La semana ha empezado mal para los mercados. Después de días viendo cómo los índices globales se sobreponían a la preocupación por la propagación del coronavirus y su impacto en el crecimiento de China, las muertes y nuevos focos localizados en Italia arrastró ayer a las principales bolsas y la volatilidad se volvió a notar en el mercado.
Lo que se preguntan los analistas, más allá del impacto que tendrá en las economías, es qué harán los bancos centrales. Según explica, Philippe Waechter, director de investigación económica de Ostrum AM (afiliada de Natixis IM), “la epidemia actual ha comenzado a generar un shock de oferta que la política monetaria no podrá gestionar”. Y es que, según detalla, “una rebaja en los tipos de interés elevaría la demanda, pero la oferta no puede aumentar a corto plazo porque las personas en muchos lugares de China no pueden acudir a su puesto de trabajo”. Por ello, Waechter advierte: “No contemos con que la Fed, el BCE u otros bancos centrales sean una fuente de solución ya que su único papel es limitar la bancarrota de las empresas”.
En este punto, Gilles Moëc, economista jefe del grupo AXA IM, valora las opciones que el BCE tiene de actuar ante la crisis del coronavirus: “Incluso antes de que estallara la crisis en Italia, estábamos convencidos de que el BCE ya empezaba a comprometerse con la preparación de planes de emergencia. El hecho de que Luis de Guindos decidiera concluir su último discurso recalcando que el BCE está preparado para actuar siempre que sea necesario, independientemente de la revisión estratégica, resulta interesante”.
Desde la gestora consideran que otra ronda de TLTRO probablemente sería inútil, las instituciones bancarias tendrían dificultades incluso para encontrar suficiente demanda para cumplir con las condiciones del programa. “Un recorte adicional en la tasa de depósitos tendría un efecto debilitador en el euro frente al dólar, lo que provocaría un estrés adicional en la ya tensa relación comercial entre EE UU y la UE”, subraya Moëc. En este sentido, desde AXA IM se considera que una de las opciones más claras que tiene la autoridad monetaria, en el hipotético caso de que tuviera que actuar, sería “elevar el volumen de compra de bonos corporativos”, en lugar de la compra de deuda soberana.
“El único escenario en el que BCE entraría rápidamente a comprar bonos soberanos sería si los spreads empiezan a crecer en algunos países e Italia es un candidato obvio para eso: más allá del coste económico de la epidemia, esta crisis del coronavirus puede ser usada por la oposición contra la ya de por sí frágil coalición de Gobierno. Esto es consistente con un incremento de la prima de riesgo, si bien creemos que la mera mención a la posibilidad de que el BCE pudiera actuar ya permitía contener la evolución de los spreads. Sin embargo, esta es una situación extrema y creemos que no estamos en ese caso todavía”. “Dado lo sensible que es políticamente la compra de bonos soberanos y el poco margen de maniobra del BCE, creemos que la entidad estudiará otras opciones antes que apoyarse en esa parte de la Expansión Cuantitativa”.
Para Gilles Moëc la opción de incrementar el peso de la compra de bonos corporativos “es menos problemática” desde un punto de vista técnico y político. “El BCE no puede comprar más del 33% de la deuda elegible de un emisor soberano, mientras que en el caso de los bonos corporativos el límite es del 70%”, detalla Moëc, quien resalta además que el universo elegible se ha ampliado significativamente. “Estimamos que en lo que va de 2020 el volumen neto de emisión por parte de entidades no financieras es de unos 45.000-50.000 millones de euros, de los que probablemente dos tercios son elegibles”, añade.
Respecto a qué podría hacer la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Adrien Pichoud, economista jefe en SYZ Asset Management, considera que ha aumentado la probabilidad de que opte por una flexibilización adicional de la su política monetaria. “En cualquier caso, creemos que esta decisión se basará en la evolución de los datos macroeconómicos y no mucho en las próximas elecciones presidenciales. La Fed sólo recortará si hay signos de desaceleración del crecimiento en los EE.UU. y, en nuestra opinión, es muy poco probable que suba los tipos en el contexto del brote de coronavirus y de las próximas elecciones presidenciales. Creemos que los bonos del Tesoro de los EE.UU. seguirán siendo el refugio preferido de los inversores, en primer lugar, por sus características únicas de liquidez, moneda de reserva, etc., pero también por el potencial de disminución de los tipos, y por lo tanto de apreciación de los precios, que ofrecen en caso de un deterioro de la economía mundial o del sentimiento del mercado”, explica Pichoud.
Reacción del mercado
Por ahora lo que hemos visto es que Los temores sobre la propagación del virus han causado una fuerte venta de activos de riesgo y una huida hacia la seguridad, con una notable fortaleza para el oro y los bonos del gobierno. “Los mercados están experimentando su segundo episodio de volatilidad del año, han caído casi un 5% desde el pasado jueves 20 de febrero por los renovados temores en torno al coronavirus. La postura de riesgo se está traduciendo en una fuerte acción de precios sobre el oro y los bonos gubernamentales. Nuestra principal conclusión sigue siendo que el coronavirus tendrá un impacto muy significativo en los datos económicos de los próximos meses, pero que la mayoría, aunque no toda, la actividad económica debería recuperarse a medida que el riesgo del virus se desvanezca”, explica Stéphane Monier, jefe de inversiones de Lombard Odier.
En su opinión, la escala del contagio en Italia significa que probablemente se necesitarán medidas estrictas para contenerlo, y el precedente chino sugiere que esas medidas pueden durar más de lo previsto inicialmente. Los riesgos para la actividad económica derivados de esos cierres pueden resultar importantes, especialmente porque la región afectada se encuentra en el corazón industrial de Italia. El riesgo se ve agravado por el margen relativamente limitado de relajación de las políticas en la zona del euro.
Con esta lectura sobre la situación Monier afirma que mantienen su posición de cartera equilibrada, “ligeramente infraponderada en renta variable, sobreponderada en estrategias de carry, además de protecciones en cartera en forma de oro y bonos del Tesoro de EE.UU.”.
Impacto económico
Tal y como hace lombard odier, la otra gran preocupación que tienen las gestoras es medir el impacto que esta epidemia tendrá en los mercados globales y locales. Una respuesta todavía difícil de dar. En opinión de Vontobel AM, la incertidumbre pesará durante algún tiempo sobre los mercados, pese al momento complaciente que vive. “Hay importantes datos sobre el sentimiento de los inversores que todavía no están lejos del territorio eufórico en un momento en que empiezan a aumentar los nuevos casos de infección fuera de China. Por lo tanto, creemos que es probable que la volatilidad de los mercados dure más tiempo, lo que aboga por un posicionamiento más bien neutral en cuanto al riesgo. A medida que nos ceñimos a nuestra visión a medio plazo de la estabilización económica mundial, creemos que se abrirán oportunidades de compra en mercados desarrollados y en emergentes tan pronto como el impacto del virus se contenga más claramente y el daño económico se haya manifestado en los datos económicos de China y los mercados desarrollados”, afirma Frank Häusler, estratega jefe de Vontobel AM.
Häusler, como la mayoría de los analistas, usa como referencia las crisi epidémicas anteriores, por lo que estima que el impacto económica será agudo y temporal. “Lamentablemente, la fuente del virus es China, que genera alrededor del 16% del crecimiento económico mundial y es uno de los principales actores en las cadenas de suministro y la industria del turismo. Por lo tanto, hemos reducido considerablemente nuestras previsiones de crecimiento del PIB para China en 2020 (al 5,5% desde el 6,2%) y los mercados emergentes. También es probable que Japón se vea muy afectado, ya que ha comenzado el año con una base muy débil tras una fuerte caída de la actividad económica. También hemos rebajado nuestras expectativas de crecimiento para el primer trimestre en la zona euro del 0,3% al 0,1%”.
Con estas expectativas en la zona euro, Mauro Speranza, experto de mercados italiano de Investing.com, apunta que en el caso de Italia el coronavirus tendrá un impacto significativo. “Se calcula que será del 0,2% del PIB, según explicó el gobernador del Banco de Italia. Sin embargo, algunas estimaciones hechas por Nomura hablan de un rango entre 0,2% y 0,9% del PIB. Las infecciones por virus se concentran en la zona norte del país, la más rica, que corresponde al 40% de la economía nacional. Precisamente en esta área, se concentran algunas de las compañías que operan en los sectores más afectados por los efectos del virus, como es el caso del lujo. El gobierno italiano está implementando varias medidas para tratar de detener la propagación del virus, pero los primeros resultados solo podrían llegar con el tiempo. Las consecuencias en los mercados, por lo tanto, pueden no terminar a corto plazo», apunta.
Según explica el economista jefe del grupo AXA IM, “hasta ahora, el impacto económico de la epidemia del COVID-19 ha sido de un shock en el suministro de productos, pero la aparición de un foco de contagio espontáneo en Italia la cambia la dimensión del problema”. En cambio, ahora las zonas afectadas son “cruciales en términos de producción. Lombardía, Véneto y Emilia-Romagna representan por sí solas el 40% del PIB en Italia y el 6% del PIB total de la eurozona”, añade Moëc.
En cambio, Nigel Green, director general y fundador del Grupo deVere, prefiere centrar su análisis en la reacción del mercado de ayer y confía en que es probable que se recuperen rápidamente. “De hecho, las acciones siguen alcanzando máximos históricos. Esto se debe a que muchos inversores siguen complacientes con el impacto del coronavirus a largo plazo, que sigue extendiéndose y a un ritmo más rápido. Esto inevitablemente golpeará a los mercados financieros y la autocomplacencia de los inversores abre la posibilidad a muchas sorpresas, aunque algunas pueden ser desagradables”.