En la tercera parte de su exhaustivo análisis de China, Andy Rothman, estratega de inversiones de Matthews Asia, examina esta semana el mercado inmobiliario chino y busca base a las opiniones que apuntan a un crash en el gigante asiático. Pero el experto de Matthews lo tiene claro: “En mi opinión, China no va a experimentar un crash en este sector”.
Rothman reconoce que el mercado inmobiliario residencial de China se ha ralentizado significativamente, pero descarta un escenario de crisis. “Los precios de la vivienda se están estabilizando, y de cara al segundo semestre de 2015 es probable que registren un aumento interanual. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, debido al efecto base, es probable que los precios registren una caída interanual más pronunciada durante el primer semestre del año, dando lugar a un creciente coro de predicciones que apunten a una crisis del sector inmobiliario”, dice.
En lo que respecta a los precios del mercado de segunda mano, Rothman alude a las cifras: están siguiendo una tendencia similar a la del mercado de vivienda nueva. “Las caídas intermensuales de precios fueron menores en diciembre del año pasado y enero de 2015 que en los tres meses anteriores” y señala, además, que la tendencia en los datos oficiales es muy similar a la de los datos obtenidos de forma independiente por CLSA, que preguntó directamente a los gerentes de ventas de nuevos proyectos en todo el país.
La idea de una crisis podría extenderse
Conforme la caída interanual de los precios de la vivienda se acentúe en los próximos meses –debido al efecto base- y aún cuando los precios intermensuales mejoren, empezará a extenderse la historia de un colapso en el mercado inmobiliario de China, cree el estratega.
“Sin embargo, es importante entender que si, durante varios meses, los precios de la vivienda nueva se han reducido en, digamos, un 5% respecto al año anterior, hay algunas razones que apuntan a que esto no va a precipitar una crisis. En primer lugar, porque los precios subieron a un ritmo medio anual de 8,4% durante los últimos nueve años, por lo que debe haber muy pocos propietarios de viviendas en números rojos”, explica.
En segundo lugar, recuerda, los nuevos compradores de vivienda en China deben entregar al menos el 30% del precio de la casa en efectivo. Un dato que se aleja bastante del pago en efectivo medio del 2% que realizan los compradores de vivienda en Estados Unidos desde 2006.
Pero la clave de todo este asunto es para Rothman la ausencia en el mercado chino de algunos vehículos de inversión que provocaron el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en 2008. “Los productos que quebraron Lehman Brothers y causaron estragos en todo el sistema financiero estadounidense no existen en China. No hay hipotecas de alto riesgo y los activos respaldados por hipotecas son muy escasos. Tampoco existe la titulización secundaria, por lo que no hay ni CDOs ni CLOs”, apunta.
De ahí que Rothman llegue a la conclusión clara: el mercado residencial de China se ha ralentizado claramente, pero no cree probable un crash del sector inmobiliario.