Existen tantas razones para creer que las acciones continuarán el repunte que comenzaron en marzo como para esperar otra caída. En cualquier caso, es probable que la volatilidad se mantenga alta. NN Investment Partners cree que, en tiempos de tanta incertidumbre, los inversores harían bien en considerar la inclusión de los bonos convertibles en sus carteras. En su opinión, la evolución del mercado desde que comenzó la pandemia ha confirmado la pertinencia de su enfoque de inversión en convertibles.
Un convertible es un bono con una opción de acciones incorporada, que ofrece características de renta fija y renta variable en un solo instrumento. Estos híbridos ofrecen lo mejor de ambos mundos: su opción de conversión da exposición a la subida de los precios de las acciones, y los flujos de efectivo de los bonos proporcionan protección a la baja en caso de que el precio de la acción subyacente caiga.
“El mercado ha respondido ciertamente a los potenciales méritos de los convertibles”, señala NN IP, al destacar el fuerte aumento en su emisión durante el último trimestre. En concreto, fue de 16.000 millones de dólares en abril, 27.000 millones de dólares en mayo y 25.000 millones de dólares en junio, lo que supone un total de más de 67.000 millones de dólares. Esto es aproximadamente dos tercios de la media anual de la última década de alrededor de 100.000 millones de dólares.
A su juicio, las nuevas emisiones tienen que ver con el hecho de que los convertibles ofrecen una forma rentable y flexible para que las empresas obtengan capital, ya sea para seguir operando o para aprovechar nuevas oportunidades de negocio. La actual volatilidad de los mercados de renta variable significa que también suelen ser más atractivos que una emisión de acciones; las tasas de cupón más bajas de los convertibles hacen que los gastos sean mucho menores que los de la deuda convencional.
Martin Haycock, especialista sénior en bonos convertibles de NN IP, dice que alrededor de un tercio de las emisiones recientes se relacionan con compañías que están en problemas debido a la crisis actual, como las de viajes; mientras que la mayoría de los emisores están buscando capital para financiar el crecimiento.
«Nos interesa este último grupo, que incluye empresas dedicadas a la ciberseguridad, la computación en la nube, las baterías/electrificación y la atención sanitaria, que crecerá en los próximos tres a cinco años», dice Haycock. «Por eso es crucial adoptar un enfoque temático para navegar por los ciclos económicos e invertir en los convertibles adecuados».
Por su parte, Tarek Saber, jefe de bonos convertibles de la gestora, afirma que está en marcha una bonanza de bonos convertibles, ya que cada vez más compañías ven el beneficio de emitir convertibles en el mundo post-coronavirus.
«Esto es positivo para la clase de activo y un número creciente de inversores está adoptando las características históricas únicas de riesgo-rendimiento de los convertibles y asignándoles un lugar en sus asignaciones estratégicas de activos», dice Saber. «Recomendamos asignaciones de entre el 3% y el 10%, dependiendo del apetito de los inversores. Sea cual sea su elección, deberían asociarse con gestores que sean estrictos en su proceso de inversión y que no compren nuevas emisiones solo porque puedan ser teóricamente baratas, sino que se centren en los fundamentos crediticios y de renta variable del emisor».
Teniendo esto en cuenta, el NN (L) Global Convertible Opportunities invierte a largo plazo en una cartera de bonos convertibles investigada a fondo. El fondo se gestiona activamente e invierte en convertibles equilibrados que proporcionan rendimientos asimétricos. Su objetivo es superar el rendimiento del universo convertible global (medido por el Refinitiv Global Focus Index – Hedged) en 200 puntos básicos al año.