Deutsche Bank tiene claro que el año que viene estará marcado por la búsqueda del crecimiento, lo que condicionará las políticas de los bancos centrales y, por lo tanto, de los inversores. El escenario central que plantea Rosa Duce, Chief Investment Officer de Deutsche Bank en España, es de cifras de menor crecimiento económico, que no llegará al 1% ni en Estados Unidos ni en la zona euro.
A pesar de este leve crecimiento económico, Duce espera que la inflación se mantenga firme debido a una serie de factores, como la continua rigidez de los mercados laborales, por lo que los tipos de interés «se mantendrán altos a ambos lados del Atlántico y los bancos centrales iniciarían sus ciclos de recortes a lo largo de 2024”. De este modo, prevé una inflación todavía del 2,9% en 2024 en la zona euro. En Estados Unidos, según las previsiones, la inflación se situará en el 2,8% (media anual) el próximo año, debido a una menor actividad y a un debilitamiento del mercado laboral.
Como resultado de esta combinación de débil crecimiento económico y de inflación por encima de los objetivos de los bancos centrales, las bajadas de los tipos de interés podrían llegar ya en la segunda mitad del año que viene, aunque en una cuantía inferior a la que espera el consenso del mercado: según Duce, tanto la Reserva Federal como el BCE bajarían los tipos de interés hasta en 75 puntos básicos a lo largo de tres reuniones.
Eso sí, estas bajadas de tipos estarán condicionadas por la velocidad del enfriamiento económico y la desinflación. De tal manera que, si la economía sigue resistiendo, los bancos centrales mantendrán los tipos, y viceversa. Y, si hay repuntes inflacionistas inesperados, las bajada de tipos también se harán esperar. Una fuerte desinflación provocada por una recesión económica obligaría a una relajación monetaria más agresiva, pero este escenario es poco probable, según Duce, debido a que todo apunta a un aterrizaje suave de la economía mundial.
China será uno de los factores clave en ese crecimiento. En Deutsche Bank calculan que el PIB chino crecerá el 4,7% en 2024, y que los estímulos que está implantando el gobierno se dejarán notar en la segunda mitad del año.
Además de la actividad de los bancos centrales, los mercados también pondrán el foco en los múltiples procesos electorales previstos para el año que viene: «la mitad de la población mundial está convocada a las urnas en 2024», señala Duce. Las presidenciales en Estados Unidos marcarán la agenda después del verano, con una campaña, según la estratega, que estará muy marcada por la política fiscal. También estará en el foco el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, así como la Inteligencia Artificial, que «poco a poco va a ir calando en la economía, de tal forma, que ganará en competitividad», asegura Duce.
Distribución de activos
Alejandro Vidal, responsable del equipo de Investment Managers de Deutsche Bank España, reconoció que la renta fija será el activo a tener en cuenta en las carteras el año que viene. Considera que la mejora prevista de las condiciones crediticias a finales de 2024 beneficiará al crédito investment grade en dólares, mientras que el entorno económico benigno favorecerá al crédito investment grade denominado en euros. Aunque los niveles de rentabilidad seguirán siendo elevados en los bonos high yield en dólares, «los posibles problemas de refinanciación de los emisores de menor calificación reducirán su atractivo en 2024», puntualiza. Asimismo, espera un estrechamiento de los diferenciales en los bonos soberanos y corporativos emergentes.
En renta variable, Vidal ve probable que las bolsas sigan muy influidas por la evolución de la renta fija. En general, a largo plazo, la caída de los rendimientos de los bonos debería ser favorable, en particular para las empresas de pequeña capitalización, afectadas por el aumento de los costes de financiación. Los valores sustitutivos de los bonos, como las utilities, también deberían obtener mejores resultados, aunque probablemente, habrá que esperar a que los bancos centrales den más señales de que iniciarán el ciclo de rebajas de tipos.
“En términos de rentabilidad, la renta fija será un activo muy interesante en 2024 y en renta variable la atención seguirá centrada en las perspectivas de beneficios empresariales, que podrían aumentar en términos anuales en los próximos trimestres y, por lo tanto, a lo largo del próximo año”, explica Vidal.
Eso sí, Vidal puntualiza que habrá volatilidad el año que viene, tanto en la renta fija como en la renta variable, derivada de la incertidumbre relacionada con la intensidad de la desaceleración de la economía mundial, ya que este factor condicionará las bajadas de los tipos de interés. El experto recuerda que los mercados se mueven ahora, igual que en los últimos años, por las decisiones de los bancos centrales.
En divisas, el experto ve estabilidad en el cambio del dólar, lo que es positivo para los mercados emergentes. Frente al euro, espera un cambio en 1,1 a finales de 2024. Asimismo, a medida que los bancos centrales pasen de las subidas de tipos a los recortes, el oro debería beneficiarse en el mercado de materias primas. Igualmente, respecto a los precios del petróleo, se espera que los miembros de la OPEP continúen con sus recortes de producción a corto plazo y es probable que los precios suban modestamente, si bien los riesgos geopolíticos podrían desencadenar otros movimientos. sus previsiones para el oro negro apunta a un precio del barril en el entrono de los 88-90 dólares.
España
Respecto a España, Deutsche Bank prevé que la economía española cerrará 2023 con un crecimiento del 2,5%, si bien este aumento del PIB en España se ralentizará el año próximo y aumentará un 1,4% en 2024. No obstante, la economía española se comportaría mejor que el conjunto de la zona euro, donde el endurecimiento de las condiciones financieras está pesando sobre la actividad. En particular sobre la construcción y la inversión.
Respecto al mercado español, Vidal espera que la bolsa se comporte en línea con el resto de mercados europeos. Su evolución dependerá de lo que haga la banca y Vidal cree que el contexto beneficia al sector, debido a las perspectivas de bajadas de tipos y a que se evitará una recesión económica profunda. «Nuestros sectores favoritos para Europa son el sector financiero, el industrial, la energía y el consumo y España cuenta con ejemplos de estos sectores», asegura.
Claves de inversión
Las claves para invertir de Deutsche Bank en 2024 se resumen en 12 puntos.
1.-(Geo)política – Juegos de poder. Los acontecimientos políticos internos influyen cada vez más en las agendas de la política exterior, y 2024 será el año electoral más importante de la historia.
2.- Economía – La inversión crea competitividad. En 2024 se espera un crecimiento moderado de las economías industrializadas. El reto a largo plazo sigue siendo la inversión para mejorar la competitividad económica y luchar contra el cambio climático.
3.- Inflación – Primera etapa superada. La inflación se está moderando, pero se mantendrá por encima de los objetivos de los bancos centrales en 2024. Llevará tiempo ganar esta batalla.
4.- Bonos – Los tipos reales importan. El aumento de los rendimientos ha vuelto a situar a los bonos en el centro de atención de los inversores y los bonos Investment Grade podrían ser la estrella. Se prefieren los bonos corporativos a los bonos del Estado debido a la recuperación de la rentabilidad y a los sólidos fundamentales.
5.- Divisas – Cuidado con lo que deseas. Probablemente no sea un gran año para los movimientos de las divisas, pero las razones subyacentes de su fortaleza seguirán siendo importantes: no siempre es beneficioso.
6.- Acciones – El crecimiento tiene un precio. Se espera un sólido crecimiento de los beneficios en todo el mundo en 2024. Sin embargo, las expectativas de tipos más altos durante más tiempo pueden frenar la expansión de las valoraciones.
7.- Sectores – Apostar por la tecnología. Los valores estadounidenses en crecimiento siguen siendo probablemente la mejor opción a largo plazo. Los valores financieros europeos y japoneses también podrían ser atractivos, así como los de consumo discrecional, industriales y energéticos.
8.- Materias primas – Las relaciones comerciales importan. Es probable que los precios del petróleo suban, a pesar de un crecimiento económico moderado. El impacto de la oferta y la demanda es más evidente en los metales industriales.
9.- Alternativos – Valor respaldado por los activos. Todavía hay muchas razones para que nos gusten los valores alternativos, que también pueden ser una buena fuente de diversificación de la cartera. Las infraestructuras tienen muchos méritos.
10.- ESG – Estamos juntos en esto. La inversión ESG se ha generalizado, con implicaciones para el rendimiento. La transición energética puede marcar el camino hacia la inversión en la economía sostenible.
11.- Riesgos – El riesgo de reducir los riesgos. Las medidas para crear estabilidad pueden crear nuevos riesgos. Los tipos siguen en nuestro radar.
12.- Cartera – Optimismo equilibrado. La atención a largo plazo debe centrarse en el crecimiento. Reconsiderar los bonos, vigilar los riesgos de la renta variable y diversificar siempre.