2017 será un año de crecimiento económico y si algo marcará la diferencia con respecto a este ejercicio será la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Desde Deutsche Bank vaticinan un avance de la economía mundial del 3,4% apoyado en gran parte en el empuje que pueda proporcionar la expansión fiscal del nuevo presidente estadounidense.
“La economía mundial ha salido del escenario de recesión, pero el crecimiento no es lo suficientemente fuerte como para alcanzar a todas las capas de la sociedad y provoca el auge de los extremismos”, explica Rosa Duce, economista jefe del Centro de Inversiones de Deutsche Bank.
Durante la presentación en Madrid de sus perspectivas para 2017, Duce ha señalado que “la victoria de Trump ha supuesto un cambio radical sobre las perspectivas de crecimiento económico. Llevábamos tiempo viendo que la política monetaria de tipos cero y estímulos cuantitativos estaba agotada, pero Trump es el que ha empezado a hablar en serio de política fiscal”. Entre las medidas anunciadas que más pueden impactar en el PIB de EE.UU. está el incremento del gasto en infraestructuras y la rebaja del impuesto de sociedades.
En Europa la situación es más complicada y la incertidumbre política vuelve a los expertos más pesimistas. Con todo, prevén un crecimiento en la zona euro del 1,6%. “En 2017, la política monetaria del BCE se mantendrá como el principal apoyo de la economía de la eurozona, aunque después de verano confirmaremos si las compras de la entidad finalizan el próximo mes de diciembre”, asegura Duce.
En cuanto al comportamiento de la economía española, será positivo, aunque no tanto como este ejercicio. Tendrá que soportar unos precios del petróleo más altos y una subida de impuestos que reducirá el crecimiento al entorno del 2%, según Deustche Bank.
Los mercados emergentes, y sobre todo Latinoamérica, constituyen el gran interrogante del año próximo. La incógnita es cómo les afectarán las posibles medidas aislacionistas de EE.UU. y, en base a esto, los expertos de la entidad germana giran su mirada hacia Asia, donde parece claro que China seguirá siendo el epicentro que impulse a la región con un crecimiento del 6,5%.
Estrategia de inversión: mayor peso de renta variable y muy selectivos en renta fija
Deutsche Bank admite que la bolsa de EE.UU. está cara, pero, aun así, las expectativas positivas le hacen apostar por ella frente a la renta variable europea. Según Diego Jiménez-Albarracín, responsable de renta variable del centro de inversiones de Deutsche Bank, “el mayor crecimiento, una regulación más favorable y la rebaja de impuestos apoyarían a la bolsa, pese a las exigentes valoraciones”. La entidad ve con buenos ojos los sectores de materiales de construcción y maquinaria pesada, por un lado, y el sector financiero ante la expectativa de una relajación en la regulación bancaria.
En Europa, pese a la incertidumbre política y las dudas sobre el sector bancario, señalan que puede haber sorpresas positivas. “Es importante destacar que el mercado ya asume o da por descontada esta situación”.
En cuanto a las emergentes, ven recorrido principalmente en las bolsas asiáticas. En el caso de la renta fija, “tendríamos que optar por renta fija corporativa en plazos cortos porque la pendiente se está notando y las subidas de tipos perjudicarán a los bonos de largo vencimiento”, añade Jiménez-Albarracín.
En su opinión, “nos encontramos en el final del rally de la renta fija. En EE.UU. subirán las rentabilidades ante el mayor incremento previsto del déficit y de la deuda y las posibles nuevas subidas en los tipos de interés. Mientras, en Europa prevemos un contagio desde EE.UU. en los plazos más largos”.
En deuda soberana, ven valor en países emergentes, pero en activos denominados en dólares debido a las dudas que despiertan las divisas de estos países. Respecto a high yield, “seguimos pensando que hay oportunidades en empresas europeas que han sufrido rebaja de rating pero que generan beneficios”, apostilla.