Los mercados han conseguido retornos más que saludables durante en el primer trimestre del año a pesar de los continuos titulares alertando sobre crisis políticas en Europa y Estados Unidos. Con la renta variable global subiendo cerca de un 10% y el sector de bienes raíces y la mayor parte de los activos de renta fija en firme terreno positivo, ING IM señala que la mayoría de las carteras multi-asset están ya cerca de obtener sus objetivos de rentabilidad anual. Según el último informe HouseView publicado por la firma, ajustando por el riesgo (corrigiendo cada clase de activos por volatilidad) la renta variable claramente ha ganado la partida al crédito como la estrella de rentabilidad del año.
Aún así, Valentijn van Nieuwenhuijzen, jefe de estrategia de ING IM, comenta que la dinámica de los flujos por parte de los inversionistas muestra claramente que el apetito inversor ha ampliado sus miras a cualquier activo que proporcione algún tipo de rendimiento, en lugar de ceñirse a la esperada rotación desde la renta fija a la renta variable. El principal cambio en el comportamiento de los inversionistas es que no sólo buscan rendimiento, sino que todas las clases de activos que tienen un reclamo de flujos de dinero, actuales o futuros, vía dividendos, cupones o rentas, se han convertido en destinos populares para el efectivo acumulado en los últimos años de la «crisis».
Otro cambio importante en el comportamiento de los inversores, enfatiza, es que no sólo están dispuestos a ampliar su horizonte, sino que también han empezado a discriminar mucho más en los mercados. Esto se refleja en la inusualmente gran brecha entre la revalorización de las materias primas (que no generan ningún rendimiento y a menudo tienen un coste negativo de carry!) y la de otros activos de riesgo. También se muestra por la menor importancia del análisis «top-down» del mercado. No sólo es más visible la dispersión en el rendimiento entre clases de activos, sino también entre regiones, sectores y títulos cuyo rendimiento se ha dispersado cayendo drásticamente la correlación entre si.
Como continúa explicando el estratega, esta dinámica del mercado crea un conjunto más amplio de oportunidades de inversión ya que no sólo se concentran las decisiones en el nivel más alto de la asignación de activos. Más que en años anteriores, parece que la masa inversora está siendo guiada hacia la búsqueda de oportunidades de mercado en un nivel más detallado, relativamente descorrelacionado de la tolerancia global al riesgo del mercado.
Para ING IM esta claro que las oportunidades de inversión han pasado de clasificarse por clases de activos a hacerlo por regiones geográficas y sectores. Al principio del año la gestora se había pronunciado por determinadas clases de activos, con posiciones sobreponderadas en acciones (fuerte), bienes raíces (medio) y crédito (bajo) y un peso inferior al mercado en bonos del tesoro (medio). Durante el primer trimestre sin embargo la inclinación por determinadas clases de activos se han matizado e ING IM actualmente mantiene sólo leves sobreponderaciones en acciones y bienes raíces y posturas neutrales en el resto.
Por regiones y sectores, sin embargo, la firma gradualmente ha acentuado sus preferencias en los últimos meses, pronunciándose infraponderada en los mercados emergentes y en Europa tanto en renta variable como en renta fija. Además, Japón recibió un firme “sobreponderar” en renta variable al igual que la deuda high yield de EE.UU. que se perfila como el activo preferido de la casa holandesa en renta fija.
Por otra parte, su postura en cuanto a invertir en bolsa por sectores globales o por países ya no va ligada a la elección de mercados con «beta alta» sino a factores individuales de cada activo. ING IM, por ejemplo, esta largo tanto en industriales como en sanidad, estando infraponderado tanto en materiales como en telecos. Además, la gestora tiene una posición infraponderada en Indonesia (mercado de beta alta) y también en Malasia (mercado de beta baja) por razones específicas de cada país.
En la búsqueda de las mejores oportunidades de inversión y del mejor equilibrio entre rentabilidad y riesgo, ING IM actualmente ve las oportunidades de forma distinta que al comienzo del año. Por tanto, se ha establecido una postura de asignación de activos que es menos dependiente del factor risk-on/risk-off y se concentra en un nivel diferente del espectro de activos. Dependiendo del estado del ciclo global, visibilidad en los riesgos políticos y cambios observados en el comportamiento de los inversionistas la gestora evaluará con el tiempo si su postura de asignación de activos volverá a fijrase más en el riesgo para elegir la clase de activo en la que invertir o si profundizará la selección de inversiones por regiones y sectores.