Japón representa una de las mejores oportunidades para generar rentabilidad en renta variable en la segunda mitad del año, asegura Stephen Jones, director de inversiones en Kames Capital. Las acciones japonesas son una de las clases de activo que mejor se han comportado en el año, como demuestra el hecho de que el Nikkei 225 se haya anotado una ganancia del 19% en 2015, frente al 3% generado por el FTSE 100 y el S&P 500.
Aunque esta rentabilidad supera con creces la que ofrecen la mayoría de los mercados, Jones confía en la sostenibilidad del impresionante rally nipón, que se ve respaldado tanto por la persistente debilidad del yen como por las políticas de estímulo aplicadas en el país. “La depreciación del yen resulta positiva para las empresas exportadoras, el gobierno mantiene sus medidas de estímulo y las políticas del banco central están fomentando la inversión”, explica.
“Existe un auténtico sentimiento reformista que ha calado en toda la sociedad japonesa y tanto las empresas como los particulares y los políticos parecen unidos en sus esfuerzos por contribuir a la recuperación. Por eso, estamos sobreponderados en la región”, añade.
El PIB japonés sorprendió a los analistas en el primer trimestre, cuando la tasa de crecimiento se revisó hasta el 3,9%. En opinión de Jones, esta fortaleza, que se ve respaldada además por un yen cuyo valor ha caído a su nivel más bajo de los últimos diez años, convierte al país en una de las pocas regiones que aún ofrecen valor en renta variable.
La otra región por la que se decanta Kames Capital es Europa, donde algunos índices como el DAX alemán han registrado una rentabilidad similar a la de Japón en lo que va de año. Jones considera que la región sigue resultando atractiva tras las recientes correcciones. “Pese a la intensa volatilidad de las bolsas europeas, estamos sobreponderados en la región tras la clara rebaja del nivel de riesgo de las carteras”, apunta.
Al otro lado del mundo, China es protagonista ahora por sus correcciones tras un fuerte rally en el año. Por eso el director de inversiones de la casa escocesa aconseja prudencia, sobre todo después de que las autoridades chinas decidiesen suspender la cotización del 40% de las empresas del índice a principios de julio. “El desplome de las bolsas chinas ha sido muy abrupto y sigue a una burbuja generada por la abundante liquidez”, señala Jones. “La economía del país atraviesa un periodo de ajuste y, aunque el mercado está mucho más barato que hace un mes, conviene ser muy prudentes”.
Por último, el experto cree que las acciones británicas pueden volver a la región de máximos en los próximos meses. “Tras la corrección vivida, sobre todo, en el espacio de pequeña y mediana capitalización, las valoraciones vuelven a resultar razonables”, argumenta. “Los beneficios ganarán importancia conforme avance el año pero las empresas que nos interesan son optimistas y podrían dar más sorpresas positivas, lo que podría devolver al FTSE 100 al nivel de los 6900 puntos, sobre todo si la actividad de fusiones y adquisiciones repunta en cuanto se resuelva la situación de Grecia”.