Que la inversión en renta fija no está en su mejor momento es sabido por todos, pero también lo es que “quien busca, encuentra”. Y se trata precisamente de eso, de buscar el segmento adecuado dentro de un contexto de subida de tipos de interés en EE.UU. y de pre tapering en Europa. “El movimiento de subida de tipos de interés ya había comenzado antes de que Donald Trump ganase las elecciones y creemos que el bono estadounidense alcanzará el 3% de rentabilidad en los próximos meses”, asegura Gregorio Oyaga, responsable de renta fija de Credit Suisse Gestión.
En opinión de Oyaga, es clave el elevado volumen de deuda americana que tienen actualmente en carteras las aseguradoras asiáticas y que está a la espera de ese repunte de la rentabilidad. “Hay muchísimo dinero embolsado esperando y en cuanto la rentabilidad se acerque al 3% se producirá un trasvase de flujos hacia la deuda estadounidense. Esto hará que su curva de tipos siga aplanándose”, explica.
En cuanto a la deuda alemana, Oyaga cree que va a estar muy sujeta en duraciones inferiores a 4 y 5 años mientras que, “según vayan subiendo los tipos en EE.UU. los inversores rotarán hacia la deuda americana en detrimento de la europea”.
Desde Credit Suisse Gestión creen que pueden producirse correcciones en deuda soberana europea, como en el caso de la italiana, que permitan obtener retornos. Sin embargo, su posicionamiento en renta fija se centra en el segmento corporativo y, dentro de este, en la deuda subordinada de compañías muy solventes. “Prefiero invertir en deuda subordinada de compañías muy sólidas de sectores como el energético, telecomunicaciones y financiero, que en deuda senior de compañías high yield”, explica el experto.
En su opinión la explicación está en que las empresas prefieren pagar más y emitir este tipo de deuda por la consideración que tienen de ella las agencias de calificación “Ahí te tienes que aprovechar”, asegura Oyaga que denomina a este efecto “la reinvención del capitalismo” en tanto en cuanto va en contra del accionista en renta variable.
Se trata, en definitiva, de unos activos que durante 2016 obtuvieron una rentabilidad del 8,6% y que exigen, no obstante, hacer una gestión activa. Para Oyaga lo interesante es que “se puede construir una cartera de híbridos corporativos a 3 años y obtener una rentabilidad del 3% anual con menos volatilidad”.
Una estrategia que pone de manifiesto la línea cada vez más difusa que hay entre la renta fija y la variable. Tanto es así que ni siquiera la protección de la cartera reduciendo duraciones será definitiva si suben los tipos de interés. “Vamos a ver fondos con duraciones bajas que aun así perderán dinero”, afirma
Apuesta por la renta variable europea
Dentro de la estrategia en renta variable, en Credit Suisse Gestión reconocen que les cuesta mucho encontrar ideas de inversión a múltiplos razonables en renta variable estadounidense y de ahí que expresen preferencia por la europea debido a la mejora del entorno macroeconómico.
Patricia López del Río, responsable de renta variable de la gestora, recuerda que “el 75% del comportamiento del mercado se explica por la macroeconomía y los resultados empresariales”. En este sentido, los indicadores económicos son favorables y la previsión del crecimiento de beneficios empresariales se sitúa este año en el 14% en Europa y el 9% en EE.UU. En su opinión, el factor político no está poniendo un techo, pero “deberíamos ver un apetito inversor mayor hacia Europa en los próximos meses”.
En cuanto a sectores, Del Río señala a las compañías de consumo cíclico, tecnología, farmacéuticas y telecomunicaciones. En cuanto al sector financiero, creen que un nuevo episodio de operaciones corporativas puede generar oportunidades.