Credit Suisse ha actualizado sus tendencias de inversión a largo plazo vinculándolas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Con esta actualización, la entidad busca ofrecer a los inversores la posibilidad de priorizar sus inversiones en función de su propósito, ya sea la acción por el clima (ODS 13), la reducción de las desigualdades (ODS 10), el trabajo decente y el crecimiento económico (ODS 8) o la salud y el bienestar (ODS 3), entre otros.
Según explican desde Credit Suisse, sus super tendencias de inversión fueron lanzadas en 2017 “con el fin de ayudar a los inversores a centrarse en las tendencias sociales plurianuales de las que podrían surgir oportunidades de negocio de rápido crecimiento”. En este sentido, cada una de las tendencias de inversión identifica las oportunidades que se espera que generen un rendimiento superior como resultado de dichos cambios sociales.
Ahora bien, la entidad apunta que la pandemia del COVID-19 ha demostrado ser un gran agente disruptor, ya que “ha acelerado el progreso en algunos campos como la tecnología, si bien ha revertido los progresos que tan difícil fue lograr en otras áreas como la pobreza, la salud, la educación de calidad y la igualdad de género”. Asimismo, considera que ha reforzado la importancia de los 17 ODS de la ONU, que deben servir como hilo conductor de la actividad económica y del desarrollo, así como de la cooperación gubernamental y las relaciones internacionales.
“Los gobiernos, las empresas y los ciudadanos buscan ahora cómo reconstruir mejor el mundo pos COVID-19. Si bien el fin de la pandemia llegará en algún momento gracias a la administración de las vacunas, el mundo seguirá teniendo muy presente este objetivo a la hora de afrontar los retos que nos aguardan en nuestro futuro común. Los inversores pueden desempeñar un papel importante orientando su capital hacia soluciones de inversión que contribuyan a este esfuerzo o, en otras palabras, invirtiendo con un propósito. Y el marco de renta variable temática a largo plazo de nuestras Supertendencias, como parte del Credit Suisse House View, ofrece a los inversores una excelente vía para hacerlo”, afirma Michael Strobaek, CIO global de Credit Suisse.
La primera de estas “super tendencias de inversión” es el cambio climático basado en la descarbonización de la actividad económica para lograr una serie de ambiciosos objetivos de emisión de gases de efecto invernadero que impactan en la vida terrestre y submarina y contribuyen a la salud de las comunidades, lo cual está alineado con el ODS número 6. Desde Credit Suisse tienen en cuenta empresas líderes en energías renovables y otros proveedores de tecnología de generación y almacenamiento de electricidad sin CO2.
También apuesta por empresas energéticas capaces de cuadrar el círculo reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y manteniendo la rentabilidad por dividendo, además de por compañías de tecnología de captura de carbono y empresas que participan en la mejora de la capacidad del hidrógeno azul y verde. Por último, señala a las empresas de transporte con un fuerte compromiso con la reducción de CO2 y a los procesadores de carne con bajas emisiones de GEI y proveedores de productos alimentarios de origen vegetal.
La segunda tendencia de inversión que apunta son las infraestructuras, que Credit Suisse alinea con el ODS 7. “El gasto en infraestructuras es una pieza esencial de los planes de estímulo presupuestario que están poniendo en marcha los Gobiernos de todo el mundo para reactivar sus economías tras la recesión provocada por el COVID-19. Con respecto a los proyectos de infraestructuras, el enfoque de los Gobiernos, en su intento por construir una economía más verde, ha pasado a promover las inversiones en infraestructuras sostenibles y a fomentar la construcción de infraestructuras resistentes al clima para proteger las inversiones contra el impacto del cambio climático”, explica.
En este sentido la entidad considera oportuno invertir en empresas que ofrezcan soluciones para reducir los gastos de necesidades básicas, como la atención sanitaria, la vivienda, la educación y la alimentación nutritiva; que proporcionan servicios de reciclaje, perfeccionamiento o formación a medida que cambian fundamentalmente las exigencias en materia de habilidades y cualificaciones; y que que ayudan a mejorar la protección y seguridad de los ciudadanos, incluida la prevención del COVID-19.
En tercer lugar, se ubica como idea de inversión la tecnología, que la entidad alinea con el ODS 6, aunque reconoce que está “en el centro de muchos progresos hacia el cumplimiento de los ODS de la ONU”. Según su valoración, la próximo frontera será la “la economía sin contacto”, ya que que la eliminación de la interacción física en la comunicación, la vida y el trabajo de las personas se ha acelerado de manera vertiginosa durante la pandemia del COVID-19, lo que hace pensar que el dinero digital imperará en el futuro.
Esta visión pone en un lugar interesante para el inversor las empresas de software, servicios y plataformas IT, la inteligencia artificial (IA), la realidad virtual (RV) y aumentada (RA) y los procesos de automatización de la industria. Proveedores de soluciones y servicios de inteligencia artificial para su uso en ámbitos tan diversos como la sanidad y la educación, entre otros.
Su cuarta super tendencia de inversión es la economía plateada (alineada con el ODS 5). “Se apoya en la previsión de que la población mundial de personas mayores se duplicará hasta alcanzar más de 2.000 millones en 2050. Esta evolución creará demanda, pero también planteará retos que exigirán soluciones innovadoras en los ámbitos de la sanidad, los seguros y los mercados inmobiliarios y de consumo. Es probable que los avances logrados en el desarrollo de vacunas en medio de la pandemia impulsen otros esfuerzos de investigación centrados en algunas de las afecciones de salud más difíciles, como la oncología o las enfermedades neuronales”, explican desde la entidad.
Esta economía supone, por ejemplo, que las empresas biofarmacéuticas, de tecnología médica y de ciencias de la vida dedicadas a tratar las enfermedades que afectan a las personas mayores mediante productos innovadores, como inmunoterapias o una combinación de anticuerpos y fármacos, son una buena idea de inversión. A esto se suma otras compañías para incluir en cartera como los proveedores y operadores de viviendas para personas mayores, organizaciones de atención gestionada y operadores de telemedicina que pueden dirigir a los pacientes al entorno de atención más eficiente; o las empresas de seguros de salud y de vida, asesores de patrimonios privados y gestoras de activos con una fuerte capacidad de fijación de precios.
La última super tendencia de inversión que plantean desde Credit Suisse es todo lo que envuelve a los millennials. Según señala, “de cara al futuro, esperamos que la digitalización se imponga en un número cada vez mayor de sectores. Además, la sostenibilidad y el consumo responsable deberían seguir avanzando gracias a la influencia de las nuevas generaciones. Esta es la razón por la que se está reorientando el enfoque para incluir la agricultura regenerativa y la biodiversidad dentro de la Supertendencia Millennials (alineada con el ODS 6)”.
Para la entidad, los inversores deberían tener en cuenta empresas que dan respuesta a la actitud ecológica de los millennials en temas como la protección de la biodiversidad y el clima, una alimentación sana y sostenible, el consumo y la producción responsable y las energías limpias; así como plataformas digitales en todo el mundo que ejercen un efecto disruptor en los segmentos de las compras, la publicidad, los medios de comunicación y ahora la industria financiera. En su opinión, se trata de empresas que están en sintonía con los valores de diversión, salud y ocio de los millennials y orientadas a los mercados emergentes (marcas globales, empresas chinas).