El equipo de asignación de activos de Fidelity, que gestiona los fondos multiactivo, explica sus perspectivas a corto plazo en este contexto de mercado en el que la gestora va a estar muy atenta, entre otras cosas, a la retirada de las políticas acomodaticias de los bancos centrales.
La volatilidad regresa a la renta fija
Los mercados de renta fija han mostrado más volatilidad durante el mes de julio debido al tono más duro adoptado por los bancos centrales. Los mercados se vieron sorprendidos por el alcance de esa aparente coordinación. Los bancos centrales parecían estar respondiendo a las advertencias del Banco de Pagos Internacionales sobre la estabilidad financiera y el impacto de una política monetaria acomodaticia durante demasiado tiempo.
Por esta razón, el equipo de Fidelity sigue siendo pesimista sobre la renta fija pese al reciente movimiento de los tipos. “Es probable que veamos nuevas subidas de los rendimientos si los bancos centrales adoptan verdaderamente una postura más dura. Sin embargo, en las últimas semanas ha habido intentos de retroceder del tono duro: Janet Yellen ha señalado que la inflación podría ser baja por motivos no transitorios, además de los efectos temporales de áreas tales como los planes de precios móviles”, explican.
El impacto de los bancos centrales probablemente no sea solo regional
Las distintas posturas de los bancos centrales a nivel global también hace que Fidelity se sienta incómodo acerca de la renta fija. Los peligros parecen más importantes en Europa. La razón es que “aunque la zona euro está en una fase más temprana de su recuperación, su política monetaria es más acomodaticia con relación al ciclo de lo que ha sido nunca la de Estados Unidos. Si el BCE se ve forzado a endurecer sus medidas, los mercados de renta fija europeos probablemente se vean afectados de forma desproporcionada”.
No obstante, advierten, el impacto más significativo para los mercados sería una revisión de la política monetaria japonesa. Incluso un movimiento pequeño, como podría ser una subida del tipo objetivo del bono del Estado a 10 años de 10 ó 15 puntos básicos, podría generar una fuerte volatilidad en el mercado. Las operaciones de carry basadas en el yen japonés se verían especialmente perjudicadas.
¿Pueden asumir malas noticias los mercados de renta variable?
Como en los últimos meses, el equipo de inversión mantiene una sobreponderación cautelosa en renta variable. La cuestión de cómo acabará el actual mercado alcista preocupa cada vez más.
“El riesgo es que los mercados corrijan repentinamente a la baja, en lugar de ir replegándose suavemente y permitir que los inversores reduzcan poco a poco su exposición. Un solo dato negativo como, por ejemplo, el crecimiento de China, podría desencadenar volatilidad en los mercados. Las áreas sensibles a los tipos de interés ya están dando indicios de debilidad. Un contratiempo lo bastante grande podría reunir las inquietudes para generar un argumento que cuestione las actuales percepciones sobre el crecimiento global”, apuntan.
El argumento contrario es que los bancos centrales aparecerían en escena para reducir la volatilidad, como lo hicieron en agosto de 2015 y principios de 2016. Sin embargo, Fidelity recuerda que en este momento los bancos centrales pueden estar menos dispuestos a intervenir que en el pasado y que están tomándose en serio los riesgos para la estabilidad financiera expuestos en un informe reciente del Banco de Pagos Internacionales. Aunque los bancos centrales podrían verse forzados a intervenir en última instancia, transcurriría algún tiempo antes de que lo hicieran.
Llega China
Cualquier parte de la economía global podría ser origen de malas noticias, pero las procedentes de China serían las más impactantes. La economía china mantiene su robustez, pero Fidelity aún estima que se ralentizará en el segundo semestre de este año. Un endurecimiento significativo de la política reducirá el crecimiento, y el repunte de los 9 últimos meses lo ha generado un considerable estímulo de política monetaria.
“Hay quienes argumentan que las autoridades no permitirán que el crecimiento se ralentice demasiado y que reducirán el endurecimiento si parece que su efecto será demasiado riguroso. Pero, aunque no se desee un aterrizaje brusco, el umbral del dolor de China sin duda es más alto que en el pasado. Las fuentes gubernamentales ponen cada vez más énfasis en los riesgos a largo plazo del crecimiento impulsado por el crédito. En un momento en el que la fuerza laboral de China está reduciéndose, existe menos presión para crear más puestos de trabajo. Las economías emergentes también podrían resentirse de una ralentización de China más que la propia China, lo que elevaría aún más el umbral del dolor para los responsables de la política monetaria china”, concluyen.