gestora del grupo belga Degroof Petercam, donde actualmente está al frente de la estrategia ‘high dividend’ a nivel europeo y global a través de los fondos DPAM Invest B Equities Europe Dividend y DPAM Invest B Equities World Dividend. En esta entrevista con Funds Society, señala que 2020 será un buen año para invertir en fondos de dividendos como el suyo: de renta variable europea y global, defensivo y con un perfil riesgo-retorno atractivo, articulado a través de una estrategia de inversión claramente bottom-up.
El 2019 terminó de forma positiva para casi todos los activos. ¿Es un buen momento para asumir más riesgo y apostar por la renta variable y el estilo ‘value’?
Al invertir en renta variable, hay que fijarse en las valoraciones. En este momento, los activos de riesgo parecen caros, pero, a nivel relativo, la renta variable europea parece más barata que algunas alternativas de renta fija: hay una brecha histórica entre el 5% que esperamos que crezca nuestro fondo DPAM Invest B Equities Europe Dividend en 2020 y la rentabilidad a 7 años de los bonos europeos investment grade.
Aun así, la valoración no es suficiente para mover a los mercados: es necesario tener un catalizador. En ese sentido, en DPAM hemos identificado cierta estabilización de los tipos de interés en la región y, después del aviso de Christine Lagarde, se empieza a entender que la política monetaria no es suficiente para resolver los problemas económicos y hacen falta medidas fiscales. Creo que es un buen entorno para, al menos, lograr una estabilización del rendimiento del estilo ‘value’ en 2020 y ser optimistas para los fondos dividendo de DPAM.
¿Qué factores geopolíticos vigilan de cerca por el impacto que puedan tener en su estrategia?
La geopolítica siempre genera volatilidad. Nuestro enfoque es que, a su vez, esta crea buenos puntos de entrada para empresas sólidas en el mercado. En concreto, este año, miraremos de cerca las elecciones estadounidenses o el acuerdo comercial que firmarán (o no) el Reino Unido y Europa. Aun así, no especulamos y nos centramos en la valoración: es la que determinará si existen oportunidades.
¿Cómo se construye la cartera del DPAM Invest B Equities Europe Dividend?
Con cerca de 700 millones de euros en activos bajo gestión, nuestra estrategia se articula a través de un proceso de inversión de tres partes. Primero, monitorizamos el mercado basándonos en las previsiones de rentabilidad para los dividendos. Nos centramos en empresas para las que se espera una rentabilidad superior al mercado que sea sostenible durante los dos próximos años.
Después, llega el paso más importante: la revisión de los fundamentales. Nuestro equipo de 10 analistas observa las oportunidades de inversión que ofrece un universo de unas 300 empresas y validan los parámetros cualitativos y cuantitativos. Los primeros tienen que ver con la estructura de la industria, la volatilidad o el historial de su gestión. Los segundos se centran en la fortaleza del balance, el cash flow y la valoración. Por último, nos reunimos con la empresa: no invertimos en ninguna que no conozcamos en persona.
El tercer paso es la construcción de la cartera, que tratamos que sea lo más diversificada posible. Si no hay fundamentales sólidos y valoraciones atractivas, no nos interesa. En este momento, por ejemplo, tenemos en cartera a Sanofi (4,2%), Sampo Plc (4%) y Total (3,8%).
¿Siguen entonces un enfoque bottom-up?
Sí, nuestro enfoque de inversión es de convicción: no hacemos asignaciones regionales o por sectores, sino que nos centramos en los resultados de nuestro proceso bottom-up y en las tendencias que vemos a largo plazo. Por ejemplo, el cambio climático está jugando un papel fundamental porque los líderes políticos se están viendo obligados a cambiar las cosas.
De ahí que en las carteras de dividendos veamos oportunidades en el sector de los servicios públicos, ya que una proporción cada vez mayor de la energía que consumimos en el planeta vendrá de fuentes renovables. En concreto, apostamos por lo que llamamos servicios públicos “integrados”, a través de empresas como Enel o Iberdrola, que están bien posicionadas para capitalizar esta tendencia.
¿Qué rendimiento registraron en 2019?
En 2019, obtuvimos un buen rendimiento absoluto de dos dígitos. El estilo ‘value’ registró una brecha inmensa sin precedentes de más del 12% con el ‘growth’, que se debió sobre todo a los bajos tipos de interés que impulsaron a este último. Aun así, en los últimos años nuestras capacidades bottom-up nos han permitido rendir por encima del ‘value’.
¿Qué esperan para 2020?
Después de que los tipos de interés alcanzaran el mínimo al final del verano, vimos una recuperación de la estrategia ‘high dividend’. Si cada vez más personas confían en que las expectativas de inflación y los tipos se están estabilizando, regresarán a sectores valorados de forma atractiva que ofrezcan una buena rentabilidad de dividendos. Dado que ya hemos visto el impacto negativo que ha tenido el QE en el sector financiero y en la desigualdad y el BCE ha pedido más medidas fiscales, creo que es probable que se produzca este escenario y, como resultado, soy optimista para estrategias de dividendos como la de DPAM.