2018 fue un año atípico en el que, entre todas las clases de activos, tan solo el bund alemán consiguió cerrar en positivo. El cóctel formado por la geopolítica, unas políticas monetarias más restrictivas y la ralentización económica hundió en terreno negativo al resto de activos, pero también los convirtió en terreno abonado para los gestores de fondos de inversión.
Desde Credit Suisse Gestión descartan un escenario de recesión en los próximos meses, pero sí reconocen la existencia de un «bache» en el crecimiento global. «Creemos que es probable que este ciclo económico se prolongue todavía un poco más, pero no cabe duda de que ya estamos en la fase final del mismo», ha afirmado Gabriel Ximenez de Embún, director de inversiones de la firma.
El inversor en renta fija empezó el año preocupado ante la ausencia de oportunidades de inversión, pero en Credit Suisse Gestión mantienen una estrategia basada en la deuda subordinada de compañías solventes. Según ha explicado Gregorio Oyaga, director de renta fija de Credit Suisse Gestión, durante un encuentro informativo, es en este tramo de la deuda corporativa donde se puede encontrar actualmente un retorno cuatro veces más elevado que en la deuda senior (la de mayor calidad). «La deuda senior de compañías frágiles conlleva el riesgo de que si empiezan a subir los tipos de interés, esta compañías quiebren o incurran en impago», explica.
En el sector financiero esta apuesta se traduce en la inversión en el tramo medio de la deuda de las entidades financieras, la deuda denominada Tier 2, Tier 1 y Adicional Tier 1 (CoCos) que se va a ver beneficiada como consecuencia de la regulación para la banca Basilea III y la del sector asegurador Solvencia II. «Este año las entidades financieras van a tener que emitir más deuda senior y cédulas hipotecarias para elevar su liquidez y, si la nueva subasta de TLTROS anunciada por el BCE es inferior a 700.000 millones de euros, estos activos deberían caer en precio», añade Oyaga.
Algo parecido sucede en la deuda corporativa como consecuencia de la metodología que utilizan las agencias de rating, que incentiva la emisión de deuda subordinada. «En deuda híbrida corporativa la oferta dependerá de los movimientos corporativos que veamos», explica este experto. En total, un mercado que ya alcanza un volumen de 100.000 millones de euros en el que Credit Suisse apuesta desde 2013, aunque con preferencia por el sector financiero. «El BCE ha comprado estos años más deuda corporativa, por lo que al estabilizar ahora su balance, la financiera debería comportarse mejor», concluye Oyaga.
Renta variable: el atractivo de las empresas familiares a nivel global
Tras el rally de los mercados desde que comenzó 2019, Credit Suisse Gestión se mantiene neutral en renta variable, aunque admite que aprovecharon las caídas de final del año pasado para echar la «caña» e incluir en su cartera alguna compañía del sector farmacéutico. «El mercado tiende a volver a sus fundamentales y, aunque hay sectores que están muy cuestionados, pueden constituir una oportunidad de compra», ha destacado Patricia López del Río, directora de renta variable de Credit Suisse Gestión.
En la búsqueda de esas oportunidades, la gestora suiza lanzó hace tres meses el fondo CS Family Business, que invierte de forma global en empresas familiares. «Hemos comprobado empíricamente desde 2006 que las empresas familiares obtienen una rentabilidad que de media suele ser un 4% superior cada año respecto a las no familiares», ha afirmado López del Río. Desde un punto de vista geográfico, el fondo mantiene una exposición superior al 50% en compañías europeas, pero no precisamente españolas.