Las empresas familiares aparentemente se desenvuelven mejor en crisis complejas como la del COVID, según se desprende de un análisis de los expertos Markus Eckey y Sebastian Memmel, del área de IPB International Private Bank de Deutsche Bank, quienes han concluido que son las empresas familiares cotizadas las que han sorteado en mejores términos la pandemia. Los autores subrayan que las empresas familiares tienen ventajas en comparación con las que no tienen una familia como inversor de referencia, lo que las hace más resilientes en las crisis. Y como muestra se centran en los datos de las compañías cotizadas alemanas. Mientras que los precios de las acciones de las empresas familiares se desplomaron un 23,7% durante la primera fase del COVID, las empresas sin un accionista familiar vieron caer sus precios aún más, un 30,7%. «En el caso de las empresas familiares, el desplome es por término medio menor en una crisis y la recuperación suele ser mucho más rápida», destaca Markus Eckey. De hecho, según su estudio los precios de las acciones de las empresas familiares volvieron a los niveles anteriores a la crisis tres semanas antes. Otra de las conclusiones que destacan es que las empresas familiares que cotizan en bolsa son más rentables. Según su estudio, su rentabilidad sobre los fondos propios (RoE) fue del 7% de media en 2020. En el caso de las empresas sin un accionista familiar, la rentabilidad media fue de menos 11%. Y, en este contexto, identifican tres factores clave, que explican por qué estas empresas resisten mejor las crisis: 1. Anclaje emocional Como inversores ancla, las familias o los fundadores suelen estar más vinculados emocionalmente a la empresa que otros inversores. Su atención se centra en el éxito empresarial a largo plazo. Especialmente en tiempos de crisis, esto puede dar a la empresa más estabilidad. 2. Una toma de decisiones más rápida Las empresas familiares suelen tener una gestión centralizada y la toma de decisiones es rápida. Esto les permite reaccionar rápidamente en situaciones de crisis y adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes. Además, los miembros de la familia suelen ocupar puestos directivos, siendo los canales de decisión muchísimo más cortos. 3. Estabilidad financiera «Las empresas familiares suelen tener una base de capital más conservadora, lo que les da más estabilidad en una crisis repentina», explica Eckey. Esto suele traducirse en unos ratios de capital más elevados. Por tanto, las empresas familiares suelen tener más facilidad para asegurar su liquidez en condiciones de mercado difíciles. Los autores consideran que la forma en que las empresas familiares han mostrado su resilencia durante la crisis del COVID puede servir ahora como referencia: «Otras empresas pueden aprender de esa combinación de visión a largo plazo, procesos de toma de decisiones cortos y estabilidad financiera para prepararse mejor de cara a futuras crisis», concluyen. |