Desde 2014, el aumento del valor neto de los activos (NAVs) y el récord de distribución han empujado los volúmenes secundarios por encima de los 40.000 millones de dólares en un año, alcanzado el nivel medio de precios más alto desde la crisis financiera. Paul Newsome, co-responsable de Inversiones de Private Equity de Unigestion, y Christiaan Van der Kam, socio de Private Equity de Unigestion, consideran que hay oportunidades en el mercado secundario para los inversores.
En el período de 2009 a 2013, las grandes transacciones secundarias de carteras de más de 50 millones de dólares estaban disponibles a precios atractivos, ya que los bancos y los fondos de pensiones se vieron obligados a vender para limpiar sus balances. Hoy en día, los vendedores forzados son pocos, por lo que para atraer a nuevos y grandes vendedores es necesario un precio NAV o superior.
“Esto se vio claramente en octubre de 2016, cuando, por ejemplo, la venta de la cartera de acciones privadas cotizadas SVG Capital, con un valor liquidativo de 800 millones de libras esterlinas, atrajo un gran interés de los grandes inversores secundarios. La licitación para esta cartera, que consiste en varios fondos maduros administrados por empresas de primer nivel como Permira, Cinven y CCMP, comenzó con un descuento del 9% y cerró con una prima del 1% sobre el valor liquidativo”, explican estos dos expertos.
Según la gestora, este segmento del mercado está dominado por un puñado de jugadores con fondos de más de 5.000 millones de dólares. También hay otros jugadores de segundo nivel con fondos de entre 1.000 y 5.000 millones de dólares. Estos inversores secundarios necesitan ejecutar grandes transacciones que normalmente se venden a través de subastas altamente competitivas.
Competitividad
Este alto nivel de competencia tiene consecuencias. La primera es que, con el fin de precios competitivos, los licitadores secundarios tienen que utilizar el apalancamiento y un precio cerca de NAV o superior. “Con la deuda barata, los jugadores secundarios suelen utilizar entre el 30% y el 50% de apalancamiento. Aunque el objetivo inicial de apalancamiento era aumentar los retornos, ahora se ha convertido en esencial para ganar acuerdos y mantener retornos de dos dígitos”, advierten estos expertos.
En segundo lugar, considera que además de aumentar el precio de una transacción, el uso del apalancamiento reduce la cantidad de fondos invertidos por estos jugadores secundarios en cada transacción. Por lo tanto, los grandes inversores secundarios necesitan ejecutar transacciones de mayor envergadura para invertir sus fondos, lo que aumenta aún más la competencia.
Por último, los jugadores secundarios que participan en las subastas se ven obligados a cotizar en carteras secundarias con información incompleta, ya que no tendrán necesariamente acceso completo a todos los GP de la cartera. Según los intermediarios, estos inversores secundarios que hacen ofertas en carteras normalmente sólo disponen de dos tercios de conocimiento sobre la cartera.
“Todo esto indica que la combinación de precios más altos, mayor apalancamiento y un incompleto due diligence traerán menores retornos y un incremento del riesgo. Desafortunadamente, no parece que la situación vaya a mejorar pronto”, indican en su análisis. En cambio, un aspecto positivo es que los compradores mantiene un alto nivel de desmanda de estos activos secundarios, por los que están dispuestos a ofrecer un precio superior al precio de guía de la subasta.
Las oportunidades
A pesar de la visión relativamente desafiante que muestran estos expertos, ambos consideran que hay áreas en el mercado secundario que ofrecen oportunidades atractivas. La primera de ellas son las pequeñas participaciones en fondos de mercados pequeños y medianos que son menos conocidos.
“La clave es encontrar situaciones donde uno tiene una ventaja de información sobre la competencia. Las participaciones en dichos fondos pueden adquirirse a precios atractivos y / o cuando existe un alza sustancial que no se refleja en el valor liquidativo, lo que genera retornos potencialmente mayores”, explican Newsome y Van der Kam.
Otra de las oportunidades serían los fondos con valor oculto. Según puntualizan, incluso en fondos más conocidos, las valoraciones pueden diferir debido a diferentes interpretaciones de la contabilidad del valor justo de mercado. Por lo tanto, el inversor debería buscar carteras donde los NAVs sean conservadores.