Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) se reunieron en Bruselas el pasado 18-19 de febrero para discutir a fondo un acuerdo que incentive a los votantes en Reino Unido a permanecer dentro de la Unión. Muchos en el Reino Unido parecen contentos con las concesiones negociadas antes del referéndum, pero una vez que se alcanzó un acuerdo, el alcalde de Londres, Boris Johnson, y varios influyentes parlamentarios anunciaron su apoyo por la opción de Brexit (a favor de salir de la UE). El primer ministro británico, David Cameron, liderará la campaña a favor de la permanencia en la UE y la consulta sobre la adhesión se llevará a cabo el 23 de junio.
Los corredores de apuestas han cuantificado consistentemente la probabilidad de un voto a favor de la salida de en torno al 30% y hasta hace poco los inversores parecían indiferentes, pero tras los acontecimientos de la semana pasada, subrayan los expertos de MFS, las perspectivas de una separación se han vuelto más inmediatas, y la volatilidad del mercado va en aumento.
La firma cree que es probable que la incertidumbre y la volatilidad continúen hasta que se lleve a cabo el referéndum, ya que los mercados tendrán que hacer frente a la ambigüedad de un resultado binario. En caso de Brexit, habría que responder a algunas grandes cuestiones antes de que los inversores puedan evaluar con confianza las ramificaciones y el riesgo: ¿Cómo será la relación comercial de Reino Unido con la UE si vota a favor de salir? ¿Va a seguir siendo Londres la capital europea de las finanzas? ¿Qué será de la UE si Reino Unido logra con éxito salir de la Unión? ¿Seguirán otros países el ejemplo de Gran Bretaña? ¿Se disolverá Reino Unido, en base al deseo de Escocia de permanecer en la UE? ¿Cuál será el riesgo político en Reino Unido, dada la división del partido conservador que gobierna ahora?, se preguntan.
“Brexit realmente podría abrir la caja de Pandora en el ámbito político y financiero. Por otra parte, un voto a favor de la salida de la UE sólo sería el comienzo de un proceso que podría durar varios años. Un periodo de incertidumbre así podría afectar a las decisiones de inversión y los flujos de capital, que a su vez podrían afectar las perspectivas económicas a medio plazo”, estiman Eric S. Weisman y Pilar Gomez-Bravo, portfolio managers de renta fija de MFS, Gabrielle J. Gourgey y Ben Kottler, portfolio manager de renta variable, y Victoria Higley, portfolio manager institucional también de la firma.
La consecuencia más inmediata tras el anuncio del referéndum fue la declaración de Moody’s de que asignará una perspectiva negativa a la calificación Aa1 de Reino Unido si Gran Bretaña vota a favor de abandonar la UE. Fitch también ha publicado un informe destacando los riesgos a corto y largo plazo en el caso de un resultado a favor de la salida, recuerdan y apuntan a que hay riesgo de que países como Francia (de cara a las elecciones presidenciales del próximo año), Polonia (donde gobierna un ejecutivo más populista) o los Países Bajos decidan renegociar también sus relaciones con la UE.
La opinión de consenso es que el electorado tiende a apoyar el statu quo frente a preguntas existenciales. Esta vez, en particular, el voto a favor de la permanencia es la opción respaldada por los principales partidos –aunque hay unos pocos desertores de alto perfil-. Sin embargo, MFS destaca un montón de evidencias en otras partes del mundo de cómo el sentimiento anti-sistema puede provocar cambios. Y si las preocupaciones por la inmigración en la UE vuelven en primavera al primar plano de la agenta, estiman, el riesgo de un voto a favor de la salida de la Unión Europea podría aumentar.
“Claramente, los acontecimientos políticos pueden cambiar en importancia para los inversores. Pero quienes tienen un enfoque a largo plazo, como nosotros, pueden tener más confianza en nuestra convicción de que deberíamos invertir en empresas bien gestionadas capaces de hacer frente a los trastornos en el terreno político, de la misma forma que han superado los obstáculos inesperados del ciclo económico”, dice MFS.
En este contexto, es inevitable preguntarse qué significa todo esto para nuestras inversiones. “Como inversores a largo plazo en empresas globales, no estamos seguros de que necesitemos cambiar nuestra visión de forma preventiva. Debemos, sin embargo, seguir viendo nuestras inversiones domiciliados en el Reino Unido con cuidado y pensar en las posibles repercusiones de un Brexit para el resto de inversiones en Europa”, dice la firma.
En términos de riesgo soberano, la pregunta es si el mercado necesita una prima por el riesgo. ¿Cuánto, en todo caso, afectaría esto a la solvencia de Reino Unido? “En la actualidad, no es obvio que esa prima esté garantizada. Sin embargo, una salida desordenada que disminuya el crecimiento y exacerbe los ya elevados déficits fiscales y por cuenta corriente, es probable que merezca mayores rentabilidades de en la deuda, como en todo lo demás”.
En el caso de la divisa, se podrían aplicar el mismo tipo de preguntas. ¿Sufrirá la libra esterlina a largo plazo en su papel como medio de cambio internacional o como depósito de valor? “En el caso de un voto a favor de la salida de la Unión Europea, es probable que la libra se debilite. En los meses anteriores al referéndum, podemos esperar una mayor volatilidad, durante el cual la libra esterlina será el instrumento más líquido que los inversores utilizarán para expresar sus puntos de vista sobre la probabilidad de una Brexit”, concluyen.