En medio de la emergencia por el coronavirus, empiezan a llegar señales positivas a Latinoamérica debido al final de la cuarentena en China. Así, se han reanudado los embarques de barcos de carga y como señala Brendan Ahern, director de inversiones de KraneShares, “los datos de marzo podrían sorprender”.
China se ha convertido en el principal socio comercial de la mayoría de los países latinoamericanos. El efecto del coronavirus fue inmediato en las cifras de enero y febrero, pero según el Baltic Dry Index, los barcos de carga están aumentando porque las materias primas están entrando a China.
“En torno a un 75% de la utilización del PIB (de China) ya volvió a trabajar. Pasó de una cuarentena nacional a volver a la actividad y creo que los datos de marzo podrían sorprender”, declaró Brendan Ahern en una entrevista al diario El Financiero.
Ahern, quien trabaja para KraneShares, administradora de fondos basada en EE.UU. que tiene una participación del China International Capital Corporation, asegura que el mercado chino pasó por una corrección durante la cuarentena, y ahora “empezó a diferenciar entre ganadores y perdedores”. Así, todas las empresas ligadas a los viajes han sufrido el golpe, pero las compañías cuyo negocio es online han salido beneficiadas.
Un ejemplo práctico de lo que sostiene Ahern tiene que ver con las exportaciones uruguayas. Mientras para la población el coronavirus era una visión lejana el pasado mes de febrero, los exportadores de carne anunciaban su alarma por el cese de los embarques en plena cuarentena china. Ahora que Uruguay está en emergencia sanitaria debido al avance del virus (una realidad indiscutible), el sector exportador respira, ya que China ha vuelto a programar compras.
Según información del Instituto Nacional de Carnes de Uruguay (INAC) transmitida al diario El Observador, los precios están en un nivel similar al primer trimestre de 2019. Las mismas fuentes señalan que la incertidumbre sigue siendo grande y que habrá que esperar varios meses para tener una visión más clara de la situación.
Por el lado de las gestoras internacionales también se sigue al detalle la reactivación de la economía china. Según, Keith Wade, economista jefe de Schroders, “los indicadores muestran que la economía está volviendo gradualmente a la normalidad”.
En opinión de Wade, el primer trimestre de 2020 seguirá siendo uno de los más débiles en su historia, pero, confía en que la economía se recuperará durante el segundo trimestre. “Para que esto ocurra, creemos que la política fiscal desempeñará un papel importante y esperamos un estímulo significativo, mientras que el gobierno se esfuerza por alcanzar su objetivo de diez años de duplicar el ingreso nacional para el año 2020”, apunta.
Por ahora lo que nos muestran las cifras es que, poco a poco, la actividad industrial y de comercio regresa gradualmente en toda China. Es más, de acuerdo con el último indicador de sentimiento trimestral de Fidelity, el 85% de sus analistas en China espera que el problema del virus remita antes del segundo semestre, frente a una media de tan solo el 48% entre todos los analistas del mundo. “También se considera que los beneficios de las empresas chinas se encuentran entre los menos afectados por el brote”, afirma.
Desde Fidelity ponen como ejemplo algunos datos en los que fijarse, como el consumo de carbón o las ventas de viviendas. Según explica Bryan Collins, responsable de renta fija asiática, “el consumo de carbón del país se ha recobrado hasta más de 500.000 toneladas al día, frente a menos de 400.000 toneladas al día durante la mayor parte del mes de febrero. Aunque el consumo sigue siendo alrededor de un 20% más bajo que en marzo del año pasado, se ha formado una clara tendencia al alza durante las últimas semanas.
Respecto al transporte y la logística, se han recuperado notablemente en toda China con la reincorporación al trabajo de los ciudadanos. Durante los últimos días, las congestiones en las vías de Shanghái y Guangzhou -dos de las mayores ciudades chinas- han superado incluso los niveles de 2018, aunque las carreteras siguen estando menos transitadas que hace un año. Parte de los atascos cabe atribuirlos a las personas que evitan el transporte suburbano para minimizar los riesgos de infección. El flujo total de pasajeros en el transporte suburbano de ocho grandes ciudades se ha hundido alrededor de un 80% con respecto al año pasado”.
Otro de los datos a los Collins hace referencia son las ventas de viviendas, que se vieron muy afectadas al inicio del brote y que se han ido recuperando en las ciudades de todas las categorías desde mediados de febrero, recuperándose hasta más de la mitad de los niveles normales antes del Año Nuevo chino. “Sin embargo, el consumo privado se mantiene débil y por debajo de los niveles anteriores al brote. Por ejemplo, los aficionados al cine siguen quedándose en casa, mientras que las ventas minoristas y de coches solo han mejorado levemente durante las últimas semanas”, reconoce.