Tras un largo periodo de contracción, el repunte de la economía japonesa ofrece un conjunto de oportunidades atractivo a los inversores. Para Miyuki Kashima, directora de inversiones en renta variable japonesa en BNY Mellon, el segmento de acciones de pequeña capitalización parece especialmente atractivo ahora mismo.
En opinión de Kashima, que lidera el equipo de renta variable japonesa ubicado en Tokio, y es responsable de todas las estrategias gestionadas por el equipo, hay motivos de sobra para fijarse en las empresas de pequeña capitalización japonesas. Además del contexto económico favorable, la experta considera que este segmento de activos aporta diversificación y presta atención a valores que, a primera vista, pueden pasar desapercibidos.
Kashima apunta doce motivos que explican por qué decantarse por esta clase de activos:
- Un trasfondo macroeconómico positivo. La economía japonesa ha protagonizado un renacimiento espectacular en los últimos años, y su crecimiento del PIB nominal (en tasa interanual) lleva 18 trimestres consecutivos en territorio positivo. Para Kashima, este fuerte impulso constituye un hito importante. Por primera vez desde 1997, el PIB nominal supera los 533 billones de yenes, con lo que la economía nipona ha recuperado por fin el terreno perdido durante dos largas décadas a la baja. “El PIB se ha recuperado muy bien desde el lanzamiento de la Abeconomía , y por fin hemos vuelto al nivel 1997, cuando comenzó la deflación”, afirma. “Pese a ello, nos hallamos solamente a la mitad del objetivo de PIB nominal que persigue el gobierno, de 600 billones de yenes, con lo que aún no hay motivo para un cambio de dirección”.
- Orientación doméstica de las small caps.Si uno piensa que el trasfondo macroeconómico japonés está mejorando, el mejor mercado en el que puede invertir es el de acciones de pequeña capitalización. Esto se debe a que las small caps niponas tienen una orientación mucho más doméstica que sus homólogas de gran tamaño, tal como ilustran las cifras del índice Russell Nomura. A fin del ejercicio financiero pasado, el ratio de exportación agregado de las compañías de dicho indicador era del 34% en base a ventas. Este cociente es del 37% en el caso de las empresas de gran capitalización, pero del 20% para las small caps.
- Las small caps tienden a batir al segmento de gran capitalización en mercados alcistas. La renta variable japonesa se ha disparado últimamente. El índice Topix subió un 20,7% durante el periodo de 12 meses entre el 31 de enero 2017 y el 31 de enero de 2018. Históricamente, el segmento de pequeña capitalización ha sido un lugar idóneo en el que posicionarse durante fases alcistas. Un análisis comparativo de las rentabilidades de las secciones de pequeña y gran capitalización del índice Russell/Nomura desde 1984 hasta 2017 sugiere que las small caps se destacaron en la gran mayoría de los periodos en que el mercado ganó terreno.
- Una cuestión de correlación.La ventaja de invertir en small caps japonesas también es aparente cuando uno considera el tema de la correlación. Los inversores que lo hacen se benefician de menores correlaciones medias respecto a los índices de Europa, el resto de Asia, los mercados emergentes y Estados Unidos. Estas bajas correlaciones son más evidentes en el caso de los índices de pequeña capitalización. Kashima: “La gente suele hablar de alternativas cuando se plantea el tema de la diversificación, pero este aspecto de la exposición a la renta variable nipona se pasa a menudo por alto. En nuestra opinión, los inversores que buscan formas de diversificar sus carteras se beneficiarían de una asignación en acciones japonesas de baja capitalización, pues su evolución tiende a ser relativamente independiente de los movimientos de los índices generales de renta variable global”.
- Un coto de caza abundante. Los inversores en small caps japonesas tienen dos ventajas claras frente a los inversores en acciones niponas de gran capitalización. Para empezar, tienen un conjunto de oportunidades mucho más amplio: 1.250 acciones entre las que elegir, frente a 350 en el índice large cap. En segundo lugar, dado lo opaco que puede ser el mercado japonés, las oportunidades en small caps suelen pasar desapercibidas para los inversores internacionales. Kashima explica lo a menudo que el equipo de inversión tiene que elaborar sus propios pronósticos de beneficio o ventas para empresas individuales en el universo de pequeña capitalización. Estas compañías están “desconectadas” de la comunidad inversora: no existen estimaciones de consenso, y sus equipos directivos no suelen publicar previsiones por iniciativa propia. El equipo de Kashima salva esta brecha mediante conocimiento local, reuniones con directivos y con su propia contabilidad forense.
- Seleccionar ganadores.Esta necesidad de conocimientos y experiencia locales también se hace aparente cuando uno considera cuántas acciones individuales registran rentabilidades superiores en un año determinado. Tal como ilustra la tabla inferior, los inversores concentrados únicamente en las acciones más grandes de la bolsa japonesa pueden identificar de 10 a 25 empresas que verdaderamente superan al resto en un buen año. Si desean ampliar su cartera más allá de este rango tan estrecho de compañías, deben considerar un universo de inversión mucho más amplio y tener en cuenta a las acciones de pequeña capitalización. No obstante, tal como hemos visto, hacerlo requiere conocimientos locales muy específicos.
- Estabilidad política.Un motivo adicional para invertir en small caps niponas es la estabilidad política del país asiático. Japón era un caso perdido a nivel político a mediados de la década 2000-2010, pero se ha convertido en un ejemplo de estabilidad a día de hoy. Entre 2006 y 2012, el país tuvo siete primeros ministros, más de uno por año. Todo esto cambió tras la elección de Shinzo Abe en diciembre de 2012. Recientemente, con su arrolladora victoria en los comicios de noviembre de 2017, el partido oficialista LDP mantuvo su “supermayoría” en la cámara baja del parlamento (de 465 escaños), con lo que Abe va camino de convertirse en uno de los líderes con mayor antigüedad en el cargo de la historia de Japón. Tal nivel de estabilidad es muy beneficioso para las empresas de menor tamaño, afirma Kashima, sobre todo ahora que Abe se ha comprometido a mantener las políticas de la “Abeconomía”, el programa de estímulo fiscal y monetario que lleva su nombre.
- Crecimiento salarial: las pymes recogen el testigo.Como ilustración de la creciente fuerza y confianza del sector de la pequeña y mediana empresa en Japón, Kashima destaca el panorama esbozado por los datos de crecimiento salarial. Hasta hace muy poco, explica, las compañías internacionales y de gran capitalización representaban la mayor parte del crecimiento de los salarios. En los últimos dos años, sin embargo, un número creciente de small caps también han comenzado a elevar los salarios de sus empleados. En 2016, por ejemplo, un 59% de las pymes subieron los salarios; en 2017, dicha cifra había aumentado hasta más del 66%. Esto es significativo para la salud de la economía en su conjunto, afirma Kashima, ya que son precisamente esas pymes –y no las grandes multinacionales– las que emplean a la mayoría de las personas en la sociedad nipona.
- Préstamos bancarios: el sustento de las pymes.Si las pequeñas y medianas empresas tienen cada vez más confianza en el futuro, un entorno de préstamo benigno es de crucial importancia. Los bancos japoneses tienen un ratio de préstamos/depósitos inferior al 60%. El de las entidades estadounidenses es ligeramente mejor, en torno al 70%. Pero en Europa, 16 de los 28 países analizados por el Banco Central Europeo tienen sectores bancarios con un coeficiente medio de préstamos/depósitos superior al 100%. Según Kashima, esto revela que los bancos japoneses tienen mucha más capacidad para liberar capital para préstamos que muchos de sus homólogos globales.
- Acumulación de tesorería.Si los bancos tienen dinero para gastar, este también es el caso de las empresas japonesas. Esto se debe, en parte, a la historia de deflación en el país asiático: en un entorno deflacionario tenía sentido no invertir o gastar. Asumiendo que la deflación llega a su fin y que el sentimiento continúa mejorando, las empresas podrían mostrarse más dispuestas a reducir sus grandes reservas de efectivo, lo cual redundaría positivamente en el conjunto de la economía y para los inversores en general. Esto también beneficia a las pequeñas empresas japonesas, prosigue Kashima: “Dado que las grandes compañías ya están muy capitalizadas, existe una menor competencia para lograr financiación bancaria. De nuevo, al tener margen para elevar su apalancamiento, las pymes deberían ser capaces de “acelerar” sus niveles de crecimiento en adelante, con acceso a buenas líneas de crédito en caso de necesitarlas.”
- Una oportunidad infraponderada.Pese a los argumentos a su favor, Japón sigue siendo un mercado significativamente infraponderado en las carteras de los inversores internacionales. Entre abril de 2003 y abril de 2006, las compras netas de acciones japonesas ascendieron a 250.000 millones de dólares; entre octubre de 2012 y diciembre de 2013, esa cifra había caído a 180.000 millones de dólares. El descenso, afirma Kashima, podría deberse a que los inversores se concentraron excesivamente en los aspectos percibidos como negativos del panorama inversor nipón. Ahora, con la economía japonesa en plena transición hacia el crecimiento, dicho efecto retardado podría corregirse, y dar impulso a las acciones del país asiático.
- La buena noticia no está en el precio…Hemos visto que la renta variable japonesa es infravalorada por los inversores globales, pero las acciones niponas presentan valoraciones bajas por sí mismas. Al menos, este parece ser el caso si consideramos la brecha existente entre la evolución de los índices bursátiles y la mejora de los beneficios corporativos. Tal como ilustra el gráfico inferior, los beneficios se han recuperado, pero el mercado solamente se ha desmarcado de forma moderada. En base a esta medida, las acciones japonesas parecen ofrecer un recorrido alcista decente, concluye Kashima.