Los bancos europeos se enfrentan una vez más a los temores de un colapso. Aunque los riesgos actuales requieren un examen cuidadoso, Tawhid Ali, CIO y director de análisis de renta variable europea de AB, cree que hoy en día se pueden encontrar en el mercado entidades relativamente sanas.
Ha sido un mal comienzo de año para los bancos europeos. El índice STOXX Europe 600 Banks ha caído un 22,4% hasta el 16 de febrero, peses a los rebotes vistos en los últimos días. Los inversores temen que la calidad crediticia de los bancos esté dañada ante la posibilidad de una recesión y las turbulencias en el sector de la energía, que haya presiones sobre los márgenes por los tipos de interés en mínimos históricos, y sobre todo, temen las consecuencias colaterales de las nuevas regulaciones. La capacidad de los bancos europeos para generar ingresos y pagar dividendos parece estar en peligro.
Recesión en contexto
Sin embargo, el experto de AB sostiene que el sector bancario europeo está en general mucho mejor posicionado para soportar las presiones que hace unos años. Claramente, una recesión sería un gran golpe para el sector. Evaporaría las ganancias y secaría por completo los dividendos. En una contracción económica mundial y regional, los inversores no quieren tener bancos en cartera.
“Las preocupacionesde los inversores sobre una posible recesión se deben poner en contexto. En diciembre, el indicador de confianza económica en Europa alcanzó su nivel más alto desde abril de 2011. Además, la política fiscal en la región es expansiva. Por supuesto, siempre hay riesgos, pero creemos que la zona euro está en mejor posición para hacer frente a las consecuencias de cualquier desaceleración que en el pasado”, expxlica Ali, que cita como ejemplo las señales del Banco Central Europeo, que sugieren que la política monetaria podría relajarse aún más para luchar contra los riesgos globales.
Los inversores parecen no estar de acuerdo. Hoy en día, los bancos europeos cotizan con un ratio de precio/valor contable de sólo aproximadamente 0,7 veces. Desde la crisis de deuda soberana de 2012, cuando los inversores temían que el euro se desintegraría, no se han visto múltiplos en dificultades como estos.
Así que para el CIO de AB no es de extrañar que los dividendos estén en el punto de mira. “Las acciones con alta valoración negocian con un ratio de baja rentabilidad por dividendo, lo que indica que los inversores están dispuestos a pagar una prima por la sostenibilidad del dividendo y el potencial de crecimiento. Pero para los bancos europeos, tanto el ratio de rentabilidad como el de crecimiento del dividendo son elevados y se han distanciado considerablemente de todos los demás sectores. Esto significa que los inversores no creen que los bancos sean capaces de mantener el nivel de retribución al accionista”, afirma en el blog de la compañía.
Dado que los bancos tienen se han tambaleado de crisis a crisis en los últimos años, los temores de los inversores son comprensibles. Pero, al mismo tiempo, muchos bancos han obtenido capital, han mejorado materialmente sus posiciones de liquidez, han reducido los costes, el apalancamiento y han racionalizado las operaciones. Es evidente que el sector financiero europeo es mucho más saludable hoy.
Fuertes balances
Los balancesson más fuertes. La relación entre el valor tangible en libros (una medida del apalancamiento) frente al total de activos en los bancos europeos se sitúa ahora en el 5,4% -el doble que durante la crisis financiera global-. Las provisiones por morosidad han disminuido mientras que la rentabilidad sobre el valor tangible en libros también se ha recuperado y estabilizado.
“Sin embargo, mirar a todo el sector puede resultar engañoso. Hay grandes diferencias en los perfiles de riesgo, en las posiciones de capital y la capacidad de pago de dividendos entre los bancos europeos”, apunta Ali.
Los perfiles de riesgo difieren
Para probar esto, el gestor se ha fijado en dos grupos de bancos europeos, con fundamentales muy diferentes. Mientras que la rentabilidad por dividendo prevista fue alta para cada grupo, cuenta, el nivel de confianza sobre la recepción de estos rendimientos son significativamente distintos. Los bancos de menor riesgo parecen tener balances mucho más resistentes y mejores ratios de préstamos. Como resultado, y según el estudio de AB, son más propensos a responder bien a las expectativas de crecimiento de dividendos.
La rentabilidad esotro foco de problemas. Los más pesimistas argumentan que los bancos simplemente no pueden aumentar su rentabilidad mientras los tipos de interés sean tan bajos. De hecho, su actividad principal se basa en los márgenes de interés entre los depósitos y préstamos, que son muy estrechos en el entorno actual.
Pero para AB, hay otro aspecto a tener en cuenta para los inversores a largo plazo. “Aunque es probable que la política monetaria se mantenga relajada este año, los tipos de interés no pueden permanecer tan bajos para siempre. En última instancia, si el crecimiento económico gana impulso en los próximos años, sería normal que los tipos de interés aumenten con el tiempo. Y cuando esto sucede, los bancos europeos estarán muy bien posicionados, ya que serán capaz de fijar el precio de los depósitos y de los préstamos de manera más rentable”, afirma.
La volatilidad extrema hace que sea difícil para los inversores mantener sus ojos en el futuro a más largo plazo. Sin embargo, creemos que eso es exactamente lo que los inversores deben hacer ahora. “Cuando las valoraciones están tan estresadas, creemos que determinados bancos europeos pueden ser una fuente de rentabilidad para las inversiones que marquen la diferencia en los próximos años”, concluye el gestor.