El escenario Goldilocks, caracterizado por un crecimiento global sincronizado y sólido –con cada vez más países participantes-, sin apenas tensiones inflacionistas (ni en el mundo desarrollado y menos en el emergente), que permite unas políticas monetarias expansivas positivas los mercados, va a continuar en 2018, a pesar de que algunos indicadores empiezan a anticipar su final en un horizonte no muy lejano, sobre todo en EE.UU., donde el ciclo está tocando techo y los estímulos fiscales pueden desembocar en una mayor inflación a la esperada y una acción más agresiva por parte de la Fed. Son las perspectivas de mercado de Credit Suisse Gestión, en un año clave también desde el punto de vista de negocio, en el que la gestora replicará sus fondos bandera en Luxemburgo –con el fin de institucionalizar e internacionalizar la gestora- y en el que además gestionará productos del sector seguros de la mano de un socio estratégico.
En concreto, Javier Alonso, director general de Credit Suisse Gestión, explicó que la gestora replicará sus fondos insignia de renta fija en el Ducado, con el objetivo de institucionalizar e internacionalizar su negocio, lo que le permitiría, por ejemplo, distribuir sus fondos en Latinoamérica, en mercados como México y Chile, y en otros mercados donde la banca privada tiene una presencia destacada.
El otro objetivo de desarrollo en 2018, para la segunda parte del año, será la gestión de productos del sector seguros de la mano de un socio estratégico: Credit Suisse Gestión podría gestionar unit linked y planes de pensiones individuales y de empleo.
Sigue el Goldilocks…
Sobre la situación de mercados para el año, y aunque EE.UU. genera más dudas, Europa y el mundo emergente, de momento, seguirán inmersos en un escenario de crecimiento sólido, con poca inflación. Por eso Gabriel Ximénez de Embún, director de inversiones y estrategia de Credit Suisse Gestión, explicó esta mañana, en un encuentro con periodistas celebrado en Madrid, que aún viviremos un buen año desde el punto de vista macroeconómico, en el que podremos estar tranquilos y en el que el cuento seguirá vigente.
El experto defendió que el mundo emergente vive un crecimiento sólido, con baja inflación y está corrigiendo sus desequilibrios, mientras China sigue desacelerando su crecimiento pero de forma suave. Y Europa está en un momento más retrasado del ciclo que EE.UU., en pleno Goldilocks, con un crecimiento más acelerado y homogéneo, en el que situaciones de incertidumbre como la inestabilidad política en Italia no llevarán a problemas de gravedad –puesto que, aunque no haya gobiernos fuertes que puedan acometer reformas, tampoco podrán alejarse del euro, defiende- y en el que países como España están en un momento privilegiado. Tampoco la inflación dará sustos, lo que da al BCE mayor margen de maniobra para la retirada de los estímulos monetarios, de forma que no esperan una subida de tipos de interés hasta bien entrado 2019. Si bien el final del programa de compras llegará este año, en septiembre o diciembre, pero las políticas serán cautas para no dejar al euro apreciarse demasiado con el fin de mantener la competitividad exportadora de países como Alemania.
Solo los indicadores dejan ver un próximo final del Goldilocks en EE.UU.: aunque eso no significa un mercado bajista inminente, dice Ximénez de Embún, es importante estar atento a signos que puedan alertar, para poder anticipar a tiempo el cambio de ciclo. Entre esas señales, la ralentización económica (que hace pensar que ya se ha llegado al pico de ciclo), las políticas monetarias en retirada, los miedos a un resurgimiento de la guerra comercial (que según los expertos de Credit Suisse Gestión no tiene sentido porque no beneficia a nadie) y la píldora envenenada que supone la expansión fiscal –debido al incremento del déficit público que trae consigo- en un momento del ciclo en el que no encaja. Para el experto, a la Fed se le complica el trabajo puesto que, si la inflación da sustos, podría verse obligada a renunciar a la gradualidad de las subidas de tipos, y acometerlas de forma más acelerada a lo esperado. De momento se espera que eleve tipos la próxima semana, por primera vez este año, y acometa tres subidas más en 2018.
Un nuevo mundo
Debido precisamente al cambio de políticas por parte de los bancos centrales, Gregorio Oyaga, director de Renta Fija de Credit Suisse Gestión, habla de un nuevo mundo, de tiempos cambiantes en los que tendremos que olvidarnos de la década pasada, marcada por el apoyo de los bancos centrales y por las distorsiones en los mercados (un 24% de la deuda pública todavía está en negativo). A partir de este año, defiende el experto, el mercado de renta fija será un mercado de flujos, donde las mayores rentabilidades en el bono estadounidense (en el entorno del 3%) crearán un efecto arrastre en la parte larga de la curva europea, de forma que el Bund superará el 1%, y se irá al 1,25% o 1,5%, mientras la deuda pública española estará sostenida en gran medida frente a Alemania, gracias al apoyo de las agencias de calificación.
En su opinión, y aunque Cataluña lo impidió en el pasado, tras la subida a A por parte de Fitch, el próximo 23 de marzo S&P podría elevar también el rating de España, propiciando que los inversores que han de invertir en un rango alto de calidad –A- puedan volver al activo. Así, vaticina que los inversores asiáticos podrían vender deuda francesa y comprar española.
Oyaga hablaba también de un nuevo mundo marcado por la regulación, en el que normativas como Basilea III o Solvencia II le llevan a hablar de la reinvención del capitalismo y en el que la mejor estrategia es gestionar la estructura de capital de forma integral, puesto que la línea entre la renta fija y la variable se ha difuminado. Por eso, en un mundo en el que subirán los tipos largos de la curva, rechazan la duración, y también son cautos en crédito, donde ven diferenciales muy estrechos (y son cautos con el high yield clásico): su estrategia consiste en bajar en la estructura de capital e invertir en deuda subordinada de buenas compañías que tienen bien monitorizadas. Oyaga explicaba que prefieren invertir en deuda subordinada de grandes compañías y líderes de sectores como telecomunicaciones, utilities, farmacéuticas o automovilístias, que en deuda senior de firmas en las que tienen dudas y no tienen bien monitorizadas. En el mundo financiero, apuestan por deuda subordinada en la parte Tier 2, de grandes nombres.
Preferencia por Europa en renta variable
Así las cosas, y en un nuevo mundo en el que la gestión integral de capital es estrategia obligada, apostando unas veces por deuda subordinada y otras por renta variable de las compañías, Patricia López, responsable de Renta Variable de Credit Suisse Gestión, explicó sus apuestas en bolsa, un activo en el que han aumentado posiciones tras la corrección de febrero, con la convicción de que se volverá a un mercado alcista, y de que 2017 fue atípico en niveles de volatilidad y 2018 será más normal en este sentido. Europa es su mercado favorito, sobre EE.UU. (mercado en el que habrá que ser más selectivo): las valoraciones más atractivas, la continuidad de tipos bajos y el mayor potencial de beneficios –está un 22% por debajo del pico del ciclo en beneficios- son buenas razones para ello, sobre todo esta última. De hecho, la experta habla de un crecimiento de los beneficios empresariales de doble dígito, y traslada ese crecimiento a la revalorización bursátil.
Por sectores, apuesta por tecnología, energía (petroleras, por ejemplo), industriales (consumo cíclico ligado a la recuperación macro) y sector financiero (donde apuesta por irse posicionando para un entorno futuro de aumento de tipos). En la gestora seleccionan compañías con un análisis fundamental, de selección de valores y agnóstico en cuanto a países, sectores o estilos de inversión.
En España, hacen por tanto apuestas concretas, y hablan de financieras de forma selectiva, firmas de consumo cíclico (en el sector de ocio, hoteles…), automoción o materiales básicos, así como petroleras y telecos. Alonso también habló de la oportunidad en dividendos cotizados.