Los efectos de una disminución en la liquidez global de los mercados ya han comenzado a notarse. A los inversores de renta fija ya no les bastará con realizar una apuesta por la beta del mercado, sino que en adelante deberán preocuparse de favorecer la creación del alfa en sus carteras para generar un atractivo ratio de rentabilidad ajustada al riesgo. En 2018, la Reserva Federal continuó, tal y como estaba previsto, con su ciclo de subidas de tipos, acabando el año con cuatro subidas anuales y situando su tasa de interés de referencia en un rango del 2,25% al 2,5%. A su vez, la Fed continuó reduciendo su balance contable siguiendo con su programa de endurecimiento cuantitativo; y por su parte, el Banco Central Europeo confirmó el fin de su programa de compras. Estos movimientos hacen que el Banco de Japón sea el único banco central, dentro de las economías desarrolladas, que está activamente comprometido en un programa de relajamiento cuantitativo.
Con este telón de fondo, DNCA Investments, gestora ‘boutique’ de origen europeo y afiliada a Natixis Investment Managers, lanzó hace un año la estrategia DNCA Invest Alpha Bonds, una estrategia de renta fija global, con un objetivo de retorno absoluto que busca proporcionar un rendimiento superior al Eonia +2,5%, dentro del periodo recomendado de inversión de tres años, con un perfil defensivo de riesgo, en el que la volatilidad anual asociada es menor al 5% en condiciones normales de mercado. Además, no tiene un sesgo direccional, con un rango de duración entre -3 y +7. Asimismo, es una estrategia líquida, en la que al menos un 75% de los bonos en los que invierte son emisiones de países pertenecientes a la OCDE, y el riesgo de divisa es menor al 20%.
Cuenta con un equipo gestor experimentado, compuesto por Pascal Gilbert, con más de 30 años de experiencia en la industria de inversión, y François Collet, con más de 15 años de experiencia, que ejecutan una asignación dinámica entre un amplio rango de estrategias de renta fija.
El proceso de inversión
Su proceso de inversión parte de un análisis macroeconómico, continúa con un metódico análisis de las valoraciones y realiza un riguroso seguimiento del riesgo. En su primera etapa, el análisis macroeconómico, busca identificar en qué fase del ciclo se encuentra cada mercado en el que invierte, durante la fase de recuperación busca el crecimiento potencial, en la fase de expansión realiza un seguimiento de la inflación y de las señales que emiten los bancos centrales con sus políticas de ‘forward guidance’. Mientras que en la fase de desaceleración están atentos a las actuaciones de las políticas monetarias y de la tasa de neutralidad y en la fase recesión, se centran en las políticas fiscales y en el déficit del balance primario.
En la evaluación de las valoraciones, utilizan la prima de riesgo ajustada al vencimiento (RATP, por sus siglas en inglés), calculada como el cociente del exceso de retorno sobre la tasa swap a tres años entre la volatilidad histórica, pues en el largo plazo la fiabilidad de las predicciones macroeconómicas es limitada. Esta métrica es una herramienta relevante a la hora de señalizar señales relevantes de compra y venta, situando el 90% de las observaciones entre 0 y 20 puntos básicos, cuando el ratio RATP se sitúa por encima de los 20 puntos básicos, los activos de renta fija se encuentran en una zona de valoración atractiva, lo que se interpreta como una señal de compra. Por el contrario, cuando el ratio RATP se sitúa por debajo de 0 puntos básicos, señala una venta, pues los activos de renta fija se encuentran en una zona de valoración cara. Esta herramienta también sirve para realizar un análisis relativo de valoración.
Por último, en el proceso de control y monitorización del riesgo, la calidad y la liquidez determinan el presupuesto del riesgo en cada una de las fases del proceso de inversión. De esta manera, la contribución máxima a la volatilidad de la cartera es del 5% para los bonos del gobierno a 10 años, del 2,5% para el sector privado y la deuda corporativa de grado de inversión, y del 1,5% para el crédito high yield, la deuda convertible, la deuda emergente y subordinada.
La visión macroeconómica
Para 2019, DNCA prevé que los principales riesgos serán la acentuación del proteccionismo y el crecimiento en los populismos. La actividad económica se ha ralentizado, tal y como mostraron los datos económicos del mes de diciembre, tanto en Estados Unidos como en Asia o la zona euro. En parte, arrastrados por la incertidumbre generada por la disputa comercial entre Estados Unidos y China. Así, el índice PMI compuesto mundial se situó en 52,7, lo que supone una caída de 0,5 puntos.
Estados Unidos cerró el año con un crecimiento de 2,9%, muy cercano su capacidad total. La inflación se situó en un 2,4%, debido principalmente a la baja tasa de desempleo, con un 3,7% cercana al pleno empleo, y el incremento salarial derivado de las presiones en el mercado laboral. La tasa de interés de los fondos federales se situó en el rango del 2,5%, próxima a su nivel de neutralidad y como consecuencia de la política fiscal de la administración Trump, el déficit fiscal se incrementó hasta llegar a un 4,7%. Es por eso que el equipo de DNCA cree que el potencial de la economía de Estados Unidos permanece alto y que no hay señales de una recesión a la vista.
En China tampoco esperan una recesión y creen que el gigante asiático será capaz de pilotar un escenario de estabilización tras la desaceleración neta de 2019. En la zona euro, el crecimiento en 2019 ha sido del 1,9%, manteniéndose por encima de su potencial. La inflación fue del 1,8%, gracias a un crecimiento salarial del 2,5%. Mientras tanto, la tasa de referencia del Banco Central Europeo se sitúa en el -0,4%, con lo que tan solo existe una posible dirección para los tipos. En materia de política fiscal, se espera que comience a verse un mayor gasto por parte de los gobiernos.
La aceleración salarial experimentada por Estados Unidos, Europa y Japón contrarresta la caída de los precios del barril del petróleo, que volvieron a caer en diciembre y cerraron el trimestre con una bajada de casi 20 dólares.