Deutsche Bank considera que no habrá recesión en la economía mundial en 2019, aunque anticipa una desaceleración. La entidad confía en que haya un crecimiento en torno al 3,5% gracias al empuje de la economía estadounidense, alcanzando un nivel similar al de 2018, de acuerdo con los cálculos de los analistas. Respecto a la euro zona y los mercados emergentes, los indicadores de confianza que maneja la entidad anticipan una ralentización de la actividad.
Por su parte, para Estados Unidos estima que la economía mantenga su solidez, tras un crecimiento en el tercer trimestre de 2018 del 3,5% anualizado. No obstante, la guerra comercial ha empezado a hacer mella sobre el sector exportador, y las continuas subidas de tipos lo están haciendo sobre el sector inmobiliario. En 2019 podría crecer un 2,4%, una cifra muy lejos de la recesión.
En la zona euro, el crecimiento económico en 2019 se mantendría por encima del potencial, con un aumento del PIB del 1,6%. “Los indicadores de confianza muestran una ralentización de la actividad, derivada de las tensiones comerciales. El sector exterior es el más afectado, pero aun así prevemos que el crecimiento se mantenga por encima del potencial”, explica Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank en España. A juicio de los expertos del banco existen, sin embargo, algunos factores políticos de riesgo como el desafío presupuestario italiano o el acuerdo en torno al Brexit que generan dudas en el Viejo Continente.
Por otro lado, en los países emergentes, pese a la incertidumbre comercial, la subida del dólar y las subidas de tipos de la Fed, los fundamentales económicos mantendrán en niveles elevados las tasas de crecimiento económico de los países emergentes. Se espera que en 2019 el crecimiento se sitúe en el 5%. “Consideramos que China es clave. Su gobierno está aprobando medidas de estímulo para frenar los costes del mayor proteccionismo”, argumenta Duce.
Respecto a la política monetaria, los analistas de Deutsche Bank consideran que la Reserva Federal (Fed) podría subir tipos otra vez en diciembre y al menos dos veces más en 2019. “La Fed subirá probablemente 25 pb en diciembre, y teóricamente, otras dos veces en 2019. Según Jerome Powell, presidente de la Fed, los tipos ya están muy cerca de los niveles neutrales. Sigue siendo incierto hasta qué punto tendrá en cuenta la Fed la solidez en el crecimiento de EEUU en su calendario de subidas”, apunta Duce. En Europa, la política del BCE mantiene los tipos bajos en todos los plazos. La perspectiva es que los tipos suban, pero de forma muy lenta. Podría haber una primera subida del tipo depo (actualmente en el -0,4%) en la última parte del año. “El BCE ha prolongado el programa de compra de deuda hasta diciembre. A partir de 2019 seguirá reinvirtiendo los vencimientos de su cartera y no subirá los tipos al menos hasta después de verano. Es posible que apruebe medidas adicionales (nueva TLTRO) para cubrir problemas de financiación puntuales”, añade.
Estrategia de inversión
En lo referente a la renta fija, los analistas de Deutsche Bank consideran que existen oportunidades selectivas en títulos corporativos. La entidad prevé que, en Estados Unidos los tipos a 10 años suban a un año vista hasta el 3,25%- 3,5%. Mientras, en Europa, los tipos a 10 años podrían subir también, pero los riesgos políticos y las tensiones comerciales limitarían dicho incremento. “El fuerte crecimiento, la baja probabilidad de recesión y la solidez de los balances empresariales apoyarían a los bonos Investment Grade de EE.UU. En Europa, tanto los títulos Investment Grade como High Yield serían atractivos, tras las ampliaciones de las primas de riesgo de las últimas semanas”, señala Jiménez-Albarracín. En cuanto a los bonos emergentes, “aquéllos en divisa fuerte ofrecen rentabilidades atractivas, pero las tensiones comerciales y la subida del dólar hacen que sólo apostemos por títulos en divisa fuerte”, explica Jiménez-Albarracín, responsable de renta variable del Centro de Inversiones de Deutsche Bank España.
Respecto a las divisas, “a corto plazo, la mayor fortaleza del crecimiento en EEUU y la mayor agresividad de la política de la Fed deberían favorecer al dólar”, indica Jiménez-Albarracín. Para finales de 2019 los expertos de la entidad prevén un tipo de cambio de 1,15 dólares/euro. Asimismo, se considera que la subida prevista de tipos por parte del BCE a cierre de 2019 limitaría mayores avances del dólar.
Por otro lado, en relación a la renta variable, “consideramos que en estos momentos las bolsas no están recogiendo la situación económica y empresarial”, afirma Jiménez- Albarracín. En EE.UU., la fortaleza del crecimiento económico se traduciría en mayores beneficios y esto podría llevar al índice S&P a los 2.950 a un año vista. Según los analistas de Deutsche Bank, las caídas registradas en octubre y noviembre no se corresponden con los fundamentales económicos y empresariales y han colocado las valoraciones en niveles mucho más atractivos. “En Europa, las dudas políticas han generado un sentimiento negativo que ha pesado más que los beneficios empresariales. A corto plazo el potencial de subida está limitado por estos problemas”. En emergentes, la subida de tipos de la Fed y las tensiones comerciales han provocado una rebaja en las perspectivas de beneficios.
Materias primas, el banco considera que el precio del crudo subirá hasta los 65 dólares/barril dada la baja probabilidad de recesión mundial y el recorte previsto de producción por parte de la OPEP en su reunión de la próxima semana. Además, “el oro podría beneficiarse de su papel refugio en un año que habrá momentos de incertidumbre y convertirse en un activo muy atractivo para los inversores que busquen diversificar su cartera y protegerse ante la incertidumbre política y la volatilidad», añade Jiménez-Albarracín.