La lucha contra el cambio climático está en la mente de todos. La transición de la economía mundial hacia fuentes de energía renovables requerirá grandes inversiones, pero también podría reportar grandes ganancias a los inversores. A la hora de seleccionar valores, sugiere DNB Asset Management, es importante reconocer los riesgos individuales de una empresa e invertir en negocios que combinen fuentes fiables de ingresos, potencial de crecimiento y una valoración atractiva.
Fuentes de energía alternativas con costes más reducidos
De acuerdo con la gestora, en el sector de las energías renovables —el motor de la transición energética— se observa desde hace tiempo una tendencia alentadora: las subvenciones y las inversiones acumuladas durante más de 10 años han hecho que el coste de la energía eólica y solar se sitúe en un nivel que permite a las fuentes de energía alternativas ofrecer costes más bajos que el petróleo y el gas en la mayoría de mercados. Hoy día, los hogares y las empresas ya pueden ahorrar dinero cambiándose a las energías renovables. A consecuencia de ello, indica DNB, en 2050 el 80 % de la demanda de electricidad se atenderá con energías renovables y tan solo el 20 % con combustibles fósiles. En 2020, estos porcentajes eran exactamente los opuestos.
DNB considera que el abaratamiento de los costes y el aumento de la competencia reforzarán esta tendencia durante los próximos años, también porque otros actores importantes están sumándose a las generaciones más jóvenes y a las autoridades políticas y están avanzando en la misma dirección. Dado que los principales economistas de la UE, China y EE. UU. también prestan una gran atención a los costes cuando desarrollan sus planes para alcanzar las cero emisiones, los expertos de DNB esperan que se produzca un enorme repunte sincronizado en la demanda de energía solar y eólica.
Este hecho, combinado con el abaratamiento de las soluciones de almacenamiento, hace que la electrificación también suscite un interés cada vez mayor, valoran. DNB explica que el descenso de los precios de las baterías trae consigo grandes cambios, sobre todo en el sector del transporte. Por ejemplo, en el primer trimestre de 2021 uno de cada cuatro nuevos turismos matriculados en los mercados europeos más importantes por ventas fue un coche eléctrico, mientras que el hidrógeno también podría desempeñar un papel importante en el transporte pesado en el futuro. Además, los sectores industriales más sensibles necesitan el hidrógeno verde para reducir sus emisiones. El hidrógeno se considera verde si se produce mediante la electrolisis del agua y la electricidad necesaria para ello se genera exclusivamente a partir de fuentes renovables, por ejemplo, parques eólicos y solares o centrales hidroeléctricas.
Laura McTavish, analista en DNB, considera que la eficiencia energética es tal vez una de las oportunidades más subestimadas en relación con el cambio climático. Y ello a pesar de que ya están empezando a verse los primeros esfuerzos en el sector de la construcción, el transporte y las aplicaciones industriales, explica. En este contexto, los expertos también consideran que la eficiencia en el uso de los recursos es uno de los aspectos más importantes. Una persona produce alrededor de 1 kg de residuos al día, mientras que las tasas de reciclaje se mantienen en niveles bajos. DNB piensa que esta situación va a cambiar ahora gracias a unos requisitos más estrictos: por ejemplo, la nueva ley de envases de Alemania estipula, entre otras cosas, que a partir del próximo año deben reciclarse casi dos tercios de todos los residuos de envases de plástico de los hogares. En 2030, la UE quiere aumentar la obligación de reciclar hasta un porcentaje del 70 %.
DNB Renewable Energy Fund es una inversión a largo plazo en los esfuerzos en defensa del clima y se centra en empresas que pueden realizar una contribución a la transición energética. Las empresas cotizadas que se han comprometido con la protección del medio ambiente son objeto de preselección, pero otros criterios importantes son una buena cultura corporativa y productos sostenibles, explican desde la gestora. Para Christian Rom, cogestor de DNB Renewable Energy Fund, si una empresa reúne estos criterios es que posee una ventaja competitiva duradera, lo que también atrae talento y, en última instancia, clientes. Con el tiempo, estos valores aumentan su interés para los inversores y, a largo plazo, se convierten en ganadores y fijos en las carteras, sugiere.
Stian Ueland, gestor de fondos en DNB, menciona a la empresa Christian Hansen como ejemplo de su amplio proceso de selección. Esta empresa es el mayor proveedor del mundo de bacterias y enzimas para la industria alimentaria, uno de los mayores productores de CO2. Para hacer que la cadena alimentaria sea más sostenible en el futuro, Hansen está reemplazando los productos químicos, como los que se usan actualmente para conservar los alimentos o como pesticidas en los campos y huertos, con bacterias y enzimas. Ueland aprecia potencial en esta área, que está dando todavía sus primeros pasos, por lo que menciona a este valor como una de las 15 mayores posiciones del DNB Renewable Energy Fund. La gestora prevé que, en general, el fondo se beneficie de grandes temáticas como los esfuerzos en defensa del clima y la sostenibilidad durante las próximas décadas.