Frente a la crisis global desatada por la pandemia del COVID-19, el mundo del arte ha logrado valiosos avances en 2020. Según el informe «The Global Art Market and COVID-19. Innovating and Adapting«, elaborado por Citi GPS Global Perspectives and Solutions, esta industria ha logrado una gran resistencia frente a este contexto.
El documento señala que durante la primera oleada de la pandemia del COVID-19, varias ferias de arte internacionales, las principales galerías y las casas de subastas más importantes hicieron gala de una admirable capacidad de adaptación. Sin previo aviso, y en medio de una intensa incertidumbre, recrearon rápidamente algunos de sus principales eventos en formato digital.
Muchas de estas iniciativas fueron muy bien recibidas, como señala en el informe Suzanne Gyorgy, responsable mundial de asesoramiento y financiación de arte: «En marzo, Art Basel Hong Kong tomó la decisión de celebrar una feria totalmente virtual en lugar del evento físico previsto. La galería virtual ofrecía a los espectadores recursos que no suelen obtener en el recinto de una feria, como el acceso directo a la investigación y la información de fondo, y lo más transformador, los datos sobre los precios. Las encarnaciones digitales de Frieze Art Fair en Nueva York y Art Basel en Suiza fueron aún más fáciles de usar y completas».
Esta tendencia también ha sido seguida por las firmas de subastas. Según apunta Suzanne, “las ventas solo online de Sotheby’s crecieron interanualmente un 413% en los primeros ocho meses de 2020, Christie’s y Phillips también registraron incrementos aunque menos pronunciados, del 120% y el 52% más, respectivamente. La primera subasta transmitida en directo de Sotheby’s generó 363,2 millones de dólares, seguida del evento de Christie’s que logró 420 millones de dólares”. Lo que demuestra en su opinión que, a pesar de la mayor recesión económica registrada, los coleccionistas estaban claramente dispuestos a comprar.
Según los expertos de Citi, esta apuesta por la digitalización es mucho más relevante y transformadora para la industria de lo que a primera vista parece, ya que fue acompañada por un sólido rendimiento de los precios, tal y como destaca el informe: «En los primeros siete meses de 2020, el índice All Art ponderado por precios de Masterworks.io, que sigue el mercado del arte en su conjunto, subió un 5,5%. Mientras tanto, su índice de arte contemporáneo y su índice de impresionistas ganaron un 6,7% y un 2,0%, respectivamente».
Si comparamos este comportamiento con la renta variable mundial, que en ese mismo periodo experimentó un ligero descenso, los activos relacionados con el arte ganan atractivo también en los momentos de caída y alta volatilidad del mercado. Incluso, tuvo mejor comportamiento que las materias primas y los bienes inmuebles, que al igual que el arte se consideran activos tangibles.
El informe destaca que “curiosamente” el extremo superior del mercado fue el que mejor se comportó. «El Índice de Arte Contemporáneo ponderado experimentó una ganancia del 6,7%, frente a una modesta caída del 1,9% en su homólogo no ponderado. Esto indica que las obras de mayor precio, especialmente los cuadros comprados por más de 500.000 a 1 millón de dólares, tendieron a funcionar mejor que las obras de menor precio», apunta en sus conclusiones.
Esta tendencia ha sorprendido a los autores del informe porque, antes de la pandemia, el mundo del arte se había mostrado reacio a adoptar la tecnología digital. Tal y como escribe Anders Pettersen, fundador y director general de ArtTactic, en el informe: “Las ventas online todavía representaron solo el 6% de las ventas totales de subastas en 2019, una señal de que fueron simplemente un espectáculo secundario».
En opinión de Pettersen la cautela con que se ha abordado el mundo digital se debe a la “falta de presión para el cambio”. “Más de la mitad de los compradores de arte encuestados por ArtTactic dijeron recientemente que creían que el movimiento del mundo del arte hacia el universo online durante COVID-19 provocará un cambio permanente, y que el mercado del arte no volverá a la normalidad cuando salgamos de la pandemia», apunta Pettersen.
Ahora bien, una vez iniciado este camino hacia lo digital, el proceso será imparable. De hecho, a lo largo de los años, los museos de arte han recibido frecuentes críticas por su lentitud a la hora de abordar cuestiones de diversidad, equidad, inclusión y acceso. “Este debate no es del todo nuevo, pero es mucho más ruidoso, amplio y urgente que nunca antes en mis treinta años de carrera museística”, apunta Marianne Lamonaca, comisaria independiente de arte.
Otras de las reflexiones que lanza este informe de Citi es que la demanda en el mercado del arte pese a ser superior al de otros activos durante los meses más duros de la crisis generada por la pandemia, no tuvo el comportamiento esperado. De hecho, tuvo un comportamiento mucho más positivo. Si lo comparamos con crisis anteriores, como la gripe española, la de 1970 o la crisis financiera mundial de 2008-2009, vemos como entonces el mercado del arte registró importantes caídas.
El documento explica que un motivo ha podido ser a que las perturbaciones del mercado fueron breves y duraron pocos meses, en comparación con las otras crisis: “Mientras que una caída profunda y sostenida en los activos de riesgo, en cambio los compradores de arte no se han mostrado menos dispuestos a adquirir obras”.