El Banco Mundial celebra el martes una reunión de urgencia de su directorio después de que el economista jefe del organismo, Paul Romer, afirmara que la metodología del ranking de competitividad empresarial fue alterado por supuestas motivaciones políticas en Chile.
La noticia ha desatado una tormenta en la nación andina, ya que el descenso del índice, a partir de 2014, coindice con los años de gestión de la presidenta Michelle Bachelet, al frente de una coalición de centro izquierda. Según los últimos cálculos anunciados por el propio Paul Romer, Chile debería estar en el puesto 55 del Doing Business y no en el 51.
A la espera de las explicaciones del Banco Mundial, el debate se centra en las consecuencias que tuvieron los cambios del índice.
El ministro de Hacienda chileno, Nicolás Eyzaguirre, aseguró que la posición internacional de Chile salió sin duda perjudicada por los cambios en el ranking, así como la candidatura del centro izquierda en las pasadas elecciones. Pero Eyzaguirre también añadió que el perjuicio es difícil de cuantificar.
Por su parte, el presidente del Banco Central chileno, Mario Marcel, consideró poco probable que el índice disuadiera a las empresas de instalarse en Chile. Según Marcel, el Doing Business está más dirigido a la toma de decisiones de políticas públicas que al mundo de los negocios.
La mayoría de los economistas de instituciones privadas señalaron que el índice del Banco Mundial no tiene una relación directa con los datos económicos en Chile, y que la bajada del ranking, de unos cuatro puntos, no puede ser considera como determinante para explicar la bajada de la inversión registrada durante los últimos cuatro años.
El Doing Business califica la facilidad que ofrecen 190 países para hacer negocios y sería una referencia anual para las grandes empresas para evaluar la apertura de un país sobre temas diversos, como el tributario.