La Reserva Federal de Estados Unidos sorprendió el martes a los mercados con un recorte de 50 puntos básicos, situando la tasa en el rango del 1% al 1,25%. Pero todavía está por ver si conseguirá restaurar la confianza de los inversores. Tras el anuncio de la decisión de la Fed, la renta variable estadounidense cerró en números rojos en una jornada de mercado caracterizada por la volatilidad.
Los principales índices de la bolsa de Estados Unidos cayeron casi un 3%. El índice Dow Jones Industrial Average perdió 785,91, situándose en los 25.917,41 puntos a cierre, aunque subió unos 300 puntos durante la jornada. El S&P 500 se dejó 86,86 puntos, una pérdida del 2,8%, mientras que el índice NASDAQ Composite, cayó 268,08 puntos, cerrando en los 8.684,09.
Según indica Sonal Desai, responsable de inversiones en renta fija en Franklin Templeton, este ha sido un movimiento de emergencia que se ha producido fuera del calendario previsto de las reuniones del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de política monetaria. “En su comunicado, la Fed dijo que el recorte tiene como objetivo compensar por los riesgos en evolución del brote del coronavirus para la actividad económica, pero señaló que los fundamentos de la economía en Estados Unidos siguen siendo fuertes. El presidente Jerome Powell no relacionó directamente el recorte con los mercados financieros, pero está bastante claro que un cambio ha llegado a los mercados en las últimas semanas”, explica Desai.
En la opinión de Desai, este es un movimiento oportuno que debería apuntalar la confianza de los mercados financieros. “Los inversores esperaban una respuesta del banco central de Estados Unidos y la Fed se mostró lista para actuar con rapidez y decisión. La medida de la Fed también ayuda a compensar la decepción por la falta de voluntad del G7 para anunciar una respuesta política coordinada, aunque la declaración del G7 anunció que los gobiernos nacionales responderían individualmente”, agrega.
Aunque reconoce que un recorte en la tasa de interés solo puede tener una eficacia limitada contra el impacto negativo del coronavirus en la actividad económica, en cualquier caso, su impacto indirecto a través de la confianza y de los precios de los activos podría ser significativa.
“En mi opinión, la fuerte corrección en los precios de las acciones reflejó en gran medida unas valoraciones muy elevadas, por lo que no veo una reversión fácil. La Fed ha indicado que sigue participando en el juego, a pesar de la limitada eficacia de las políticas monetarias en el entorno actual, esperaría que se dieran nuevos movimientos de política si los datos subyacentes se deterioran.
Si bien los mercados han ignorado en gran medida el recorte de tasas en las primeras operaciones tras el anuncio, debería tener un impacto positivo en el sentimiento. Además, en el caso de que se contenga la propagación del covid-19, la economía se enfrentará a condiciones financieras sustancialmente más fáciles”, incide.
Por su parte, Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G Banca Privada, cree que la reacción del mercado ante el recorte de tipos de la Fed ha sido muy negativa. “Se esperaba que se diera un recorte en la reunión del 18 de marzo y el hecho de haberla acelerado sólo genera dudas sobre la situación y alimenta el pánico y confirma, o bien que el impacto económico del virus puede ser mayor de lo inicialmente esperado, o que la Fed está más pendiente de la evolución de las bolsas. Históricamente, siempre que la Fed ha hecho una bajada de 50 puntos básicos la economía estadounidense ha entrado en recesión en los próximos trimestres”, comenta.
Desde el punto de vista de Fernández Elices, la reacción del mercado, con las bolsas subiendo en un principio para después caer fuertemente, pone en duda la efectividad de la llamada “put” de la Fed y de la fe ciega que el mercado venía teniendo en los bancos centrales. “Esperamos medidas adicionales en la próxima reunión que complementen esta bajada de tipos y también algún movimiento del resto de bancos centrales, si bien tienen una munición significativamente menor que la Reserva Federal”, añade.
En un tono más positivo, Bill Papadakis, estratega macro de Lombard Odier, considera que el momento del anuncio, la escala de la medida -ya que la Reserva Federal normalmente se mueve más de 25 puntos básicos en tiempos de crisis- y la unanimidad en el voto del comité envían una señal de que la Reserva Federal está decidida a actuar con prontitud y decisión antes de que el choque del coronavirus se transforme en un golpe arraigado a la confianza que podría plantear riesgos de recesión para la economía de los Estados Unidos.
“El abrupto endurecimiento de las condiciones financieras derivadas de la reacción del mercado a las recientes noticias relacionadas con el coronavirus estaba presionando a la Reserva Federal para que tomara medidas de relajación, y la decisión tomada por la Fed es claramente un movimiento en esa dirección.
Esta decisión, que se produce poco después de la declaración del G-7 en la que se expresaba el compromiso de los encargados de la formulación de políticas de utilizar todos los instrumentos adecuados para salvaguardar las economías contra los riesgos a la baja, es probable que sea uno de los varios anuncios de ese tipo que se hagan en las próximas semanas. Consideramos que la respuesta política es un factor clave para reducir la posibilidad de que el choque del coronavirus genere una dinámica recesiva en la economía mundial”, argumenta.
Más allá de la crisis del coronavirus…
Olivia Álvarez, analista de Monex Europe para España, indica que la persistente inversión de la curva de rendimientos de los bonos del tesoro desde inicios del año puede haber sido la señal de alarma para la Fed.
Históricamente, la inversión de esta curvas ha sido un infalible instrumento de predicción de futuras recesiones. Al replicar el modelo de probabilidad lineal que utiliza la Fed para inferir probabilidades de recesión a partir de esta señal, los resultados son notablemente alarmantes. El modelo señala que, basado en la agresiva actividad en el mercado de renta fija de las últimas semanas, la economía norteamericana enfrenta significativas probabilidades de recesión para febrero de 2021. La probabilidad de recesión estimada para la fecha es de un 35%, por encima del umbral de 30% a partir del cual el modelo predijo correctamente los anteriores episodios recesivos durante el medio siglo pasado.
Gráfico 1. El modelo de probabilidad lineal de la Fed, advierte sobre una posible recesión de la economía durante el próximo año.
A pesar de que esta metodología de predicción ha sido recientemente sometida a amplios cuestionamientos y otros fundamentos macroeconómicos norteamericanos aún no muestras señales visibles de ansiedad económica, el repentino movimiento de los tipos hoy denota una notable preocupación por parte de la Fed. Si bien el peligro de una eminente recesión no fuese el móvil central del ajuste, la agresiva demanda de los mercados por condiciones financieras menos agresivas sí lo es.
Ante una considerable caída de los rendimientos de los bonos y de los futuros de los fondos federales, de haberse mantenido en “modo neutro”, la Fed podría haber ocasionado de facto un ajuste restrictivo de las condiciones financieras de la economía y profundizar las probabilidades de recesión.
Este movimiento de emergencia de la Fed deja la puerta abierta a otros bancos centrales para seguir en línea con las políticas de estímulo en respuesta al shock económico derivado del coronavirus. Sin lugar a dudas, estos eventos consolidan la realización de una profecía varias veces advertida recientemente: la volatilidad de los mercados está de regreso y llegó para quedarse por un buen tiempo.