La confianza empresarial ha descendido en todo el mundo hasta niveles no vistos desde 2016 en un contexto en el que las empresas se enfrentan a un debilitamiento del consumo y un aumento de los costes, según la última edición de la encuesta a analistas de Fidelity International.
A pesar del notable deterioro de la confianza, los analistas de Fidelity mantienen un optimismo cauto para el año en curso, ya que una puntuación de sentimiento superior a cero indica que es positivo. Sin embargo, constituye una señal de que el ciclo, que ya está maduro, sigue desacelerándose.
Un tercio de los analistas en todo el mundo indicó que su sector estaba en fase de desaceleración o recesión, frente al 13% del año pasado. Solo una quinta parte habló de expansión, frente al 35% de 2018. Ahora, los analistas se reparten entre el 51% y el 49% al contestar si estamos al final del ciclo económico, frente al 68% que contestó “no” el año pasado.
Durante la presentación del informe, Sebastián Velasco, director general para España y Portugal de Fidelity Internacional, ha destacado que «el incremento de costes es cada vez más preocupante en algunos sectores como consumo discrecional, industria y materiales». Según Velasco, el incremento de costes y las tasas de impago son los principales indicadores que muestran una desaceleración de la economía global.
La encuesta de Fidelity también desvela que el crecimiento de los dividendos va a seguir siendo fuerte en 2019. «En casi ningún sector hay más de un 20% de empresas que digan que van a reducir dividendos este año», señala Velasco. En concreto, frente a un aumento del 8% en 2018, Fidelity prevé un aumento del 5% en 2019.
Por su parte Michael Sayers, director de análisis del área de renta variable de Fidelity International, ha señalado que “el fulgurante arranque de 2018 ha dado paso a un 2019 cauteloso. Aunque no pensamos que vaya a producirse una recesión en toda regla en los próximos seis a doce meses, es evidente que hemos dado otro paso hacia el final del ciclo que comenzó hace diez años y, a consecuencia de ello, resulta más importante que nunca la forma en que las empresas abordan la gestión de riesgos”.
La confianza empresarial se vuelve negativa en China
Después de un año de escalada de las tensiones comerciales y desaceleración del crecimiento económico hasta su ritmo más bajo en 28 años, tal vez no sorprenda que los analistas de China hayan sido los más pesimistas sobre las perspectivas de las empresas que cubren.
China es la única región donde la confianza ha caído a territorio negativo (-0,4). Nada menos que un 70% de los analistas de Fidelity que cubren empresas chinas espera que las rentabilidades sobre el capital desciendan en 2019, frente a tan solo el 29% en la encuesta del año pasado.
Marty Dropkin, director global de análisis del área de renta fija de Fidelity International, ha asegurado que, «como se preveía, el impacto de las guerras comerciales, que ha generado mucha volatilidad, es una cuestión clave para nuestros analistas. El sector manufacturero sigue siendo un vector de crecimiento para la economía china en su conjunto y, para los consumidores, las incertidumbres se ciernen sobre sus expectativas de incremento salarial, lo que tiene un efecto secundario sobre el consumo. Sin embargo, los inversores no deberían perder de vista la capacidad del gobierno de Pekín para estimular la economía, como demostró la primera semana de marzo de 2019”.
El fin del efecto Trump
Las dudas en torno a los planteamientos de la administración estadounidense están multiplicándose y ahora se prevé que el efecto neto de las políticas de Trump sobre las empresas sea negativo.
Casi la mitad de todos los analistas (45%) señala que las políticas de Trump serán un lastre para su sector, frente a tan solo el 13% el año pasado, y menos de uno de cada cinco piensa que serán positivas, frente al 38% anterior.
En Europa, donde los equipos directivos pensaron al principio que las políticas favorables al crecimiento de Trump podrían ayudarles, está acrecentándose el escepticismo. Pero aún más revelador es el cambio entre los analistas de EE.UU., cuyo moderado optimismo ha desaparecido completamente.
Este hecho responde a sus opiniones sobre el proteccionismo, que más de dos tercios califican como un riesgo para las empresas. De hecho, solo los analistas que cubren los mercados emergentes menos Asia están más preocupados por el proteccionismo que los de EE.UU.
El sector sanitario sigue brillando
El sector sanitario sigue siendo el baluarte del optimismo y el sentimiento de los analistas ha mejorado sistemáticamente por tercer año consecutivo, aumentando hasta el 1,4 frente al 1,1 de 2018, debido en gran parte a las megatendencias de largo recorrido como son el aumento de la demanda de tratamientos por parte de una población que envejece y el incremento de las tasas de obesidad.