Esta semana ha dado comienzo una nueva cita en la agenda de los inversores que siguen criterios de sostenibilidad: la conferencia de la ONU sobre la Biodiversidad (COP15), que se celebra en Montreal (Canadá) del 7 al 19 de este mes. Según explican los expertos, la COP15 convoca a gobiernos de todo el mundo para acordar un nuevo marco mundial para la diversidad biológica posterior a 2020. ¿Por qué están los inversores interesados en la biodiversidad?
En opinión de Deepshikha Singh y Guy Wilkinson, expertos de La Française Sustainable Investment Research, el protagonismo del capital natural durante la COP15 representa la oportunidad perfecta para que la comunidad inversora impulse el cambio para nuestros clientes, nuestras empresas participadas y el planeta. Para la naturaleza, al igual que para el clima, tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos y no escatimar esfuerzos.
“Más de la mitad de la producción económica mundial, 44 billones de dólares de producción de valor económico (Foro Económico Mundial), depende moderada o en gran medida de la naturaleza. Una biodiversidad abundante es indispensable en muchos aspectos de la vida, como el suministro de alimentos, energía, agua y salud. Por otra parte, nos enfrentamos a un déficit mundial de financiación de la biodiversidad de más de 800 millones de dólares al año y es aquí donde el sector financiero puede desempeñar un papel clave mediante la asignación de capital y la gestión”, advierten los expertos de La Française.
Así, un motivo claro es que la biodiversidad también se ha convertido en un tema atractivo de inversión. Un nuevo estudio de la ONU publicado esta semana sugiere que los objetivos climáticos, de biodiversidad y de degradación del suelo serán inalcanzables a menos que las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza aumenten rápidamente hasta los 384.000 millones de dólares anuales en 2025, más del doble de los actuales 154.000 millones.
Según el UNEP (Fondo para el Medio Ambiente Mundial por sus siglas en inglés), los flujos negativos para la naturaleza procedentes de fuentes públicas, que son entre tres y siete veces mayores que las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza, deben eliminarse gradualmente, reasignarse o reformarse. Desde Schroders destacan que el capital privado sólo representa el 17% del total de las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza y el informe aboga por combinar «cero neto» con «naturaleza positiva». En palabras de Inger Andersen, Executive Director of the United Nations Environment Programme Search Results: «Esto requiere que los gobiernos, las empresas y el sector financiero aumenten masivamente las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza, porque son necesarias para asegurar el futuro de las generaciones venideras».
Sobre las implicaciones que esto tiene para los inversores, Niall Smith, analista de datos y modelos ESG de Schroders, explica que las empresas necesitan urgentemente empezar a considerar el impacto que tienen en el entorno natural, y contabilizar sus emisiones de carbono ya no es suficiente. “A medida que la pérdida de biodiversidad siga cobrando protagonismo en la escena mundial, se elevará el listón en lo que respecta a la divulgación de información por parte de las empresas y la mitigación del impacto operativo. Las empresas también deben tener en cuenta hasta qué punto dependen de los servicios de los ecosistemas y de los activos de capital natural. Muchas industrias se sustentan materialmente en los servicios de los ecosistemas como recursos, que se verán comprometidos en caso de colapso de los ecosistemas. Los inversores, por extensión, deben determinar sus niveles de impacto y dependencia del capital natural, con el fin de salvaguardar las inversiones y garantizar una rentabilidad constante frente a este riesgo sistémico. A la luz de la COP15 y del borrador del Marco Global de Biodiversidad, no hay mejor momento para que los inversores empiecen a analizar la exposición al riesgo relacionado con la naturaleza y a desarrollar estrategias de inversión mejoradas», argumenta Smith.
Las claves de la COP15
De cara a esta cumbre, Elena Tedesco, gestora de Global Impact de Vontobel, señala que, como inversores, desearíamos ver algún avance en la medición y el seguimiento de la huella que dejan en la biodiversidad los países, las empresas y, por tanto, los fondos y otros productos financieros. “El indicador Promedio de Abundancia de Especies (MSA) se convertirá probablemente en el equivalente a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para la medición de la huella en la biodiversidad. Sin embargo, es difícil encontrar datos de MSA a nivel corporativo y asignar responsabilidades y méritos a actuaciones y actores humanos en concreto. Existe un número considerable de iniciativas que persiguen establecer criterios metodológicos y, finalmente, formular recomendaciones. Conciliar las diferencias podría resultar una tarea realmente complicada. Resultaría útil recibir un mayor número de herramientas de orientación y armonización de la COP15”, destaca.
En opinión de Catherine Macaulay, analista de inversiones sostenibles de Schroders, la esperanza es que la COP15 sea realmente una cumbre histórica. “Se espera que sea algo parecido a lo que supuso el Acuerdo de París, pero para la biodiversidad. París fue el primer tratado internacional jurídicamente vinculante sobre el cambio climático en el que los líderes mundiales llegaron a un consenso para limitar el aumento de la temperatura global a 2 grados centígrados, y a 1,5 grados si es posible. Desde entonces, muchos países han establecido objetivos nacionales para contribuir a alcanzar esta ambición, por lo que podemos ver cómo este acuerdo internacional ha allanado el camino para la política y la acción a nivel nacional. La esperanza es que la COP15 proporcione ese mismo acuerdo internacional histórico para la naturaleza y la biodiversidad, que catalizará la acción en los próximos años».
Y añade: «En la COP27 también se reconoció el papel que deberán desempeñar las soluciones basadas en la naturaleza para alcanzar nuestros objetivos climáticos, con un gran énfasis en los mercados voluntarios de carbono y en acabar con la deforestación, aprovechando el impulso de la COP26 del año pasado. Este reconocimiento del papel crucial de la naturaleza en el progreso climático envía un poderoso mensaje de cara a la cumbre COP15 sobre biodiversidad».
Según apunta Tedesco, el marco que salga de la COP15 establece un plan ambicioso para transformar la relación de la sociedad con la biodiversidad y garantizar que, para 2050, se cumpla la visión compartida de vivir en armonía con la naturaleza. “Se dice que la biodiversidad puede ser el “nuevo clima”. El motivo es que muchos de los ODS no pueden conseguirse sin la preservación o la restauración de la biodiversidad, incluidos los objetivos climáticos, que ya han conseguido atraer la atención del mundo. Por ello, es necesaria una actuación urgente a favor de los ecosistemas naturales y que los gobiernos adopten incentivos para recompensar la labor de protección y conservación y penalicen a los infractores”, afirma Tedesco.
Teniendo esto en cuenta, la gestora de Vontobel advierte de que, al igual que ocurre con el cambio climático, la atención política podría llevar a las empresas a cambiar sus estrategias e impulsar el aumento del BPA para las empresas que destaquen en este ámbito. “Lo hemos visto antes: con los incentivos para el uso de energía limpia, por ejemplo, y cómo ha promovido el cambio de actitud entre los inversores. Si es cierto que la historia se repite, las soluciones centradas en la biodiversidad podrían ser el destino de su dinero con una perspectiva a largo plazo. Invirtiendo en empresas que dirigen sus esfuerzos a la solución de problemas y trabajan para conseguir mejoras significativas, reutilizando, reciclando y realizando una buena gestión de residuos y fin del ciclo de vida de sus productos, los inversores pueden reducir la pérdida de biodiversidad al tiempo que pueden beneficiarse de oportunidades de crecimiento a largo plazo y unos sólidos retornos financieros”, argumenta.
A medida que la inversión sostenible madura y evoluciona en las distintas clases de activos y geografías, Andy Howard, director global de Inversión Sostenible de Schroders, se ha planteado el futuro de la ESG y el impacto: «El papel del capital natural y las amenazas a la biodiversidad son fundamentales. Las amenazas climáticas son muestras de las tensiones estructurales y en aumento entre la creciente demanda de una población mundial mayor, más rica y más hambrienta y los recursos finitos del mundo para mantener a esa población. Hoy utilizamos recursos equivalentes a los que proporcionan 1,7 Tierras cada año, lo que nos empuja aún más hacia el déficit de capital natural e intensifica las amenazas derivadas de la degradación de los ecosistemas globales. Según algunas estimaciones, cada año se pierden unos 10 billones de dólares del valor del capital natural, lo que pone de relieve el pasivo oculto que se está acumulando en la economía mundial. La realidad es cruda: el riesgo natural se está convirtiendo rápidamente en un factor integral del riesgo y la rentabilidad de las inversiones. Por este motivo, a finales de 2022 publicamos nuestro primer Plan para la Naturaleza, que reúne las medidas que hemos adoptado hasta la fecha y establece la dirección futura de las acciones que estamos llevando a cabo para abordar las causas y las implicaciones de la pérdida de naturaleza».