El crecimiento del PIB, excluidas las recientes crisis económicas, cayó a mínimos históricos a principios de este año. Asimismo, todas las economías de la región se enfrentan a problemas políticos internos, dadas las consecuencias colaterales de la ruptura comercial de los EE.UU. y China, y a una deuda que los hace especialmente vulnerables a las fluctuaciones del dólar estadounidense.
Sin embargo, aunque colectivamente se encuentran entre los mercados emergentes con peores resultados y es difícil construir un escenario de inversión positivo para cualquiera de ellos, cada uno de ellos tiene problemas diferentes.
“En primer lugar, existen algunos puntos en común. La disputa comercial entre China y EE.UU. ha tenido un profundo impacto en la región y explica gran parte de los riesgos económicos externos. Aun así, con una inflación en su mayoría baja, los bancos centrales emergentes tienen espacio para recortar los tipos de interés”, asegura Stéphane Monier, director de Inversiones de Lombard Odier.
“De hecho, este año Brasil, México, Perú y Chile ya lo han hecho. Sin embargo, las perspectivas de los precios de las materias primas se encuentran bajo presión a medida que la economía china se desacelera y los flujos comerciales continúan alterándose”, añade.
En este contexto y dada la actual situación precaria en la que se encuentran las economías de América Latina, Stéphane Monier, ha realizado un análisis de las principales regiones de la zona:
- Brasil: geopolítica y pensiones
La mayor economía de la región y la octava más grande del mundo, sufre de un bajo crecimiento de la productividad y del envejecimiento de la población. Para Monier, “a primera vista, la recuperación económica de Brasil parece estar en sus primeras etapas, con una gran capacidad, una cuenta corriente casi equilibrada y una inflación que se ha reducido a la mitad desde 2016”. El Banco Central de Brasil (BCB) reinició la reducción de los tipos de interés en julio, llevándolos a un mínimo histórico del 6,0%, e impulsando las expectativas de continuar en esa línea.
La recuperación se estancó tras los escándalos de corrupción, el empeoramiento de la seguridad pública y el bajo crecimiento, junto con la promesa de ser duro contra el crimen, esto ayudó a Jair Bolsonaro a llegar a la presidencia el año pasado.
En la actualidad, el crecimiento ha disminuido de forma constante desde principios de año. En 2018, el PIB real creció un 1,1% y podría aumentar un 0,8 por ciento este año, según el Fondo Monetario Internacional. Esto ha decepcionado a los inversores que habían mantenido sus expectativas políticas en el nombramiento de Bolsonaro y esperaban un rápido cambio económico.
Según Monier, “la cuestión clave a la que se enfrenta Brasil es la urgente necesidad de reformar el sistema de prestaciones y elevar la edad de jubilación”.
El sistema de pensiones llevó el déficit público al 7% del PIB a principios de este año y, si no se reforma, la deuda de Brasil será tan grande como el total de su economía dentro de tres años. La reforma de las pensiones y de los impuestos, junto con un proyecto de ley económica recientemente aprobado, podría tener un gran impacto. El paquete ante el Congreso podría aumentar el crecimiento del PIB hasta un 2,4% en 2020, dice el FMI.
Sin embargo, el presidente Bolsonaro se encuentra cada vez más aislado geopolíticamente. Actualmente, las relaciones entre el presidente y el resto del mundo se han deteriorado en medio de la preocupación internacional por los incendios amazónicos y los sentimientos proteccionistas.
- México: petróleo y déficit
“El aumento de las tensiones comerciales también ha socavado la demanda de las exportaciones de bienes de México. Aunque, a diferencia de Brasil, México tiene un modesto déficit presupuestario” comenta Monier.
Sin embargo, la economía de México se basa en Pemex, la compañía petrolera nacional. La caída de la producción ha convertido al país en un importador neto de petróleo y, en junio, Fitch rebajó la calificación crediticia de Pemex a «basura» y Moody’s puso a la compañía en una perspectiva negativa. En el cargo desde el año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, está considerando contratos con el sector privado, lo que podría mejorar la producción de petróleo.
Después de la elección de Trump en 2016, el peso mexicano cayó y la inflación se aceleró, empujando al banco central a un ciclo de subidas. Ese ciclo está terminando a medida que los encargados de la formulación de políticas recortaron las tasas al 8% en agosto. “La postura moderada de la Reserva Federal de los EE.UU. en los últimos meses debería dar al banco central un margen adicional para los recortes de tipos en los próximos meses” comenta Monier.
Para Monier, “sin esfuerzos para reducir los impuestos y un aumento en las mejoras de la productividad de Pemex (además de una reciente inyección de capital y un alivio fiscal), el déficit fiscal del gobierno sólo puede deteriorarse. Y aunque cualquier mejora en el panorama comercial más amplio entre EE.UU. y China ayudaría, en sus relaciones con EE.UU., el izquierdista/populista AMLO no puede parecer que haga concesiones en temas delicados como la inmigración o la seguridad fronteriza”.
- Argentina: controles de incumplimiento y de capital
La lista de males de Argentina incluye la alta inflación, la deuda denominada en moneda extranjera, la importante cuenta externa y el déficit presupuestario. Argentina entró en recesión el año pasado y ahora se está tambaleando por tercera vez desde el año 2000.
Las elecciones primarias de agosto desbarataron las expectativas con un amplio margen de victoria para el aspirante presidencial Alberto Fernández, que se enfrentará al titular Mauricio Macri en octubre.
La incertidumbre política se ha sumado a las tensiones por un paquete impopular del FMI, diseñado para ayudar al país a hacer frente al servicio de la deuda pública, que asciende al 80% del PIB, y cuatro quintas partes de la cual está en moneda extranjera, principalmente en dólares estadounidenses. El peso se ha debilitado hasta un 22% frente al dólar en el último mes. Esto se sumó a las dificultades de la deuda argentina e incrementó las presiones inflacionarias, lo que llevó al banco central a considerar la posibilidad de ajustar las tasas de interés.
Frente a un listado de preguntas sobre la capacidad de Argentina para pagar sus deudas, el 1 de septiembre el gobierno introdujo controles de capital, limitando las transferencias y compras de dólares estadounidenses a 10.000 dólares mensuales en un esfuerzo por apoyar al peso.
Para Monier, “esto sólo puede perjudicar aún más las posibilidades de reelección del Sr. Macri. El país se encuentra en modo de gestión de crisis y sigue siendo uno de los mercados emergentes más inestables”.
- Chile y Perú: cobre y China
El Banco Central de Chile redujo las tasas de interés y su pronóstico de crecimiento económico para reflejar la cambiante demanda comercial y la creciente inflación. El crecimiento económico probablemente alcanzó su punto máximo el año pasado y la dependencia del país de la deuda en moneda extranjera en el sector no financiero se encuentra entre las más altas de las economías emergentes.
“Chile produce casi un tercio del cobre del mundo, lo que representa hasta una sexta parte del PIB del país, y los precios podrían caer en promedio alrededor del 9% este año, en comparación con 2018, según el Banco Central. El cobre es un importante barómetro de la actividad económica y China es el mayor consumidor de cobre del mundo, lo que hace a Chile vulnerable a la desaceleración china” explica Stéphane Monier, director de Inversiones de Lombard Odier.
Los fundamentales económicos de Perú parecen sólidos, con una sólida cartera de inversiones a partir de 2018, un sólido entorno empresarial y condiciones financieras acomodaticias, incluyendo un bajo déficit en cuenta corriente. El país es también el segundo mayor productor de cobre del mundo, pero aquí, las protestas contra la minería han bloqueado las operaciones en el país en las últimas semanas.
Para Monier, “Perú podría convertirse en una de las economías de más rápido crecimiento en la región a medida que el gobierno trabaja para diversificar la economía y alejarla de la minería y el consumo aumenta mientras la clase media del país se expande. Al igual que Chile, Perú es vulnerable a cualquier desaceleración china en el corto plazo y sigue dependiendo de la inversión extranjera”.
- Colombia: Las FARC y la IED
Con su alta dependencia del petróleo, que representa la mitad de las exportaciones, Colombia es vulnerable a los choques externos y trabaja para reducir su déficit en cuenta corriente. Políticamente, el país está dividido por la paz con las FARC rebeldes y se enfrenta a la afluencia de refugiados de la vecina Venezuela. No obstante, una retención menor y más favorable para los inversores, así como el fortalecimiento de los derechos legales favorecen la atracción de la inversión extranjera directa.
Para Monier, “el banco central ha reducido las tasas al 4,25% y, a menos que los precios del petróleo se desplomen, esperamos que los responsables políticos mantengan las tasas en suspenso y posiblemente inicien un ciclo de senderismo a finales de este año”.
“Cualquier otra debilidad de la moneda puede socavar la capacidad de los bancos centrales de Latinoamérica para seguir reduciendo los tipos de interés e incluso obligar a los que tienen altos niveles de deuda en moneda extranjera a invertir el curso y volver a subir los tipos de interés. En este contexto, el fin de las tensiones comerciales sería el mayor catalizador para mejorar la fortuna económica de la región, con la posible excepción de los desafíos de Argentina. Mientras tanto, la reducción de las tasas de interés sin duda contribuirá a mitigar las presiones económicas de la región. Por ahora, como inversores, las estrategias carrypueden ofrecer oportunidades. Sin embargo, en términos más generales, es difícil ser más que cauteloso en este entorno, en el que una serie de choques externos o internos de este tipo puede socavar aún más las economías de América Latina”, añade Monier.