El 5 de noviembre de 2024 está claramente señalado en el calendario de los inversores. A falta de nueve meses para las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los expertos de WisdomTree y State Street consideran que el ciclo presidencial hace prever un comportamiento positivo de la renta variable, por lo que el inversor debería aislarse del ruido de la campaña electoral y preparar su cartera para las oportunidades que podrían ir surgiendo en este contexto.
“Factores como las acciones de alta calidad, altos dividendos, valor y las bajas capitalizaciones podrían beneficiarse en esos periodos. Este posicionamiento se alinea bien con nuestra actual perspectiva de mercado, que favorece las acciones de calidad y altos dividendos para adaptarse a la actual incertidumbre en el mercado, provocada por las numerosas elecciones en todo el mundo y la imprevisibilidad de los bancos centrales en torno a la relajación de las políticas monetarias. Pero también para beneficiarse de las bajadas de tipos previstas para el segundo semestre, que podrían impulsar los mercados al alza”, argumenta Pierre Debru, Head of Quantitative Research & Multi Asset Solutions de WisdomTree.
Según explica Debru, desde la primera edición del Stock Trader’s Almanac en 1967, se ha debatido ampliamente la influencia del ciclo presidencial estadounidense en los mercados de renta variable. Aunque reconoce que las actuales condiciones geopolíticas y económicas influyen más en los mercados, esas consideraciones políticas pueden seguir influyendo en las decisiones de los inversores.
Su análisis muestra que la prima que suele observarse entre las acciones de alta calidad y de valor se agrava en los años electorales. “Por término medio, las acciones de alta calidad tienen un rendimiento superior al mercado, mientras que las de baja calidad tienen un rendimiento inferior. Esto crea una diferencia del rendimiento del 3,4% a favor de la alta calidad en un año promedio. En los años de elecciones presidenciales, esta diferencia aumenta casi un 2%, hasta el 5,3%. La razón es que la alta calidad lo hace aún mejor de lo habitual y la baja calidad lo hace aún peor”, señala Debru.
Además, el experto de WisdomTree añade que las acciones de baja capitalización tienen un rendimiento superior al mercado, mientras que las de gran capitalización en su mayoría igualan al mercado. “Esto crea una diferencia del rendimiento del 2,4% a favor de las pequeñas capitalizaciones en un año promedio. En los años de elecciones presidenciales, este diferencial aumenta casi un 3%, hasta el 5,3%. La razón es que las bajas capitalizaciones lo hacen mucho mejor de lo habitual”, comenta.
Por último, otra de las conclusiones de su análisis es que las acciones de altos dividendos tienen un rendimiento superior al mercado, mientras que las de bajos dividendos tienen un rendimiento ligeramente inferior. Según explica Debru, esto crea una diferencia del rendimiento del 0,5% a favor de los altos dividendos en un año promedio. “En los años de elecciones presidenciales, esta diferencia aumenta casi un 3,5%, hasta el 3,8%. La razón es que los altos dividendos lo hacen aún mejor de lo habitual y los bajos dividendos lo hacen aún peor”, indica.
Comportamiento de la renta variable estadounidense
Para los expertos de State Street, las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 están en el horizonte, y los inversores están deseosos de conocer el posible impacto de las elecciones en el comportamiento de los mercados de renta variable estadounidenses este año. Aunque las rentabilidades pasadas no pueden predecir el futuro, sí consideran que la historia puede ofrecer algunas pistas. Con este fin, han analizado 100 años de datos de rentabilidad de la renta variable utilizando los índices S&P, desde agosto de 1923, para evaluar el comportamiento de la rentabilidad de los mercados de renta variable durante los años electorales.
Una de las principales conclusiones de este análisis es que, paradójicamente, al analizar el diferencial de rentabilidad mensual del S&P entre los años electorales y los no electorales se observa una diferencia positiva del 0,18% mensual a favor de los años electorales. Sin embargo, cuando eliminan de nuestro análisis los meses de recesión, según la definición de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER), la diferencia se reduce a un mero 0,05% mensual.
“En conjunto, nuestra investigación sugiere que los rendimientos de la renta variable estadounidense durante un año electoral no son significativamente distintos de los rendimientos en años no electorales. Dicho esto, aunque hubo poca disparidad en los rendimientos a lo largo de todo el periodo de 100 años, observamos un nivel más importante de rendimiento superior (en torno al 0,3%-1%) durante dos o tres meses de un año electoral (generalmente en torno a julio y agosto). Curiosamente, este diferencial de rendimiento positivo se invirtió después del mes electoral, es decir, el mes en que se celebraron las elecciones (noviembre)”, explican.
Otra conclusión relevante es que las perspectivas económicas parecen influir en la volatilidad de los rendimientos de la renta estadounidense más que las elecciones. Según indican, durante los años electorales, el S&P suele mostrar niveles de volatilidad elevados y a lo largo de todo el periodo de 100 años, la volatilidad del S&P fue del 18,0% durante los años electorales, lo que supone un 3,5% más que durante los años no electorales. “Sin embargo, cuando eliminamos los periodos de recesión del análisis, la volatilidad del S&P se redujo durante los años electorales en aproximadamente un 1,2%, principalmente porque muchos de esos periodos coincidían con nuestra definición de años electorales. Una vez más, esto sugiere que la volatilidad puede estar más condicionada por las perspectivas económicas que por la inminencia de las elecciones estadounidenses. Cuando analizamos la volatilidad del S&P bajo las presidencias republicana y demócrata, no observamos un patrón consistente de mayor o menor volatilidad bajo ninguno de los dos partidos políticos”, indican en su informe.
Por último, en su análisis destacan que aunque es interesante examinar la rentabilidad media del S&P en la época de las elecciones, a la mayoría de los inversores les pueda preocupar más la rentabilidad del periodo de tenencia, es decir, la rentabilidad de una inversión durante un periodo específico mientras la inversión se mantiene en cartera.
En este sentido, las conclusiones del análisis son claras, tras analizar tres periodos de tenencia a corto plazo: tres meses, seis meses y 12 meses antes de las elecciones. “El rendimiento medio de cada periodo fue del 3,1%, 3,9% y 7,1%, respectivamente. Esto significa que los tres últimos meses fueron los que más contribuyeron a la rentabilidad media de los 12 meses. Dicho de otro modo, los inversores que estuvieron expuestos al S&P durante los tres meses anteriores a las elecciones presidenciales de EE.UU. obtuvieron el mayor nivel de rentabilidad trimestral compuesta antes del mes de las elecciones”, concluyen.