Una de las recomendaciones más habituales a un inversor es que se mantenga fiel a una estrategia no dejándose llevar los vaivenes del mercado. Y cuando decimos vaivenes nos referimos, claro está, a aquellos episodios de volatilidad que ponen a prueba los corazones del más calmado.
De esos episodios hemos tenido un buen ramillete en 2016, un año que comenzó con los temores por el crecimiento económico en China, que transcurrió con el gran shock que supuso el sí al Brexit y que terminó con el sorprendente comportamiento del mercado tras la victoria de Donald Trump en EE.UU. “Los mercados son increíblemente sorprendentes y 2016 ha sido un ejemplo fabuloso al aprender que no podemos tener una creencia sistemática sobre un acontecimiento futuro”, afirma David Fishwick, responsable del equipo de Multi-activos de M&G y co-gestor del fondo M&G Macro Episode.
Durante un encuentro con periodistas financieros, Fishwick explica cómo consigue este fondo sacar partido de acontecimientos que el mercado percibe como negativos y que, en realidad, marcan un excelente punto de entrada para obtener rentabilidad. El ejemplo más reciente está en las elecciones en EE.UU. cuyo resultado les hizo reducir su exposición al Eurostoxx 50, a la banca americana y el volumen de posiciones cortas en bonos estadounidenses (treasuries).
El experto evoca la burbuja tecnológica de finales de los 90 cuando los inversores pasaron por alto la prima de riesgo negativa de las acciones. “Los inversores invirtieron en acciones cuya rentabilidad era inferior a la deuda soberana. En 2016, la prima de riesgo de la renta variable alcanzó el 15% en muchos casos, pero los tipos negativos lo cambiaron todo y los bonos son ahora activos peligrosos”.
La pregunta ahora, explica Fishwick, es cómo el mercado va a compensar el riesgo. “El activo más interesante para nosotros es todavía la renta variable y, en cuanto a la renta fija, podemos encontrar valor en alguna parte de la deuda soberana de países emergentes”, comenta. Sin embargo, según su modelo de valoración, los activos más rentables y donde ese riesgo estaría más que compensado son la renta variable turca, india, coreana y china. El problema es que el sentimiento para asumir riesgo es bajo y “muchos gestores activos han tenido problemas en renta variable y se sienten inseguros”.
En cuanto a la renta variable estadounidense, cree que “no está cara, está neutral” ya que los resultados empresariales han sido mejores de lo esperado. “Las valoraciones más caras están en los activos percibidos como seguros o consumo básico pero, sin embargo, sí ve oportunidad en bancos, sector industrial y valores cíclicos”, explica.
2017, entre la política y el BCE
De cara a este año en el que los inversores tienen a la vista eventos de carácter político que pueden poner a prueba sus emociones, desde M&G creen que “si el mercado se vuelve sensible a estos eventos probablemente esté motivado por cuestiones anteriores a la elección de Trump”, afirma Fishwick.
En su opinión, el optimismo de los mercados a propósito de Trump, no es tan sorprendente como tampoco debería de serlo el fin de las políticas expansivas del BCE en Europa. “No creo que vaya a producirse un Taper Tantrum en Europa, pero hay que tener en cuenta que las decisiones del BCE ejercen un gran poder sobre la psicología de los inversores. Si es algo que les preocupa, entonces debe preocuparnos”.