Para Union Bancaire Privée (UBP), el atractivo de los mercados emergentes ha aumentado los últimos meses dada la recuperación de las materias primas y el crecimiento económico de estos países. Así, la riqueza financiera de los países emergentes ha crecido considerablemente pasando del 10% en el año 2000 hasta el 30% actual.
Según apunta la entidad, sus bolsas están teniendo subidas interesantes aunque muchos inversores todavía ven la deuda de los mercados emergentes como un activo de riesgo. Denis Girault, Responsable de Renta Fija en mercados emergentes de Union Bancaire Privée (UBP), asegura que “muchos inversores no se han parado a observar con detenimiento los cambios que están teniendo lugar en estos países. Por ejemplo, no hay consciencia de que casi el 65% de la deuda corporativa denominada en dólares (la moneda de referencia en este mercado) es investment grade”.
En este contexto, Girault da cuatro motivos por los que recomienda invertir en renta fija emergente:
- La mejora de la economía: la situación económica en los países emergentes ha mejorado considerablemente con respecto al último año. Por un lado, en 2014 y 2015 los fundamentales eran bajos en estos mercados y la bajada de los precios de las materias primas causó una desaceleración de la economía y un debilitamiento de las monedas en relación con el dólar. Asimismo, un incremento de los tipos de interés hizo que los mercados emergentes resultaran poco atractivos para los inversores. Sin embargo, “desde el verano de 2016, hemos presenciado un cambio drástico. El crecimiento se ha acelerado de nuevo y el diferencial con respecto al crecimiento de los países avanzados está aumentando a favor de los emergentes”, comenta Denis Girault. Por otro lado, el riesgo asociado a la incertidumbre en torno a la situación de la economía china se ha diluido sustancialmente. Algunas divisas han recuperado valor con respecto a un dólar debilitado y la fortaleza del euro ha impulsado las monedas de algunos países del centro y el este de Europa que tienden a seguir los movimientos de la divisa común. Además, el peso mexicano está también recuperando su valor gradualmente tras haberse devaluado fuertemente como consecuencia de la victoria de Donald Trump en 2016.
- El atractivo de los bonos corporativos emergentes: “los bonos corporativos de países emergentes muestran una volatilidad menor que aquellos del mercado estadounidense”, asegura Girault. Así, el ratio de sharpe de los bonos corporativos de los países emergentes es más alto que el de los bonos norteamericanos. Analizando el contexto actual, “los inversores en búsqueda de bonos investment grade no deberían tener en cuenta asuntos geográficos y descartar los mercados emergentes desde un inicio, sino que deberían valorar muchos otros factores como los ratings. Un bono de un mercado emergente con una calificación de BBB no tiene más riesgo que uno con la misma calificación en EEUU o Europa”, ratifica el experto.
- Unificación del marco regulatorio: las compañías aseguradoras han avanzado en esta materia dada la entrada en vigor el pasado año de Solvencia II, la nueva legislación europea de seguros cuyo objetivo es introducir un marco regulatorio armonizado y basado en el riesgo en la Unión Europea. Esto ha permitido que las compañías con una calificación de BBB, tanto alemanas como brasileñas, estén sujetas a los mismos criterios para calcular sus riesgos. Para Girault, “esta aproximación permite a los inversores tener una visión holística del riesgo y facilita las inversiones en otros países ya que el regulador no impone ningún impedimento relacionado con el país de origen de la compañía en la que se está estudiando invertir”.
- Buenas perspectivas: “los fundamentales económicos en los mercados emergentes probablemente seguirán mejorando y atraerán dinero a fondos especializados en esos mercados. Este año ya hemos visto un significativo aumento de los flujos de inversión” asegura Girault. En su opinión, las oportunidades que existen en el contexto actual incluyen deuda emergente en dólares, que permite a los inversores tomar posiciones en la curva de rentabilidad de EEUU en un momento en el que la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) tiene mayor visibilidad. Aunque se incluya el coste del cambio de moneda, estos bonos están dando mayores rentabilidades que las inversiones en la curva de rentabilidad del euro.