El rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años llegó finalmente al nivel psicológicamente clave del 3% por primera vez en los últimos cuatro años y los mercados han pasado la jornada revueltos tratando de evaluar el impacto y definir los siguientes movimientos.
Los expertos coinciden en que esta subida responde a las expectativas del natural aumento de tipos de la Fed y una inflación más alta, por lo que pese a tener consecuencias en los portafolios, el repunte no ha sido del todo inesperado. Lo que si queda claro desde hoy, es que ya nadie espera una evolución apacible de los mercados.
El atractivo de la renta fija estadounidense sube y la consecuencia directa más inmediata, como se ha visto en las dos últimas jornadas bursátiles, es que la renta variable sufre.
Para Paul Brain, Jefe de Renta Fija en Newton, parte de BNY Mellon IM, este camino hacia rendimientos más altos podría detenerse en seco si asistimos a una liquidación significativa en los activos de riesgo.
Pero llega un momento en que estos mayores costos de endeudamiento comienzan a afectar a la economía real y Brain advierte que la firma estará muy atenta a los tipos hipotecarios y a los costes de endeudamiento de las empresas.
Exposición defensiva
La primera medida que deberían adoptar los inversores es para Fidelity la de crear una exposición defensiva en sus carteras. “Lo que la curva de rendimiento parece estar diciendo es que el mercado no cree que el crecimiento sea más fuerte y que la inflación se normalice”, explica Eugene Philalithis, portfolio manager del Fidelity Global Multi Asset Income Fund.
Si la inflación se ve impulsada por el aumento de los precios de las materias primas, esto podría ser transitorio, ya que no es probable que sea beneficioso para el consumidor en el mediano plazo. Por lo tanto, es beneficioso agregar duración a las carteras multiactivos en puntos de entrada como este”, añade Philalithis.
“La prima por riesgo de la renta variable estadounidense ha caído a niveles no vistos desde el período 2002‐2004. Esto podría significar que el período de volatilidad ultrabaja ha terminado y que retornaremos a niveles de volatilidad más «normales» en comparación con el pasado. Este probablemente sea el mensaje más importante para los inversores, cuya disposición a asumir riesgo podría disminuir”, apuntan desde NN Investment Partners los expertos de la firma.