El TPP, es decir el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, es considerado como la piedra angular de la política económica del gobierno de Obama en la región de Asia-Pacífico. Además de reducir los aranceles y mejorar los intercambios comerciales, permitirá a los once países firmantes -más Estados Unidos- reforzar la protección en ámbitos que van desde lo laboral, a lo medioambiental, pasando por la propiedad intelectual o los derechos de autor.
Pero, ¿quiénes son los grandes ganadores? El equipo de inversión de Fidelity lo tiene claro. La apuesta de los expertos de la firma apunta a Japón y a Vietnam.
Se calcula que el 67% de las categorías de bienes industriales exportadas a EE. UU. quedarán libres de aranceles (frente al 39 % actual). Y a consecuencia de ello, el sector automovilístico japonés se convierte en un claro ganador a través de la exportación de vehículos de pasajeros y recambios a EE.UU. y Canadá. Pero en el otro lado, en norteamérica la ventaja llegará por la reducción estimada de los costes de producción de 10.000 yenes por vehículo.
«El TPP será positivo para Japón en muchos niveles y tendrá un efecto duradero. La reducción de los aranceles que traerá consigo el acuerdo aumentará las exportaciones en sectores como los automóviles y los recambios, la maquinaria y los equipos electrónicos, donde Japón es competitivo. Las importaciones de productos agrícolas, silvícolas y acuícolas aumentarán. Esto dará lugar a reformas en estas industrias, donde Japón es relativamente eficiente”, explica Paul Tsai, director de análisis para Japón de Fidelity.
Pero habrá otro sector nipón, que según Tsai, que se verá especialmente beneficiado por el refuerzo de la propiedad intelectual: el de los biofármacos. “Japón es un destacado fabricante de nuevos medicamentos. Atendiendo a estos factores, la inversión extranjera directa en el país también debería aumentar», dice.
El incremento resultante en la inversión extranjera directa (IED) debería ayudar al Banco de Japón a reforzar la confianza en su capacidad para impulsar la economía y aportaría cierto alivio tras las dudas en torno al éxito de la relajación monetaria.
En lo que respecta a Vietnam. Fidelity recuerda que es la economía que más rápido crece en el sureste asiático. De hecho, Vietnam registró un crecimiento interanual del 6,8% en el tercer trimestre de 2015.
En el corazón de Asia, con mano de obra barata, los bajos impuestos que pagan los miembros del TPP deberían animar a más marcas como Samsung y Nike a seguir trasladando producción desde China, cree la firma. Pero, el reto para Vietnam será cumplir con las exigentes normas laborales y medioambientales del TPP.
«El Acuerdo Transpacífico reducirá las barreras tributarias entre los países miembros y mercados como Vietnam y Malasia probablemente vean cómo se reducen los aranceles que pagan por exportar a los países miembros del TPP. Creo que Vietnam podría experimentar una recuperación de la inversión extranjera directa, ya que unos impuestos más bajos, combinados con una mano de obra relativamente barata, atraerán inversiones relacionadas con la industria manufacturera del país. A su vez, esto podría tener un efecto favorable sobre el empleo y el consumo privado y, colectivamente, impulsar el crecimiento económico de Vietnam», apunta Teera Chanpongsang, gestor del fondo Emerging Asia y el FIF South East Asia de Fidelity.