Las gestoras coinciden en que 2018 se va a caracterizar por un entorno de tipos bajos y una normalización de las políticas monetarias lenta y calculada paso a paso para no dañar el crecimiento global. Esto deja de nuevo la misma incógnita sobre qué esperar de la renta fija, a la que tantos inversiones y gestores miran con recelo por las bajas rentabilidades que ofrece.
¿Dónde estará las oportunidades en este tipo de activos? Para Hans Bevers y Bruno Colmant, respectivamente economista jefe y responsable de análisis macro de Degroof Petercam, hay que tener muy en cuenta el contexto. Ninguno espera que el proceso de normalización de las políticas monetarias produzca rendimientos muy superiores de los bonos a largo plazo.
En un entorno de tipos de interés muy bajos, Degroof Petercam propone las siguientes alternativas a la deuda soberana: deuda corporativa en euros con grado de inversión, que ofrece un limitado rendimiento, pero con duraciones que a menudo son más cortas que las de la deuda soberana, y los bonos internacionales ligados a la inflación.
“Aunque los niveles de inflación han decepcionado recientemente, los bonos ligados a la inflación siguen siendo atractivos teniendo en cuenta que las previsiones generales de crecimiento y la mejora de la situación del mercado laboral deberían traducirse en un alza, modesta, de la inflación. Creemos que las valoraciones de los bonos ligados a la inflación no reflejan totalmente esta perspectiva”, dice Jérôme van der Bruggen, responsable de inversión de banca privada de Degroof Petercam.
Por su parte, SYZ AM apunta al crédito como un activo clave para 2018 dentro de la renta fija, pese a sus altas valoraciones y el riesgo que conlleva. “En lo que respecta al mercado de bonos, todo el mundo sabe que las rentabilidades soberanas de los países occidentales son bajas. Pero no es el segmento de los bonos gubernamentales donde se produce trivialidad de las valoraciones del mercado de renta fija. Es en el crédito corporativo. Después de años de política monetaria ultra acomodaticia y una búsqueda desesperada de rentabilidad por parte de los inversores, el crédito corporativo en general y los mercados de high yield en especial, se han convertido en la clase de activo más cara del mundo”, señala Hartwig Kos, vice jefe de inversiones y co-responsable Multiactivos de SYZ AM.
Y advierte que, en un entorno donde las presiones inflacionistas están aumentando y la postura sobre la política monetaria del BCE se está endureciendo, el mercado de high yield y sus valoraciones son “claramente vulnerables”. Según Kos, “en la mente de los inversores en este momento la clase de activo elegida es la renta variable. Y, de hecho, aunque los bonos están caros, la renta variable está en comparación a un valor razonable. Esto es obviamente un argumento relativo, pero cuando se miran las valoraciones de la renta variable en términos absolutos la fotografía parece muy diferente”.
Estados Unidos
Desde Ethenea parten de esta misma consideración y tampoco esperan una subida de tipos, aunque no descarta que siga habiendo una demanda importante sobre la renta fija. “En este entorno, y con una demanda continuada tanto doméstica como de inversores institucionales extranjeros, creemos que la presión sobre los bonos a largo plazo debería mantenerse moderada. Al mismo tiempo, la continuación de la sólida situación económica, las favorables condiciones de refinanciación, y las bajas tasas de impago deberían apoyar los diferenciales de los bonos corporativos”, explica Guido Bathels, Portfolio manager Ethnea Independent Investors.
En opinión de Bathels, en Estados Unidos, encontramos un entorno ligeramente diferente dado el momento del ciclo económico en que está y que el aumento a corto plazo de los tipos de interés. “Es posible que el aumento de tipos de la primera mitad del año se corrija a la baja durante la segunda mitad debido a las preocupaciones económicas. Si esto invierte la curva de rentabilidad durante el año, lo que sería un claro indicador de una inminente desaceleración económica. Esta perspectiva podría poner presión sobre las primas de riesgo de los bonos corporativos. Este tipo de escenario tendría definitivamente impacto sobre los tipos de interés y los diferenciales en Europa hacia finales de año”, explica.
En este contexto de crecimiento global, pero ciertas incertidumbres financieras, Bathels defiende que la gestión activa y un estilo de inversión flexibles serán muy importantes para no dejar pasar las oportunidades que se presenten en el merado de renta fija.