A lo largo del año, el mantra de “los riesgos geopolíticos” ha ganado relevancia a medida que los conflictos y las relaciones internacionales se han tensionado. La situación en Oriente Medio ha empeorado tras la invasión terrestre del Líbano por parte de Israel y la respuesta de Irán, aumentando la probabilidad de que se desencadene un conflicto a escala regional. La reacción de los mercados ha sido, por el momento, tibia, sin embargo hay tres clases de activos sobre los que sí ha impactado este aumento de la tensión: el petróleo, el oro y el dólar.
“La geopolítica vuelve a preocupar. Irán atacaba ayer por la tarde a Israel, lo que inmediatamente impacta en el petróleo, haciéndole rebotar cerca de un 6% desde los mínimos del día. Las bolsas sufren (S&P -0,9% y Nasdaq -1,5)%) y el oro se dispara un 1%”, destaca Juan José del Valle, responsable de análisis de Activotrade SV. Algunas firmas de inversión, consideran que existe la tendencia de creer que los conflictos en Oriente Medio tienen un impacto muy limitado en las acciones estadounidenses, a menos que se produzca una escalada importante. Según explican, Michaela Huber, estratega de activos cruzados de Vontobel, y Mario Montagnani, estratega senior en Vontobel, la reacción del mercado fue la esperada, es decir, se produjo un movimiento de aversión al riesgo. Los inversores pasaron de la renta variable, más «arriesgada», a la renta fija, más «segura».
«Además, el índice VIX -el barómetro del miedo de Wall Street- se disparó un 15% este martes. Por su parte, el rendimiento de la deuda pública estadounidense a diez años, que el lunes se situaba en el 3,78%, bajó el martes al 3,73%. El mercado de renta variable estadounidense cerró «modestamente» a la baja una vez se produjo el ataque de Irán. El S&P bajó menos de un 1% -desde niveles récord-, el Nasdaq -1,5% consiguió una cierta recuperación al cierre. Los futuros pasaron de planos a modestamente positivos», explican los expertos de Vontobel.
Según explican desde Banca March, las bolsas, sobre todo en Estados Unidos, tomaban beneficios ante la noticia del lanzamiento de misiles y se vio favorecido el lado más defensivo del mercado –utilities, duración, dólar y oro–. “La reacción principal ha venido de los precios del petróleo que recuperan niveles por encima de 74 dólares/barril para la referencia Brent. A medida que crecen las tensiones que se viven en la región, la referencia Brent continúa ganando territorio hasta situarse en 74,8 dólares/barril, acumulando una subida del 3,9% en la semana. Por su parte, el metal amarillo se cae de los máximos alcanzados en la sesión de ayer y ya se negocia en 2.649 dólares/onza. Tras haber coronado nuevos máximos ayer en medio del ataque iraní, el metal precioso cede un -0,5% en la mañana de hoy a la espera de los datos de empleo que conoceremos hoy en ambos lados del Atlántico. En el mercado de divisas, el dólar mantiene su avance frente al euro al recobrar su rol como activo seguro en medio de las tensiones que se viven entre Israel e Irán”, señalan.
Sobre el petróleo, los expertos de Vontobel explican que este mercado siempre reacciona muy nerviosos cuando Irán se ve implicado, pero a más largo plazo, la interacción entre la oferta y la demanda suele volver a pasar a primer plano. Y añaden que antes del ataque, el petróleo había estado sometido a bastante presión a la baja y a menos que la situación se agrave aún más, parece improbable una crisis del petróleo similar a la de 2022. «Aun así, la combinación de un aumento de las tensiones geopolíticas y la perspectiva de más estímulos chinos hace que el petróleo resulte más atractivo que unas semanas antes. El ataque de ayer supuso el segundo ataque directo iraní contra Israel este año y sugiere que el conflicto podría haber entrado en una nueva fase más grave. En abril de 2024, Irán también atacó Israel, pero un aviso a tiempo y la naturaleza de las armas utilizadas (drones y misiles más lentos) garantizaron que casi todos los proyectiles fueran interceptados. Esta vez, Irán avisó con mucha menos antelación y utilizó principalmente misiles balísticos (que viajan más rápido y, por tanto, son más difíciles de interceptar)», afirman Huber y Montagnani.
El contraste entre el petróleo y el oro
Para Carsten Menke, Head Next Generation Research de Julius Baer, el mayor impacto se ha observado en el mercado del oro, donde la geopolítica sigue impulsando su precio. “Mientras el petróleo parece apenas reaccionar ante las crecientes tensiones en Oriente Medio, estas están impulsando aún más el ánimo alcista en el mercado del oro. Esto es a pesar de que, desde una perspectiva histórica, el historial del oro como cobertura geopolítica es bastante pobre. No obstante, el panorama fundamental del oro es sólido, con una mayor demanda de refugio seguro ante la anticipación de nuevas reducciones de tasas de interés y un posible resultado adverso en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Las posiciones especulativas estiradas conllevan riesgos de retrocesos a corto plazo, los cuales, sin embargo, veríamos como oportunidades de compra a largo plazo”, señala Menke.
Según su opinión, teniendo en cuenta la escalada del conflicto en Oriente Medio, el contraste entre los mercados del petróleo y el oro no podría ser más evidente. “Mientras el petróleo se mantiene en niveles relativamente bajos, el oro ha alcanzado nuevos máximos históricos en los últimos días. En primer lugar, esto se debe al estado de ánimo del mercado, que es muy deprimido en el caso del petróleo y muy eufórico en el caso del oro. Como indicación de esto, las posiciones especulativas netas largas en futuros de oro, es decir, apuestas a precios en alza por parte de participantes especulativos del mercado, menos las apuestas a precios en baja, están acercándose a máximos históricos. En segundo lugar, esto se debe al contexto fundamental. La demanda de oro por parte de buscadores de refugio seguro ha aumentado nuevamente durante el verano en anticipación de nuevas reducciones de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos y otros bancos centrales”, añade el experto de Julius Baer.
Teniendo esto en cuenta, Menke advierte de que la evidencia histórica sugiere que, en lugar de ser una cobertura geopolítica, el oro es más una cobertura económica, siempre que las tensiones geopolíticas tengan consecuencias económicas, como durante la Segunda Crisis del Petróleo de 1979/80. “Esta evaluación también está respaldada por la Primera Guerra del Golfo de 1991, que no elevó de manera duradera los precios del oro. Por lo tanto, por ahora vemos la actual escalada de tensiones en Oriente Medio como otro elemento que está impulsando el ánimo alcista en el mercado del oro. Como se ha señalado previamente, el camino de menor resistencia es hacia arriba, y por lo tanto mantenemos nuestra visión constructiva. Las posiciones especulativas estiradas conllevan riesgos de retrocesos a corto plazo, los cuales, sin embargo, veríamos como oportunidades de compra a largo plazo”, concluye.