La cuenta atrás para la celebración de las elecciones de Estados Unidos ya ha comenzado. El 3 de noviembre, los votantes elegirán entre el candidato demócrata, John Biden, y la reelección del republicano Donald Trump. Como potencia mundial, la elección de un presidente que puede marcar el rumbo del mundo es un evento que nadie se quiere perder. ¿Cómo puede influir la victoria de Biden o el doblete de Trump?
A pesar de que su trascendencia sea incuestionable, este año se van a ver, en cierta medida, eclipsadas por el coronavirus. Según un informe de UBS, es probable que ninguno de los resultados tenga un impacto tan significativo en los mercados como el COVID-19. Sin embargo, el resultado “creará ganadores y perdedores dentro del mercado de valores, tendrá un impacto en la política fiscal y cambiará los impulsores del crecimiento y los riesgos macroeconómicos”, explican en dicho informe. Además, al efecto del coronavirus se suma el malestar social que se vive en el país norteamericano y que se ha materializado en el movimiento “#blacklivesmatters”.
Para Bruno Cavalier, Economista jefe de ODDO BHF, tras el fracaso colectivo de predecir la victoria de Donald Trump en 2016, los expertos políticos son más cautelosos esta vez. “A unas semanas de los comicios, todo está por decidir, pero Joe Biden lidera las encuestas en la mayoría de los estados indecisos y debería beneficiarse de una expansión del voto por correo. La votación podría ser seguida por un período de incertidumbre. Primero, si los resultados tardan en anunciarse oficialmente. Segundo, si el Congreso permanece dividido, con el riesgo de un inoportuno ajuste fiscal”, explica.
Históricamente, ningún partido político es bueno o malo para los mercados
Para Adam Vettese, analista de eToro: “Una victoria de Trump se considera como una continuación a las políticas de impuestos de sociedades más bajos, una regulación reducida y las restricciones por el COVID-19 más relajadas. Entretanto, una victoria de Biden significaría el fin de los mensajes y las políticas impredecibles de Trump, relaciones potencialmente más favorables con China y mayores impuestos para financiar el aumento del gasto público”.
Según los expertos, ambos candidatos tienen perfiles similares en algunas cuestiones, la más importante: la guerra comercial. Miguel Uceda, director de inversiones en Welzia, asegura que no habrá muchos cambios ya que ambos comparten la misma postura: “America first”. Sin embargo, considera que el miedo es que los demócratas ganen con tanta fuerza que puedan recuperar las dos cámaras. Según explica, el mercado está más nervioso por la victoria de Biden ante una posible subida de impuestos.
Por su parte, Sean Markowicz, CFA y responsable de Estrategia, Estudios y Análisis de Schroders, recuerda que las últimas encuestas muestran que el demócrata Joe Biden podría ganar y el consenso cree que su victoria tendría un impacto negativo en el mercado de valores. Sin embargo, el análisis de Shroders sugiere que esta suposición es precipitada. “Históricamente, ningún partido político ha sido exclusivamente bueno o malo para los mercados”, aclara.
Desde el punto de vista del inversor, ¿qué es mejor, un presidente demócrata o republicano? Según el análisis a largo plazo de Schroders, las cosas no están tan claras. “Aunque se podría pensar que los presidentes demócratas son peores para las bolsas, la evidencia sugiere lo contrario. En promedio, desde 1933, los mercados de valores han registrado mayores rentabilidades durante los mandatos demócratas que con presidentes republicanos”, explica Markowicz. Sin embargo, señala que el problema es que casi toda esta ventaja puede explicarse por los años de auge del presidente Bill Clinton y la posterior caída de las puntocom y la crisis financiera mundial bajo el mandato de George W. Bush. Excluyendo estas dos presidencias, la diferencia en las rentabilidades es prácticamente cero.
“Ninguno de los dos partidos políticos es exclusivamente bueno o malo para los mercados. En cambio, lo que importa más son las políticas que los presidentes eligen y su impacto real. Por ejemplo, aunque los recortes de impuestos de Trump se consideraron en general como un avance positivo para los mercados, la gestión de los temas de política exterior y comercio tuvieron el efecto contrario”, añade.
Los posibles escenarios
Sandrine Perret, Senior Economist de Vontobel AM, cree que, si bien existen múltiples escenarios posibles, los inversores deberían centrarse en los tres más extremos, ya que es probable que éstos generen el impacto más pronunciado en los mercados.
En un primer escenario donde Biden gobierne desde el Despacho Oval y que los demócratas se aseguren las dos cámaras del Congreso, para los expertos de Vontobel, la renta variable sufriría un impacto más negativo en el corto plazo. “Este «barrido demócrata», actualmente el escenario más probable, le daría a Biden el poder legislativo para aumentar los impuestos y la regulación de las empresas, lo que probablemente afectaría negativamente a sectores como las grandes empresas de tecnología, financieras y de salud”, aclara Perret.
¿Qué pasa si Biden gana pero se enfrenta a un Congreso dividido? La mayor parte de su agenda legislativa no sería implementable. Aquí el sentimiento del mercado es probable que torne a posturas neutrales o ligeramente positivas.
El último desenlace implica que Trump se asegure cuatro años más en la Casa Blanca con un Congreso dividido y la continuación de las políticas actuales, algo que, a ojos de Perret, beneficiaría a la renta variable. En el lado negativo, la dura retórica de Trump sobre la política exterior y las posiciones anti-comerciales seguirán siendo claves para el mercado y “un riesgo global durante su segundo mandato”. Sin embargo, la mayoría de los expertos coinciden en que, hasta que no sepamos con certeza el resultado, permanecerá la volatilidad.
El impacto en el cambio climático y el impulso de la inversión sostenible
Parece que el coronavirus también ha servido de alarma para despertar al mundo del letargo frente al peligro del cambio climático. Sin embargo, en Estados Unidos sigue habiendo posturas «negacionistas». ¿Cómo afectaría una victoria de Biden al medioambiente?
A ojos de Simon Webber, gestor de Schroders, Joe Biden en la Casa Blanca y el control del Senado en manos de los demócratas podrían ser un gran propulsor para el cambio climático como tema de inversión. Entre las promesas clave de Biden sobre el clima quizás la más importante es que EE.UU. logre cero emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) para el 2050, en línea con el plazo de la UE en su «Green Deal».
Asimismo, Biden ha mostrado su intención de unirse al Acuerdo de París. “Al volver a comprometerse, creemos que una presidencia de Biden podría llevar a EE.UU. y a Europa a trabajar juntos para presionar a China a cumplir sus compromisos climáticos. Además, un nuevo compromiso de EE.UU., junto con Europa, podría tener mucho más peso para garantizar la igualdad de condiciones en lo que respecta a la descarbonización”, explica Webber.
Sin embargo, en Estados Unidos el tema del cambio climático sigue teniendo dos bandos, que, según Webber, pronto podrían convertirse en uno. “Los miembros más jóvenes del Partido Republicano han estado pidiendo a los líderes que apoyen una mayor acción federal para combatir el cambio climático. Puede ser que, sea cual sea el resultado de esta elección, surja después un mayor consenso sobre la necesidad de una acción más fuerte”, prevé. Además, según explica, Biden y los demócratas se han apresurado a señalar que estas políticas climáticas pueden ser una fuente de creación de empleo, en un momento en que EE. UU. ha visto su mercado de trabajo golpeado por el COVID-19.
“Los argumentos económicos a favor de la transición energética seguirán vigentes gane quien gane las elecciones. Vemos fuertes perspectivas para las inversiones en esta área, cualquiera que sea el resultado. Sin embargo, una victoria de Biden, especialmente si se combina con el control del Senado por los demócratas, daría un gran impulso a la transición”, expresa.
Tal vez lo más importante, y lo que más pasan por alto los inversores, es la perspectiva de una mayor concentración y alineamiento de la política internacional en torno a la necesidad de descarbonizar rápidamente, advierte Webber. “Esto daría el impulso para que el resto del mundo siga el ejemplo de EE.UU. y Europa. Entonces tendremos una verdadera oportunidad de hacer una transición exitosa hacia bajas emisiones de carbono, con todas las consecuencias para la inversión que eso traerá”, concluye.