Tras el primer trimestre de 2018, desde Degroof Petercam consideran que hay cuatro palabras que seguirán haciendo mucho ruido los próximos meses: confianza, robotización, envejecimiento y bitcoin.
Según Bruno Colmant, director de Análisis Macro en Bank Degroof Petercam, la primera palabra, confianza, estará ligada al euro. ¿El motivo? La confianza en el euro ha vuelto después de un Brexit y un 2017 que hizo tambalear sus pilares. “Después de los shocks de las hipotecas subprime y la crisis de deuda soberana, la confianza es innegable en la zona euro. Esto ha producido una mejora en los indicadores que muestran que tanto los hogares como las empresas son más optimistas. La culminación de esta observación se puede ver en la mejora del crecimiento económico de la zona euro”, explica.
La segunda tendencia es la robotización, motivo por el cual las profesiones vinculadas con el diagnóstico y la evaluación de datos desaparecerán. De hecho durante varias semanas, han proliferado las advertencias de los creadores de negocios mundiales sobre la inteligencia artificial y la proliferación de robots que ocuparan los puestos humanos.
“Deberíamos pensar que la digitalización, que esencialmente llevó a una automatización mejorada de las tareas humanas, en última instancia creó tantos trabajos como los que destruyó. Este podría ser el caso. La inteligencia artificial es diferente: son profesiones, principalmente de la clase media, que se verán alteradas porque un sistema cambiará las tareas de experiencia intelectual o, más generalmente, la experiencia. ¿De qué estamos hablando? Profesiones de diagnóstico: cuestiones legales, médicos no especializados, económica aplicada y pura, etc. Pero, en general, cualquier profesión de evaluación. El progreso es maravilloso pero requiere adaptación en términos de entrenamiento y flexibilidad profesional”, explica Colmant.
En tercer lugar, la gestora señala el envejecimiento poblacional como una clara megatendencia. En opinión de Colmant, “una población envejecida consume e invierte menos”. El envejecimiento de la población será un elmento común en todos los escenarios económicos que se consideren y estudien. “Una población más vieja consume e invierte menos. Incluso hay un incremento en la propensión a ahorrar, que frena el consumo. Este fenómeno es instintivamente entendible: después de una cierta edad, es difícil acumular ahorros preventivos. Además, las turbulencias tecnológicas están destruyendo la retención de empleo de los más mayores. La aritmética básica demuestra insostenibilidad de las pensiones y la falta de previsión política ha llevado a que no haya reservas. La falta de confianza en el Estado es deflacionaria en su naturaleza. Esto supone un comportamiento prudente que lleva al mantenimiento de los ahorros preventivos”, afirma Colmant.
Por último, llama la atención sobre el fenómeno bitcoin, que en su opinión seguirá dando mucho de que hablar durante este año. En este sentido advierte que, pese a la incertidumbre, las criptodivisas son una realidad; no son divisas, sino un tipo de activo.
“Actualmente, los gobiernos y las autoridades monetarias rechazan el bitcoin, que perjudica su capacidad para imponer su derecho soberano a acuñar dinero para subir tipos y asegurar su deuda. ¿Qué pasará el día de mañana? ¿Y si diéramos la vuelta a todo? ¿Y si las criptodivisas se convirtieran en divisas estatales sabiendo que se puede detectar cualquier transacción? Sería una dictadura monetaria. ¿Impensable? De ninguna manera, la historia de las divisas es una historia de monopolio estatal”, concluye Comant.