En esta sesión de preguntas, Bob Thomas y Greg Kuhl, gestores de inversión del equipo North American Property Equities de Henderson, presentan su opinión sobre las elecciones presidenciales de Estados Unidos y analizan las implicaciones que podrían tener para sus carteras.
¿Cuáles son las diferencias políticas básicas entre ambos candidatos?
Hillary Clinton sigue en cabeza en las encuestas, aunque Donald Trump se ha mantenido más cerca de lo que se preveía originalmente para estas fechas. Si algo hemos aprendido del Brexit es a no subestimar la demanda de cambios de la población.
Posiblemente la mayor diferencia que podemos encontrar entre Clinton y Trump es su posición con respecto al comercio internacional. Trump ha lanzado un mensaje muy proteccionista a lo largo de toda su campaña y ha afirmado que acabará con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (North American Free Trade Agreement, NAFTA) y otros tratados comerciales, impondrá aranceles sobre las importaciones de México y China y construirá un muro a lo largo de toda la frontera con México para acabar con la inmigración ilegal. Parece que las opiniones de Clinton en materia de comercio internacional se encuentran más cerca del status quo, aunque son ligeramente más proteccionistas que el régimen actual, pues recientemente ha retirado su apoyo al Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (Trans-Pacific Partnership, TPP) respaldado por el presidente Obama. Otra diferencia significativa tiene que ver con la política fiscal. Trump recortaría impuestos de forma generalizada, incluso en el caso de las personas y corporaciones con ingresos más elevados, mientras que Clinton se plantearía subir los impuestos a los individuos más pudientes y a ciertas empresas.
¿Cuáles son las posibles implicaciones para la Reserva Federal de las próximas elecciones?
A primera vista, da la impresión de que las duras críticas de Donald Trump sobre las políticas de bajos tipos de interés de la Reserva Federal pueden suponer un cambio de enfoque si finalmente sale elegido. No obstante, es importante recordar que el diseño de la Fed le permite actuar de forma relativamente independiente. Aunque parece probable que se sustituya en 2018 a la presidenta Janet Yellen, nombrada por Obama, no parece probable que a Trump, cuya fortuna está principalmente vinculada al sector inmobiliario, le interese que los tipos suban más rápido de lo previsto en este momento. Una victoria de Clinton puede conducir a mercados más tranquilos y receptivos a un incremento progresivo en los tipos de interés.
¿Qué repercusión tendrá sobre el presupuesto federal?
Lo más probable es que ambos candidatos propongan el final de los recortes de gasto diseñados para reducir el déficit presupuestario estadounidense. Entre las prioridades del bando republicano para lograrlo se incluye el aumento del gasto de defensa (muy limitado estos últimos años), mientras que los demócratas quieren incrementar el gasto en infraestructuras. Pese a que las razones para acabar con los recortes presupuestarios quizá sean diferentes, lo más seguro es que el resultado final sea el mismo. Los mercados inmobiliarios deberían beneficiarse de forma gradual por el pequeño empuje del PIB, y los mercados residenciales y de oficinas de Washington DC seguramente se verán favorecidos por el aumento de la demanda.
¿Cómo está afectando a los mercados inmobiliarios la incertidumbre sobre las próximas elecciones estadounidenses?
En el mercado inmobiliario directo hemos observado ciertas muestras de debilidad en las ventas de inmuebles, con menos ofertas por los activos. A pesar de ello, y en la mayoría de divisiones del sector, aún no hemos visto que esto tenga un marcado impacto sobre el valor de los mismos.
En términos de fundamentales inmobiliarios, algunas empresas quizá estén demorando sus decisiones de inversión hasta después de las elecciones. Ésta podría ser la razón por la que el mercado hotelero y el de oficinas están más flojos, pero nuestra previsión es que se producirán movimientos positivos en ambos mercados en Washington DC tras las elecciones, ya que los cambios de administración suelen ser beneficiosos para dichos sectores.
Dentro del mercado inmobiliario cotizado, Norteamérica ha obtenido una sólida rentabilidad durante 2016 pese a la incertidumbre de las próximas elecciones. Dicho esto, las políticas de Donald Trump sobre México y el comercio exterior han hecho que se dispare la volatilidad del peso mexicano. De hecho, ha comentado que daría carpetazo al TPP y que negociaría el NAFTA, lo que tendría un efecto negativo sobre los títulos inmobiliarios industriales nacionales pero también en los canadienses y mexicanos (dado que Estados Unidos es el mayor socio comercial de ambos países).
¿Cuáles son los principales riesgos y oportunidades para los títulos inmobiliarios estadounidenses de cada uno de los candidatos?
La elección de cualquiera de los candidatos supondría cambios graduales para los fundamentales inmobiliarios y el valor de los activos. No creemos que las previsiones del equipo de Property Equities de Henderson con respecto a esta clase de activos vayan a verse demasiado influidas por la elección de un candidato u otro; más bien, nuestras opiniones seguirán basándose en una evaluación de las fuerzas de oferta y demanda del mercado general.
Suele considerarse que Hillary Clinton es la candidata del status quo, aunque presenta ciertas posiciones que podrían plantear riesgos para algunos sectores inmobiliarios. En general, quizá sea menos favorable para las empresas en términos de impuestos y reglamentos que el presidente Obama, lo cual puede ser un factor ligeramente negativo para el sector de oficinas. Además, está a favor de que las administraciones dejen de hacer uso de las prisiones privadas, lo que es claramente negativo para los REIT enfocados en centros penitenciarios. Por otro lado, su intención es seguir extendiendo la asistencia sanitaria a un mayor número de estadounidenses, lo que resultaría muy positivo para los inmuebles del sector sanitario.
En lo que respecta a Donald Trump, es probable que en términos de fiscalidad y reglamentos proponga unas políticas más favorables para las empresas que Clinton. Sus antecedentes en el sector inmobiliario, junto con los importantes intereses que tiene en inversiones inmobiliarias propias, podrían ser positivos para este sector. De todos modos, lo que nos preocupa son las opiniones de Trump sobre el comercio internacional, ya que podrían tener una repercusión negativa sobre el crecimiento económico, especialmente en sectores sensibles al comercio como es el caso del industrial. Además, Trump ha declarado que acabará con el “Obamacare” y, aunque no prevemos que este cambio vaya a afectar de forma decisiva a la demanda de servicios de asistencia sanitaria, la incertidumbre que podría crear con ello sería negativa para los arrendatarios de inmuebles sanitarios y para los propios activos.
¿Cómo han posicionado las carteras en previsión de lo que pueda salir en las elecciones?
Como ya hemos mencionado, el resultado de las elecciones presidenciales no es el factor principal de nuestras decisiones de inversión. Por ejemplo, no invertimos en REIT de prisiones privadas por motivos medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (MSG). No obstante, tenemos una posición en un REIT industrial mexicano que probablemente saldría perjudicado por una victoria de Trump, a pesar de lo cual creemos que el perfil de rentabilidad/riesgo de dicha inversión sigue siendo atractivo. Dentro del sector industrial estadounidense nuestra única participación es Rexford, ya que creemos que podrá quedar más aislada que muchas empresas de la competencia ante una posible debilitación del comercio internacional. Por último, nuestras participaciones en el sector de la asistencia sanitaria parecen estar bien posicionadas en términos de valoración y de fundamentales corporativos específicos ante la victoria de cualquiera de los candidatos.