Cuando la cotización de una empresa cae, los inversores a menudo piensan que hay algo realmente mal con la compañía. Pero eso puede ser una suposición errónea, sobre todo porque los inversores orientados a ETFs están comprando en sectores en general más que en empresas individuales.
Kurt Feuerman, CIO de Select US Equity Portfolios en AB, y James T. Tierney, Jr., CIO de Concentrated US Growth de AB, explican como el momentum puede ser una ‘cosa graciosa’. Un impulso en las acciones no es necesariamente un indicador de momentum en los negocios. A veces una acción cae simplemente porque los inversores están recogiendo beneficios tras un rally o porque su portafolio está cambiando su perfil de riesgo en un mercado volátil. Hay un sinfín de razones por las que precios de las acciones se mueven. Ambos gestores nombran la estrechez del mercado el año pasado como un ejemplo de esto.
“Los inversores podrían suponer que el bajo rendimiento de una amplia franja del mercado de renta variable de Estados Unidos significa que la mayoría de las empresas están en mal estado. Pero hay otra interpretación plausible. También podría significar que hay una gran cantidad de oportunidades de compra en empresas infravaloradas que son mucho mejores empresas lo que se cree. Distinguir entre un momentum de precios y el momentum en los negocios es una de las varias formas en la que los inversores activos pueden capturar el exceso de rentabilidad en horizontes de largo plazo”, escriben en el blog de la firma.
El sector sanitario ignora los fundamentales
El sector sanitario también es un buen ejemplo. Los temores sobre el posible establecimiento de controles a los precios de los fármacos han sido un tema recurrente durante la campaña presidencial de Estados Unidos.
Ya en septiembre de 2015, cuando Hillary Clinton anunció con un tweet su intención de imponer controles sobre los medicamentos recetados, los inversores en empresas farmacéuticas reaccionaron al instante, recuerdan los gestores de AB. No importó que aún no hubiera sido nominada como candidata presidencial demócrata o que los obstáculos políticos para sus propuestas sean de considerable tamaño. Ese día, las acciones de los fabricantes de medicamentos en Estados Unidos y Europa cayeron fuertemente.
“Entre esas empresas estaba Zoetis, que cayó un 11% durante la semana siguiente. Una caída mayor que la del resto del sector farmacéutico estadounidense en esos días. Pero los inversores no se dieron cuenta de algo. Lo que fabrica Zoetis son productos de salud animal, por lo que probablemente no sería un objetivo en el caso de que se establezcan controles sobre los medicamentos para las personas, asi que sus perspectivas de crecimiento a largo plazo no habían cambiado”, apuntan Feuerman y Tierney.
Durante el mes siguiente, el sector sanitario continuó registrando una rentabilidad inferior al S&P 500. Los títulos de biotecnología también se vieron afectados, incluyendo empresas como Biogen y Celgene, cuyas previsiones es que sus ingresos crezcan en al menos un 10% anual durante los próximos cinco años.
A pesar del furor desatado en el debate por el control de precios de los fármacos, nada ha cambiado en las perspectivas de negocio de muchas compañías farmacéuticas. El impulso bajista en la cotización se debió a las especulaciones sobre una posible reorganización de la dinámica de la industria, sin ninguna consideración real de los fundamentales de cada empresas, los flujos de efectivo o el potencial de beneficios.
Pero AB también señala que el momentum en la renta variable también ha creado un dilema para los inversores en el sector de la tecnología. A principios de 2015, algunas de las compañías tecnológicas más grandes y maduras de Estados Unidos cotizaban a precios muy bajos con respecto a sus múltiplos de beneficios. Algunos inversores vieron esto como una oportunidad de compra.
Sin embargo, durante los siguientes meses, los precios de las acciones de estas compañías continuaron cayendo aún más. En este caso, las empresas se enfrentan a desafíos importantes, entre ellos, la evolución de la tecnología de la información, que está lastrando el crecimiento en sus negocios subyacentes. Aquí, el impulso de precios puede de hecho haber sido un reflejo del estado del impulso en los negocios. A nuestro juicio, lo que es importante para los inversores es evaluar ambas variables por separado, y tener en cuenta que sólo porque una acción es barata, no significa que se pueda conseguir más barata.
Los rallies puden confundir
Del mismo modo, no todos los valores que suben con fuerza tiene un negocio subyacente sano. Este es el caso de las acciones de energía como un ejemplo. Durante el año pasado, las acciones de las empresas de energía han tendido a moverse hacia arriba y hacia abajo en estrecha correlación con el precio del petróleo. Pero sólo porque el precio del petróleo se haya recuperado en las últimas semanas, no significa que todas las empresas de energía tengan un negocio subyacente resistente.
“En nuestra opinión, algunas compañías de exploración y producción tienen la dinámica de negocio más débil y aún podían encontrar probelmas para hacer crecer sus beneficioss, incluso aunque el precio del petróleo siga subiendo. Pero creemos que algunas de las empresas más grandes tienen balances de mejor calidad y más posibilidades de reducir los costes, lo que podría ayudar a minimizar el efecto de la continua volatilidad del petróleo en ganancias”, escriben Feuerman y Tierney.
«En lugar de operar a ciegas con los títulos en función de las fluctuaciones de precios, es importante examinar las perspectivas de los fundamentales de cada negocio para asegurarnos de que el camino a ganancias de largo plazo en la cotización es sostenible. Los portfolios pasivos serán vulnerables a las oscilaciones de momentum. Al estar en sintonía con los movimientos, los gestores activos pueden aspirar a evitar falsas señales de fuertes oscilaciones de las cotizaciones bursátiles, especialmente aquellas impulsadss por los flujos de los fondos negociados en bolsa. Y cuando el impulso tira hacia arriba, los managers activos de renta variable pueden hacer ajustes tácticos a las posiciones y recuperar dinero temporalmente con el fin de volver a invertirlo en acciones atractivas cuando tienen los precios correctos», concluyen.