El Banco Internacional de Pagos (BIS o Bank for International Settlements, en inglés) ha publicado recientemente los resultados de sus datos trimestrales actualizados. Por primera vez, el BIS también hizo público un desglose de los flujos de capital país por país, en lugar de trabajar con datos agregados como en otras ocasiones. En el informe económico y estratégico de Schroders del mes de octubre, los economistas Keith Wade, Azad Zangana y Craig Botham examinan los datos para analizar qué países emergentes pueden estar acumulando riesgo de crédito y qué otros países les están financiando.
Dividiendo los mercados emergentes entre amplias regiones, queda claro que los flujos de capitales han crecido más ampliamente en Asia y América Latina que en la región de Europa, Oriente Medio y África (EMEA). Esto podría señalar un incremento en los riesgos, que sería más probable en las dos primeras regiones que en la última.
China, como de costumbre, pertenece a su propia liga, con flujos transfronterizos en un punto siete veces superior a los niveles de marzo de 2009. En los últimos 18 meses, sin embargo, todas las regiones han visto disminuir sus flujos, con una combinación de las preocupaciones en torno a los movimientos de la Reserva Federal y la desaceleración de la economía china como posibles factores.
Al mismo tiempo, esta disminución alienta la idea de que se puede estar produciendo un desapalancamiento y una reducción en el riesgo, que también serviría para disminuir el lastre de la actividad regional. Podría decirse que existe la posibilidad de un rebote en los préstamos de la región EMEA, dado que la actividad actual se encuentra a niveles inferiores de los de 2009.
El Banco Internacional de Pagos proporciona datos sobre la composición de la divisa en estos flujos, mostrando que el euro rivaliza con el dólar por el dominio de la región EMEA, pero que en el resto de regiones es el dólar la divisa que domina. Existe muy poca evidencia en Asia de que la política del Banco de Japón haya estimulado mucho la captación de yenes, la participación total de yenes en la estructura total de financiación ha caído desde un 13,6% en marzo de 2009 a un 5,4% en marzo de 2016. La política de relajamiento cuantitativo llevada a cabo en Estados Unidos parece haber sido la fuerza de política monetaria dominante para Asia y América Latina. Los prestamistas en la región EMEA ha cambiado de forma marginal a la financiación en euros, aunque tanto en EMEA como en China, el aumento más grande se ha dado en la partida denominaciones “sin asignar” (no reportadas).
¿Donde residen los problemas?
Por su puesto los agregados regionales pueden ocultar enormes disparidades. En América Latina, por ejemplo, desde 2009 a 2013, Brasil lideró la media regional y al ser el constituyente más grande de esta región, ha continuado dominando desde entonces. Durante ese periodo, Colombia ha visto como su endeudamiento masivo superaba al resto de países de la región, tras un periodo de crecimiento relativamente lento. La primera parte de este aumento coincide con una desaceleración en los precios de los metales y la segunda parte del crecimiento se produce cuando los precios del petróleo se desplomaron.
Como país exportador de materias primas, parece bastante evidente que Colombia se vio forzada a tomar prestado para compensar por el colapso de los ingresos por exportación y esto se ve reflejado en el déficit por cuenta corriente, que se ha expandido desde un 2,2% del PIB en 2009 a un 5% en la actualidad, a pesar de que recientemente se han percibido una serie de mejoras. A pesar de que el reciente acuerdo de la OPEC para cortar la producción ofrece algo de esperanza para que se produzca una modesta recuperación en los precios del petróleo, un regreso a los precios anteriores a la era del “shale oil” o petróleo de esquisto, parece muy poco probable, por lo que el crecimiento continuo en el riesgo de crédito es una causa de preocupación, en contraste con la tendencia predominante en el resto de países emergentes.
La pregunta que desde Schroders se plantean es: ¿qué país es tan temerario como para estar financiado este dispendio? El mayor prestamista internacional es Estados Unidos, cuyos bancos registran el 39% de todos los pagos transfronterizos en el primer trimestre de 2016; y mientras esta cuota ha aumentado ligeramente en los dos últimos años, el aumento más significativo ha sido liderado por los bancos de la eurozona (con un 16% de reclamaciones transfronterizas, frente al 7% de 2009), particularmente en Francia. Esta diversificación puede proporcionar algo de mitigación en los riesgos, pero el 80% de las reclamaciones siguen estando denominadas en dólares, por lo que el estrechamiento de la liquidez en el mercado de dólares sigue siendo un gran riesgo.